Quince

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-Eddie ¿Qué harás hoy? -Dijo Richie sonriendo mientras se acercaba a mí.

-Nada, supongo.

-¿Por qué no vamos al cine? Yo invito.

-Richie, no tengo dinero.

-Pero te estoy invitando ¿Quién dijo que tenías que pagar?

-No lo sé, Rich.

-¡Vamos! ¡Por favor! -Hizo un puchero.

-Está bien. -Negué con la cabeza.

Dio saltitos sobre sí y nos dirigimos al cine. Al llegar Richie compró lo necesario, eligió una película sin yo saber que sería, aun así ya asumía que podía ser una de terror y entramos a la sala. Durante la película sin querer me aferré a su brazo y lo apreté de tal manera que provocó que saliera un quejido por parte de él.

-Eso ha dolido Eddie.

-Lo siento. -Susurré.

Me solté y me tiró una palomita en la cara, tomé un puñado y se lo aventé en la cara. Me miró asombrado y él hizo lo mismo.

-Ya déjalo Richie.

-Tú empezaste.

-Ya deja de hacerlo.

Terminó la película y nos fuimos de ahí. No paraba de hacer lo típico, las voces y contar chistes haciendo que me riera hasta llorar.

-Vamos por un batido.

-No, eso es mucho, ya gastaste en mí en el cine. -Dije poniéndome serio- No es necesario.

-¡Como que no!

-En serio, gracias, pero no.

-¡¿Cómo que no?! ¡Oh no, mi corazón! -Dijo otra vez haciendo voces, llevándose una mano en el pecho.

-Eres increíble. -Reí.

-Voy intentarlo de nuevo. -Carraspeó- Vamos por un batido, última oportunidad, no la pierda, acepta, acepta mi amorrr. -Se incoó y me abrazó por las caderas.

-Richie, basta, está bien. -Dije entre dientes.

-Muy bien. -Se levantó.

Fuimos por el batido, Richie pagó todo y nos sentamos en un parque sobre el pasto. Miradas iban y venían y lo mismo con las sonrisas, por mi parte eran espontaneas. 

-Déjame probar del tuyo. -Dijo Richie acercándose a mi batido que era sabor fresa.

-Si te digo que no, tendría que soportar tus suplicas de nuevo ¿No es así?

Asintió y sonrió.

-En efecto. -Volvió a asentir emocionado.

-Toma. -Acerqué el vaso hacia él.

-¿Quieres probar del mío?

-No, no me gusta el café.

-Pero si está rico. Eds cariño...

-Esta vez no te funcionará rogarme.

-¡Por favor!

-Te odio.

Extendió su vaso y le di un sorbo.

-Bien, así me gusta, que novio tan obediente. -Dijo apretando una de mis mejillas.

-Te odio. -Volví a decir.

-Y yo te quiero. -Posó una mano sobre una de mis piernas.

La tarde se me pasó rápido, no sabía cuanto tiempo hacía desde que estaba con Richie, le dije que nos fuéramos porque o si no él que pagaría las consecuencias por tardarse al llegar a casa sería yo obviamente. Estábamos frente a la entrada de mi casa y Richie se acercó a mí para dejarme un beso en la mejilla, pero sentí el impulso de besarlo, puse mis manos tomando sus mejillas y besé repetidas veces sus labios.

-¡¡Eddie!! ¡¿Qué es lo que estás haciendo?!

Ya les digo yo que esta cosa se está poniendo buena, ya verán.

Do i wanna know {Reddie}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora