Lisa Esteven

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Edward

Dejé a Ally allí y me fui. Me pidió explicaciones que claramente no le di. Quería estar sólo. Pensar, despejar la mente. Y sobretodo relajarme. Necesitaba dejar de verla por un momento. Esa chica pensaba demasiado alto, es como si me gritaran al oído. Qué irónico. Se aleja ella tan frágil y torpe, humana, de pensamientos nulos como la visión humana ante una ventisca de niebla y aparece Allison, de mi raza, que temía si quiera mirarme y a la cuál le gritaban los pensamientos retumbando en mi cabeza como un tambor. No era estridente, pero teniendo en cuenta que no quería ni tan si quiera permanecer cerca suyo no me apetecía. El día y la noche, completamente.

Tras una profunda reflexión con el coche aparcado en un descampado decidí presentarme allí para la segunda clase. Ally, como siempre, llegó la primera a clase y se preparó. Le gustaba realmente venir a este sitio y aprender. Eso me fascinaba ya que, ni a los humanos, les gustaba. Me senté a su lado y me miró de reojo, con una expresión de pocos amigos.

-¿Dónde has estado? -preguntó con un tono de reproche.

-¿Eso importa?-contraataqué con otra pregunta. Se tomó aquella respuesta como ofensiva y no volvió a dirigirme la palabra durante toda la clase. En la siguiente clase se sentó con una chica, la cuál su compañero estaba enfermo. Ella era Lisa Esteven.

Una chica algo básica del estilo de Jessica, de pelo negro y estatura normal, como de 1'60, algo bajita puede ser, delgada, con un tono de piel bronceado pero con una expresión facial de poder derribar un camión con solo mirarlo, o de fusilarte. Al parecer simpática, o al menos eso le estaba pareciendo a Ally. Pero mi mayor duda era el porqué se había sentado con una desconocida. Al principio me planteé que fuera por hacer amigos pero después hallé la respuesta en su cabeza. Según ella, era casi lo mismo estar con un desconocido que conmigo, e incluso un desconocido era menos antisocial que yo y menos frío. Aquella reacción no me la esperaba y cuando me percaté no pude evitar reírme. Jasper creyó que yo le dije algo, pero lo cierto es que sólo estaba siguiendo mi patrón de seguridad. Frialdad. Mi madre biológica siempre me dijo que eligiera muy bien a las personas que dejaba entrar en mi vida, ya que cuántas más fueran, más podrían irse de ella. Y acertó completamente. Por ello no quería tener ninguna relación amistosa con ella. Puede que se quedara para siempre, pero también podía cruzársele un cable e irse.

Más tarde le pregunté a Ally que porqué se había sentado con aquella chica. Aunque ya supiera la respuesta quería saberla de su boca.

-Me gusta estar con gente simpática.- Y no, no mintió aunque pensé que lo haría, fue directa y si pensaba que me dolería su respuesta, se equivocaba. Yo reí. Porque que me riera de algún comentario sin humor alguno, le ponía de los nervios, y si pretendía hacerme eso a mí, no se lo permitiría.

-¿De qué te ríes?-preguntó alterada e irritada.

-Me hace gracia tu actitud.-mentí. Ally vio a Lisa y la llamó olvidando mi comentario. Esta se acercó a ella y se fueron juntas a la siguiente clase. Esperaba que Ally no se hiciera muchas ilusiones con su nueva amiga ya que no podría llevarla a casa, y difícilmente su hermano le permitiría quedar con ella por mucho tiempo, lo de ser sobre protector no es precisamente su mejor habilidad ya que no sabe.

Miráme a los ojos. (Twilight)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora