capítulo 8.

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dedicado a -mixhael

Louis dejó su chaqueta en el sofá de su habitación y toma una caja llena de cigarrillos de uno de sus cajones, se dirigió hacia el balcón de su habitación para no inundar la habitación con el humo de aquel tóxico. Empezó a inhalar de éste el humo para expulsarlo con lentitud por sus definidos labios haciéndole una apariencia completamente elegante y masculina.

Imaginando todo lo que podría hacer con el pequeño chico de 17 años que tenía a su disposición, pero no completamente por el hecho de tener una gran pared que se intervenía en su paso: la señora Styles. ¿Su hermana?, a él no le interesaba. Louis envidiaba a su hermana por el hecho de tener un chico como Harry para ella sola y —ahora si completa disposición— le daba rabia.

Louis envidiaba a Lottie por tener a Harry para ella sola.

Pero no se rendiría, Louis tomaría a Harry como un trofeo el cuál deberá ganar y poseer para hacer lo que quiera con él, presumir y proteger su trofeo, pero también desgastar y aprovechar.

Un trofeo como Harry no está solo para admirar, si no para disfrutar.

Ya haciéndose ideas con él, desde principio a fin. Se aprovecharía de su jugosa inocencia para luego exprimirla y poseerla y hacer lo que quiera con él. Él se cobraría cada segundo que le haga feliz porque sabe qué Harry es un chico usado y desbastado, él no hacia nada gratis, ni siquiera a Harry Styles.

Aún recordaba con cuantas jovencitas habia jugado en Estados Unidos, a cuantas las había engañado y usado para satisfacer su ego. O cual había sido el primer chico con el qué se había divertido, uno de baja estatura, pelinegro y ojos azules el cuál lo habia complacido con el simple hecho de mirarle por tal perfección física. Louis había pensado que nunca encontraría un chico tan hermoso como aquel pelinegro de ojos azules, pero Harry había roto sus expectativas ya qué con solo escuchar de él, ya se encontraba imaginando la pureza y belleza de éste.

Y vaya que no se había equivocado.

Louis encontró a un chico el doble de perfecto que aquel pelinegro. Con solo ver sus delicadas facciones, sus labios, su cuerpo y la perfecta distribución corporal se había vuelto loco. Pero lo que más le volvía loco, aquella carita de ángel que el chico tenía.

En ese momento Louis empezó a sentir miles de necesidades hacia Harry. La necesidad de poseerle y corromperle, enseñarle lo excitante que puede ser la vida con el simple hecho de parpadear.

Desde ese instante se propuso ganar aquel trofeo con el nombre de Harry Styles; lamentablemente, uno más a su infinita lista.

Louis había logrado sacarle la información necesaria a su hermana sobre éste —o al menos lo que sabía— para lograr llevar a cabo el primer paso: enamorarlo.

Y es que a lo qué Lottie le había dicho, se había dado cuenta de lo fácil que sería conseguirlo, Harry es un chico perdido entre las paredes de su hogar con miedo a sobresalir y enfrentar a la bruja de su madre para ser libre. Un chico maltratado, con necesidades de libertad y prosperidad en su vida.

Louis encontró su punto débil: el amor, y si, Louis le otorgaría tal sentimiento para el simple hecho de ganarle.

Expulsó el humo y tiró el cigarrillo para luego aplastarlo con la suela de su zapato, miró su reloj de mano y revolvió su cabello mientras pensaba en que hacer. Sabía que Lottie se iría a casa de Harry como todos los días, así que pensaba en acompañarla y pasar el rato con el rizado, aunque no soportaría ver a Lottie besándole y abrazándole. Podría alterarse y ser obvio frente a su hermana, cosa que no quería.

matrimonio; larryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora