capítulo 57.

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maratón 2/2

Harry acomodó su saco café sobre sus hombros y se levantó para dirigirse a la salida del aeropuerto con una expresión decaída. Empezó a caminar hacia su auto, se sentó en el asiento piloto y colocó las llaves en él. Al momento de arrancar sintió como su celular vibraba en su bolsillo. Al sacarlo, su expresión desapareció, todo gracias a un mensaje de Louis el cual le hizo sonreír y olvidar cada uno de los sentimientos deprimentes que albergaba en su mente en ese momento.

Chat con: Louis Tomlinson.

"Se supone que debería de mandarte mensaje al llegar a Estados Unidos y debería tener el celular apagado pero la verdad no resistí. Vi como estabas en el aeropuerto y realmente no pude evitar romper las reglas y encender mi celular antes de que el avión despegara."
Recibido 9:13 a.m.

"Verte triste me pone triste, verte feliz me hace feliz. El tiempo pasará rápido y cuando menos te lo esperes estaré contigo y Edward. Recuerda que te amo Harry."
Recibido 9:14 a.m.15

El rizado sonrió y guardó su celular en su bolsillo de nuevo.

A pesar de que cada uno de los recuerdos de meses atrás volvía a su mente, no podía evitar sentir aquella tranquilizadora sensación de confianza, y el amor entre su cuerpo y el de su esposo. Siempre dicen que el amor está sobre todo, y Harry creía ciegamente en él.

Harry prendió la calefacción del auto y acomodó su suéter antes de arrancar y dirigirse a casa de los padres de Louis, donde había dejo a Edward mientras la pareja iba acompañada al aeropuerto. El rizado no tardó más de diez minutos y estacionó frente la gran casa en aquella colonia adinerada. Al bajar y tocar el timbre, claramente escucho las risas de Edward al otro lado de la puerta, junto con risas adultas. Luego de un rato, el señor Tomlinson abrió la puerta con Edward colgando de su hombro junto con su pequeño overol hecho un desastre y completamente embarrado de yogurt.

—En serio, Edward —Se quejó Harry cansado al ver a su hijo en tales condiciones—. Tenemos que ir a casa de tu abuela y recuerda que si ella te ve así va a castigarte sin comer tus duces caseros.

—Perdón papi... —murmuró el pequeño bajando del regazo de su abuelo paterno y abrazando a Harry.

—Harry, ¿cómo estás? —el mencionado miró al señor frente suyo y relajó su cuerpo mientras soltaba un suspiro de completo cansancio.

—Ni siquiera yo lo sé. Louis se irá por mucho tiempo, le extrañaré mucho —el señor Tomlinson asintió y le regalo una sonrisa cálida—. Pero es trabajo, y me alegra que tenga la capacidad de arreglar sus problemas —añadió—. Bueno, señor Tomlinson, tengo que ir a casa de mis padres, me prometieron un desayuno en la mesa esta mañana.

—Entiendo Harry, puedes retirarte —Harry hizo una leve inclinación y cargó a Edward.

—Muchas gracias por cuidar de Eddie. Salude a su esposa de mi parte —el hombre asintió y se despidió de nuevo del rizado.

Harry sentó a Edward en su asiento especial trasero y colocó su pequeño cinturón sobre su cintura y pecho para poder así evitar cualquier accidente. Edward agarraba sus carritos y aviones de juguete mientas los movía en el aire y simulaba sonidos de aquellos móviles, al igual que saltaba sobre su asiento y trataba de zafarse para sentarse en el lugar de copiloto junto con su "papi" mientras su "mami" le cargara, cosa que hacían cuando Louis estaba con ellos.

—¡Papi! —se quejó el menor empezando a llorar de la desesperación al no poder quitarse su cinturón.

—No puedes bajarte de tu silla Edward. Louis no está para agarrarte ahora.

matrimonio; larryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora