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Narra Thomas

Llevamos unos 30 minutos en el coche besándonos.

Besos de todo tipo. Desde los que se necesitan, pasando por ''te he echado de menos'', hasta tener la necesidad de sentarme en las piernas de Dylan y evitar que la palanca de cambios nos moleste. DIOS, se sentía tan bien besarlo que ya ni me acordaba.

Sonrío en medio de un beso y Dylan se separa respirando rápido mirándome. Lo miro confundido.

-¿Qué pasa? ¿Por qué sonríes?- me pregunta con una pequeña sonrisa. ¡Y qué bonita a pesar de ser tan pequeña!

-Por nada, ven aquí, sigamos- lo agarro del cuello y lo pego a mí de nuevo para darle un nuevo beso. De la fuerza parece que se levanta del asiento y yo tiro más de él hacia mí.

Necesito tanto sus besos. Los necesito más que respirar. ¿Quién necesita respirar teniendo los labios de Dylan?

-Tommy, Tommy- se ríe en mis labios y sonrío al sentir su risa justo en mi boca- cómo sigas así tirando de mí hacia tu asiento y me pongo contigo.

No me parece mala idea. Pero no lo digo. Simplemente sonrío y le atraigo de nuevo hacia mí. Nos besamos por unos minutos más hasta que de nuevo se vuelve a separar.

Maldita sea, Dylan, ¿quieres parar de separarte?

-Tommy... No es que no me gusten tus labios ni mucho menos, de hecho, me encantan, pero...- sonrío y me sonrojo- es muy tarde. Son cerca de las 4:30, debes llamar a Ava. Mañana a las 10:00 tenemos que grabar y te recuerdo que a las 21:00 te voy a buscar para lo que haremos hoy. Vayámonos al hotel- me sonríe y ruedo los ojos porque sé que tiene razón pero no quiero separarme de él.

-De acuerdo- resoplo y salgo del coche.

Dylan se pone a mi altura cerrando el coche, una vez está delante de mí lo miro confuso. Él mira para todos lo lados de la calle antes de pegarme a su cadera y besarme lentamente.

Me apoyo en el coche algo sorprendido y no tardo en responder al beso.

-Dylan... Dylan, para- me separo de él viendo que ni hablando se apartaba poniendo una mano en su pecho. Me coloco bien el pelo y la ropa- ¿y si hay alguien? ¿Y si nos estaban haciendo fotos sin que nos diéramos cuenta?

-Miré antes, Tommy. Las calles están desiertas. Y dime, ¿qué paparazzi va a estar a las 4:30 de la mañana en la puerta del hotel esperándonos? A nosotros. No es cómo si fuésemos Johnny Deep y Orlando Bloom- dice sonriendo. Me acaricia la mejilla y apoyo mi brazo en el techo del coche, me tiemblan las piernas de los nervios por si nos ven. Aunque también puede ser porque es la primera vez que me besa en la calle, cómo si no pasara nada y se siente muy bien.

-¿Acaso durante el beso estabas mirando para todos los lados? Que yo recuerde te vi cerrando los ojos.

-También tú- sonríe y me pellizca en la barriga. Sonrío sin poder evitarlo.

-Tómatelo en serio, Dylan, ¿y si nos ven?- le pregunto. Pero antes de poder añadir nada miro sus ojos que tienen un brillo extraño y se acerca a mí lentamente.

-Pues ninguno de los dos tiene novia, así que no estamos haciendo nada malo- susurra mientras se vuelve a acercar a mis labios- pero diremos, si nos pillan, que nos queremos y que no hay nada de malo en ello- está a punto de tocar mis labios, pero giro la cara nervioso mordiéndome el labio- el último, Tommy- lo miro dejando una distancia entre nuestros rostros- por favor.

Suspiro y le doy entrada a Dylan para besarme. Sonríe y cuándo sus labios tocan los míos llevo mis brazos a su cuello. Tira su lengua de la mía y reprimo un gemido, le sigo el juego durante unos segundos para después separarnos.

¿POR QUÉ NO CREAMOS DYLMAS? (EN EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora