Tres

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Estaba enojado, pero no por el hecho de que Richie se haya girado para darme un topón en los labios, me molestaba el hecho de que provocó la burla de todos mis amigos, todo eso me hacía sentir como un blanco fácil y perfecto para molestar.

Me adelanté y me fui casi corriendo para irme solo a casa.

-¡Eddie! ¡Hey!

-¿Qué es lo que quieres Richie? -Dije sin mirarlo.

-¿Por qué te ha molestado tanto la broma?

-Porque no me gustan nada tus bromas, te has pasado.

-Pero si tú ya sabes como soy, sigo sin entender el porque de tu enojo. -Dijo poniéndose en mi camino. 

-¡Quítate de mi camino!

-Está bien. -Dijo volviendo con los chicos.

Me puse a correr e intenté retener mis lágrimas, pero no tenía ganas de llorar porque estaba triste o algo, tenía rabia. 

-¡Mírenlo! ¡Pobrecito! ¿Por qué lloras mariquita? -Dijo una voz que reconocí al instante.

-Déjame tranquilo Bowers. -Dije casi susurrando.

-¿Qué has dicho? ¡A mi nadie me dice que hacer!

-¡Hey! ¡Déjalo tranquilo!

-¡Oh! Cuatro ojos es mejor que te alejes antes de que te de la misma golpiza que le voy a dar a este.

-He dicho que lo dejes en paz. -Dijo con miedo.

-¿Por qué lo defiendes tanto cuatro ojos? -Dijo Henry mirando a Richie.

Richie solo se quedó callado.

-¿Eres sordo acaso? ¿Por qué lo defiendes tanto? Espera, espera ¿Es tu novio? ¡Tú y este delgaducho son novios! ¡Pero que tierno!

-E-eddie no es mi novio, que dices.

-Sigue estorbando y tú y tu novio terminarán mal.

-¡Corre Eddie! -Gritó Richie- ¡Corre!

Hice caso y corrí aunque tenía cierto temor por lo que le pasaría a él, pero estaba lo suficientemente asustado como para quedarme mirando como tonto, aun así me quedé en la esquina recuperando el aliento y esperando si aparecía Richie. No había rastro, nada. Me giré para seguir caminando lo más rápido.

-¡O-oye! ¡Ed-d-die! ¡Espera!

-Richie, yo ya te daba por muerto. -Dije asombrado.

-Le di una patada en las pelotas, eso siempre funciona. -Dijo sonriendo.

-Bueno, será mejor que caminemos antes de que el dolor se le pase. -Dije riendo.

-Buena idea.

Me acompañó durante todo el camino a casa, me pareció extraño, pero me gustaba el hecho de tener su compañía.

-No era necesario que me acompañaras.

-Claro, si te dejo solo y te encuentra Bowers otra vez no me lo perdonaría, sabes como es ese sujeto.

-¿Sabes? Es extraño que hayas hecho esto ¿De dónde sacaste tanto coraje?

-En verdad no lo sé, solo lo vi casi arrinconadote y no iba a pasar como si nada, eres mi amigo. -Dijo poniendo su mano en mi hombro.

-Oye Richie.

-¿Qué?

-Nunca te he visto, ya sabes, sin tus gafas.

-¿Quieres que me las quite? Está bien. -Dijo quitándose las gafas- No veo ni mierda.

-¿No logras verme ni un poquito?

-Algo. -Dijo riendo- Bueno ya me has visto, me las tengo que poner de nuevo.

-Te ves diferente.

-Ya lo sé, estas malditas gafas hacen que mis ojos se vean horribles, parezco cualquier cosa.

-N-no es para tanto, yo creo que te ves bien con ellas y sin ellas. -Dije nervioso.

Agaché la cabeza, me daba miedo mirarlo, finalmente levanté la mirada y me topé con su sonrisa y su mirada pegada a la mía al instante que lo miré.

-Que adorable eres. -Soltó y luego comenzó a rascarse la nuca.

-Ya.

Sentía mi corazón palpitar con fuerza al mirarlo y mis manos no paraban de sudar. De pronto Richie se acercó a mi para darme un beso en la mejilla y de inmediato me ruboricé.

-Nos vemos Eddie. -Dijo para luego carraspear un poco- ¡Nos vemos Eddie Spaghetti! -Habló de nuevo volviendo a poner voz graciosa como lo solía hacer.

-Nos vemos Richie. 

Do i wanna know {Reddie}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora