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Beso lentamente a Thomas para despertarlo. Lo abrazo y le voy dando besos por toda su cara. Me aparta con la mano sonriendo como tonto y me aparta del todo intentando que deje de abrazarlo.

Hasta que me pongo encima de él pegando nuestras caderas y me inclino para darle un beso que después de unos segundos profundizo. Suspira y me mira sonriendo.

-Buenos días, Dyl- lo abrazo de nuevo sonriendo.

-Echaba de menos esto el día siguiente de follar- le doy un beso en el pecho y cambia para ponerse él en mi pecho- buenos días, amor.

-Yo también. Es nuestra pequeña rutina de despertar- me da un pequeño beso y apoya su cabeza en mi hombro. Lo rodeo con mis brazos protegiéndolo de todo lo de fuera, subo más las sábanas para taparnos.

Adoro demasiado que Thomas esté en mis brazos. Rodearlo para sentirlo a mi lado.

-Hablando de rutinas de despertar. ¿Y mis tarjetas de hoy?- me sonríe de forma infantil y me levanto a la mesa dónde tiene mis flores.

Me agacho en el cajón que está bajo llave y siento la mirada de Thomas sobre mi cuerpo. Saco la llave de su escondite sin qué la vea, abro el cajón y saco sus tarjetas de hoy con la colonia y en sus sobres.

Cada día le doy dos tarjetas a pesar de habernos arreglado. Me acerco a él sonriendo y después de ponernos cómo antes, le doy un pequeño beso y le paso las tarjetas.

Buenos días Tommy,
¿Que tal está mi niño lindo? ¿Sabes qué? Cada vez falta menos para irnos... y me da pena pero a la vez es como la entrada a lo nuestro de verdad, no sé si me entiendes. Desearía quedarnos aquí para siempre a la vez que desearía que te vinieses a Los Ángeles conmigo.

Te quiere,

Dylan💜

Buenos días de nuevo Tommy,
Te quiero, te amo, te adoro, te añoro, te siento, yo pienso, que eres mi tesoro. Okay, basta ya de canciones, pero es verdad. Te amo, te amo, te amo, ¿qué tal cinco hijos? ¿Te parecen bien? Contigo quiero la familia más numerosa que podamos tener, así podré mimarte cada vez más, juntos los niños... y retenerte, sobre todo retenerte, por si se te ocurre dejarme.

Te ama,

Dylan💜

-Ow... de verdad, Dyl. Me matan estas tarjetas- se da la vuelta para besarme. Sonrío enternecido en el beso. Sé cuánto le provocan para estar cursi en extremo, qué es como a mi me gusta más- te amo, de verdad. Y me encanta por fin poder decírtelo después de años.

Simplemente sonrío para besarlo y pasar una de mis manos por su muslo y atraerlo a mí poniendo su pierna encima de las mías. Le agarro del culo para pegarlo más a mí y noto cómo el simple beso aumenta su voracidad.

-Dyl...- se le escapa mi nombre en forma de gemido y sonrío acariciando su mulso y pegándome más a él- la película. El set. Grabar. Nuestros amigos, ¿recuerdas? No estamos en tu casa.

Se pone encima de mi cadera.

-Y hablando de eso...- agarra las tarjetas y las vuelve a leer- estoy bien, gracias por preguntar- suelto una pequeña risa y me sonríe modo regaño por interrumpir- estoy de acuerdo con irnos y que a la vez no querer que nos vayamos, sería abandonar esto y no sé si estoy preparado. De todas formas coincido contigo en qué cuándo estemos los dos en Los Ángeles será cuándo más sienta que estamos juntos. Estar solo en el hotel y en el set me... bueno y a dónde me llevas ahora a las citas- me acaricia el pecho y se ríe levemente- me parece un dulce sueño del que despertaré al llegar a Londres- lo cojo de la mano y beso su palma, él solo se encoge de hombros- y cinco hijos me parece bien, es un número bonito- sonreímos y lo empujo por la espalda con mis piernas para que se acueste encima de mí. Lo cuál, hace riendo- pero podremos tener más si nos apetece ¿verdad?- acaba con una voz sensual que me vuelve loco.

¿POR QUÉ NO CREAMOS DYLMAS? (EN EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora