capítulo 2

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Habían pasado exactamente 5 años desde aquel día en que Harry se enteró sobre su prometida.

Harry trataba de engañarse a si mismo, trataba de mirar a Lottie como una mujer, trataba de enamorarse de ella. Sí, le gustaba su físico, ella era linda y divertida pero lamentablemente, no podía verla como algo más que una simple amiga.

Harry dejó de ser maltratado por sus padres desde esa misma noche que se enteró, hicieron una reunión familiar. Aquella noche Harry se sintió tan falso, tan manipulado y usado como si de un muñeco de tratase.

Él es el muñeco de sus padres.

Harry aún así no ha salido de esa gran casa. Sus padres evitan que tenga contacto con el exterior, pero más con los chicos, esperando que Harry se enamorara de la única persona que tiene a su alcance, Lottie.

No podía evitarlo, el joven de ahora 17 años no dejaba de llorar. Ahogando sus gritos en su almohada y apretando las sábanas en un puño, lo único que podía hacer para desahogarse. Para expulsar esos sentimientos de rabia hacia el mismo, por ser una marioneta de sus padres y por no poder vivir la vida que todo joven normal conlleva; una donde pueda ser feliz con la persona que quiera y no con alguien ordenada por sus padres.

El rizado escuchó delicados golpes en la puerta, rápidamente se limpió sus lágrimas y acomodó su cama. Tratando de que aquella persona detrás de la puerta no se diera cuenta de sus hermosos ojos rojos e hinchados por tanto llorar.

—Pase —dijo en voz alta acomodando su camisa. Una chica más baja que él entró con una hermosa sonrisa en su rostro que desapareció al ver a su prometido en tales condiciones.

—Oh, Harry, ¿estás bien? —corrió la chica hacia él y lo abrazó con fuerza, Harry no pudo evitarlo y se desató de nuevo en llanto—. ¿Qué tienes cariño?

El menor negó rápidamente y la alejó con cuidado. De nuevo sentía ese sentimiento asqueroso, dándose asco a si mismo. Se sentía la peor persona del mundo, engañando a Lottie, haciéndole creer que la ama como ella a él. Él nunca sentiría alguna atracción tanto sentimental como física hacia ella.

Harry siempre había pensado en esperar a su príncipe azul, como en los viejos tiempos.

Lottie tomó el rostro de Harry y se acercó a él, sus respiraciones empezaron a mezclarse al igual que los sentimientos, lamentablemente opuestos.

Harry no la apartó.

Lottie sonrió entre sus labios.

Lottie lo besó.

Harry no dudo en corresponder.

Sus respiraciones se mezclaron y sus labios se juntaron con tranquilidad. Un beso perfecto, a los ojos de Lottie. El rizado cerró sus ojos con fuerza, no le gustaba, no quería besarla, tocarla o tratarla como si fueran una pareja. Porque no era así.

Todos lo usaban, sus padres, los de Lottie y la misma Lottie, jugaban con él y su ignorancia hacia la vida. Completamente dispuesto a sus órdenes, Harry sentía asco de si mismo, sabía que era utilizado pero estaba a garras del infierno, atrapado en él y sin poder ser salvado.

Él quiere un príncipe que lo salve, no una bruja que le engañe y use como un pasatiempo.

—Adivina qué Harry —le dijo Lottie ahora acostada a su lado y abrazándolo—. ¿Te acuerdas de mi hermano?

—¿Hermano?

—Sí, él que te dije que no conoces porque fue criado por mis abuelos en Estado Unidos —el ojiverde asintió recordando aquello platica—. Bueno, resulta que regresará mañana y mis padres harán una cena con nuestras familias para darle la bienvenida, ¿no es genial?

—Mhm, es fantástico —dijo fingiendo felicidad al igual que fingiendo su sonrisa.

—¡Chicos! —se escuchó la voz de la señora Styles mientras subía las escaleras. Ésta abrió la puerta sin tocar y fingió sorpresa—. Pero qué hacen pilluelos, si van a hacer algo, pongan llave a la puerta —la señora Styles empezó a reír al igual que Lottie.

—Ay, señora Styles, qué cosas dice de verdad. ¿No es graciosa, Harry? —éste asintió, se sentó en la cama y colocó sus zapatos—. Además, su hijo me respeta mucho, no es capaz de sobre pasarse conmigo. Es realmente el chico perfecto —dijo la joven completamente enamorada y tomando la mano de su prometido.

Si tan solo supiera, pensó Harry mientras caminaba hacia la cocina junto con las dos mujeres.

—¡Sí! estoy emocionada porque quiero que Harry lo conozca. Sería genial que se hicieran mejores amigos —Harry notó como su madre hizo una mueca extraña tras el comentario de su prometida, sabía la razón, al igual de lo que se esperaba—. Oh, mi padre dice que está fuera. ¡Bueno, me tengo que ir! —la chica le dio un casto beso en los labios al rizado y uno en la mejilla a su futura suegra.

Apenas salió, Harry sintió la tensión del ambiente. Sí, sabía lo que le esperaba.

—No tenía pensado eso Harry, pero Lottie quiere que vayas a la reunión y que pases tiempo con su hermano. Sólo quiero advertirte algo, cariño, ni se te ocurra fijarte en él. Bueno aunque no creo que él lo haga en ti ya que las probabilidades de que sea un marica como tú son muy bajas —Harry sintió sus ojos arder al escuchar esa palabra que tanto odiaba—. Lo sabes Harry, estás advertido. No quiero que arruines nuestros planes, todo va perfectamente bien —la señora Styles se levantó y acomodó su falda—. Que tengas una linda noche, hijo —escupió con asco para luego dejar a su hijo ahí, sólo y con el corazón roto.

Lo único que su cerebro repetía era esa horrorosa palabra, "marica".

Harry quería escapar de una vez por todas, correr lejos de ese infierno, ser quien quiere ser.

Harry no quiere ser un títere.

Harry quiere enamorarse.

Harry quiere ser libre.

Harry quiere vivir la vida.

Harry sólo quiere ser amado.

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matrimonio; larryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora