capítulo 46.

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maratón 4/6

El silencio inundo el taxi dónde los hermanos se dirigían a casa de sus padres. Lottie miró a Louis apretar sus puños y su rostro inexpresivo mirando por la ventana. La chica podía notar como los ojos de Louis se encontraban llorosos y sus labios en línea recta, una clara expresión de ganas inmensas de llorar y dolor completamente inundadas en su cuerpo.

—¿Por qué niegas el amor que le tienes a Harry? —habló Lottie—. Deberías llorar, es la mejor manera de desquitar el dolor que sentimos, ¿no crees? —tomó su mano y entrelazó sus dedos—. Él te ama, aún tienes esperanzas Louis, puedes justo ahora ir a casa de Harry y verlo, puedes ver lo tierno que se mira con aquel embarazo, puedes besarle y abrazarle tanto como quieras. Sólo dilo, di que quieres ir con él... Louis.

—Mi padre me está esperando —Lottie bajó la mirada al escuchar la voz de su hermano de aquella manera. Se escuchaba decaída y rota, sabía que Louis estaba sufriendo más de la cuenta en su interior, pero todo lo guardaba, sólo pensaba en su orgullo y sus absurdas metas.

—Entiendo —la chica alzó la mirada y observó a Louis el cual no despegaba su mirada de la ventana—. Cuando logres convencer a mi padre sobre ignorar a Harry y el matrimonio, yo voy a contarle a Harry la verdad.

Louis no respondió, soltó un suspiro y llevó sus manos a su rostro, apretó sus parpados con fuerza y masajeó su sien. Sentía un nudo en su garganta, sus ojos le ardían y sus labios temblaban. Louis se sentía un tonto, quería llorar y romper todo lo que le pasara en frente por la rabia.

Ni siquiera había visto a Harry, ni siquiera de reojo, simplemente había huido como un cobarde; como siempre. Y se odiaba por ello. No sabía por qué él era así, por qué su cuerpo le negaba el correr hacia Harry, el besarlo y abrazarlo, o el decirle lo que en verdad sentía. Louis no sabía qué hacer, sentía su mundo desmoronarse por la constante guerra de sentimientos en su interior por culpa de Harry, aquel chico el cual le había mostrado lo hermoso que podía ser el sentimiento de amar a alguien de la manera más humilde existente.

Pero ese sentimiento que a él le había regalado, Louis lo había rechazado y botado, como si no fuera algo importante, como si el sentimiento de amar fuera algo lo cual se viviera millones de veces en tu vida.

Sólo amas a una apersona en una vida, los siguientes a ellos sólo con curitas las cuales tratan de arreglar el pasado dolor que deja aquella persona.

Harry era aquella persona, y Louis trataba de buscar las curitas para arreglar el lugar de Harry el cual aún seguía ocupado por él mismo, las curitas aún no existen, porque ellos se aman mutuamente, pero no pueden reconocerlo.

Louis sollozó en silencio.

¿Realmente todo podría cambiar si Louis aceptaba el casarse con Harry?

Aún tienes oportunidad de formar una familia con Harry.

—Llegamos, Louis —murmuró Lottie cerca de su hermano el cual ocultaba su rostro entre sus manos—. Está bien, trata de ser rápido con papá y luego volver a Estados Unidos, ¿sí? No te preocupes por Harry, yo le explicaré lo que pasó en el aeropuerto y tamb-

—Vamos a casa de los Horan, quiero hablar con Zayn.

Lottie sólo se limitó a asentir sin comprender por completo, y a pedir al chofer llevarlos a casa de los Horan. No tardaron más de cinco minutos en llegar debido a lo cerca que sus residencias se encontraban, Louis sin decir palabra alguna pagó al taxi y bajó directo a tocar el timbre. Lottie no entendía por qué la necesidad de hablar con el asistente de los Horan, pero si algo sabía, era que Zayn tenía algo con Louis, algo lo cual se había dado cuenta el día en que había dado la noticia del embarazo de Harry a la familia.

Zayn abrió la puerta y miró asombrado a Louis el cual seguía con la misma expresión dolorosa del camino. El mayor bufó y negó dejando pasar a Louis y a Lottie.

—¿Podemos hablar? —preguntó Louis con voz decaída.

—Sígueme —Lottie sólo los observó alejarse entre los largos pasillos del lugar. La chica sonrió de manera triste y subió las escaleras en busca de Amelia.

Zayn y Louis entraron en una oficina no muy grande la cual se encontraba al lado de una gigante sala de estar llena de variedades de juegos de mesa y billar. Louis tomó asiento y tomó una copa de vino la cual Zayn le había ofrecido.

—Regresaste, pensé que dejarías a tu pequeño juguete botado con aquel bebé —rió Zayn tomando un sorbo del vino—. ¿Por qué viniste?

—Necesito hablar con alguien, me estoy volviendo loco, no sé qué hacer, no sé qué pensar... Estoy harto de todo esto. A veces quisiera ir con Harry y decirle que lo amo, quiero estar con él, besarlo y pedirle perdón por todo. Pero luego algo en mi me prohíbe hacerlo, digo cosas de más, lastimo con mis palabras, pienso y actuó de manera imbécil por fuera, pero por dentro es todo lo contrario.

—¿Regresaste por Harry?

—No, regresé por mi padre. Él sabe que ese bebé es mío y me va a obligar casarme con Harry, él es así y no cambiará de opinión. Yo se supone que sólo vengo a deshacerme de él, vengo para negar el matrimonio y para convencer a mi padre —apretó sus parpados y soltó un leve sollozo—. Harry estaba en el aeropuerto, él me vio y me llamó, escuche su voz y... Y sentí que el mundo se venía encima mío.

—¿Quieres un cigarrillo? —Louis aceptó y tomó uno, Zayn prendió el suyo y el de Louis—. Estás tratando de decirme que haces las cosas sin pensar y lo que en verdad quieres hacer lo guardas para ti mismo por lo imbécil que eres, ¿no? —Zayn rió—. Tú mismo me dijiste que no amas a Harry, me lo afirmaste sin dudar un poco.

—Yo no sé lo que digo, tengo miedo. Si me caso con Harry le haré daño y voy a huir de nuevo, todo será peor, será más doloroso para los dos. Yo no puedo amar a alguien, ni siquiera a Harry.

—Te contradices a ti mismo —comentó—. Tienes que olvidar al Louis del pasado, deja a un lado a ese Louis que jugaba con la gente. Necesitas ser el Louis que sabe lo que hace y está seguro de sus actos, el que actúa como un verdadero adulto, el que se hace cargo de sus actos y tiene una familia a la cual ama y daría su vida por ella. En ti está cuál de los dos Louis quieres ser. Louis, no soy quien para decirte que haces bien y que haces mal, todo depende de ti, son tus decisiones. Sólo quiero decirte algo, Harry no es un objeto el cual estará todo el tiempo a tu disposición, y si quieres tener una oportunidad de cambiar, entonces acepta a Harry. Un matrimonio hace que saques a la luz tú verdadero tú, hace que recapacites antes de hacer algo que dañe a la pareja; porque la misma frase lo dice:

«El amor es ciego, pero el matrimonio le devuelve la vista»

—Todo queda en tus propias manos, y en tus sentimientos, Louis.

matrimonio; larryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora