.·♥UNA SEGUNDA OPORTUNIDAD♥.·

CAPÍTULO 59.

La silueta de aquella mujer bailando sensualmente, su rostro oculto tras un antifaz, todos los recuerdos venían a la memoria de Alfonso y no podía creer que se tratara de su Annie, pensaba una y otra vez en cuantas veces la deseo al verla moverse en esa pista, tan sexy tan increíblemente encantadora, ahora como iba a poder reprimir ese sentimiento sabiendo de quien verdaderamente se trataba.

Iba a guardarse esa verdad... hasta que Anahí se lo confesara  o cuando ya no pudiera reprimir sus sentimientos.

Al otro día...

-Ya están listos? 

-Sí hijo, tranquilo vamos a buena hora...comentaba Ruth.

Los padres de Alfonso y él irían a visitar a Annie...

Al llegar a su casa los recibían Juan y Marina...

-Un gusto conocerlos... expresaba César.

-Por favor pasen, están en su casa... decía Marina.

-Hemos venido a visitar a Annie, Alfonso nos comentó que ya había regresado, esperemos que no haya ningún inconveniente.

-Claro que no, son bienvenidos.

-Gracias... respondía Ruth.

Alfonso estaba deseoso de verla otra vez, miraba constantemente las escaleras que conducían a su habitación, Juan lo miraba de reojo y agregaba...

-Vayamos entonces, que alguien por lo que veo está intranquilo.

Todos los presentes excepto Marina sonreían mirando a Alfonso...

Minutos después  Juan abría la puerta de la habitación de Annie...

-Se puede hija?

-Sí papá...

-Alguien vino a visitarte princesa...

Y entraban a la recámara César, Ruth y Alfonso con un arreglo frutal y uno floral.

-Buen día Annie! exclamaba César.

-Hola señor, un gusto volverlos a ver.

-Qué susto nos diste! Gracias a Dios ya estás de regreso hija... mencionaba Ruth.

Alfonso llegaba hasta Annie, ella le sonreía y él besaba su frente... de su sudadera sacaba una pequeña zombie de peluche...

-Espero te guste Anita...son igualitas no te parece?

-Jaaa está mona Pancho, muchas gracias.

 -Ay hijo no había un mejor obsequio para Annie? reclamaba Ruth.

-No, señora  está perfecto, él y yo nos entendemos... respondía Annie guiñándole el ojo a su amigo.

Marina salía de la habitación para ir en busca de Mía.

-Discúlpalo hija en estos días estuvo como ausente, le afectó no saber de ti.

-Discúlpenme a mí, no les quise pasar ese mal rato, pero estuve incomunicada.

-No te preocupes, Alfonso ya nos contó, ahora a reposar mucho para que esas costillas sanen y vuelvas a tu vida cotidiana...

-Sí es lo que más quiero! estamos a nada de graduarnos.

-Y has pensado en tu futuro?  preguntaba César - Trabajarás con tu padre?

-No lo sé aún, los proyectos que he realizado han sido en su constructora pero ya después me sentaré y meditaré las propuestas.

-No eses por nada pero mi hija tiene un gran talento, estoy seguro que ella se quedará al frente de la constructora... murmuraba Juan.

-No es para tanto padre, Alfonso, Christian o Christopher tienen unos diseños  y planos mejores que los mios.