Me quedaré contigo.

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Narra Ally.

Sentí como algunos objetos dentro del coche empezaron a levitar. Me faltó tiempo para salir corriendo del Volvo y lanzarme a sus brazos.

Él me recibió con los brazos abiertos y me levantó entre ellos haciendo que yo dejara de pisar el suelo. Desde que le había visto, dejé de tocar el suelo. Creí que volaba. Pero no era así, volaban basura que había tirada por la calle, volaba el agua de una fuente situada enfrente del edificio, volaba mi alrededor, un revuelo de sentimientos dentro de mí me dejaba sin palabras. Solo deseaba que aquel abrazo no acabase nunca.

Me olvidé por completo de Edward y Jacob e incluso de Jasper. Sólo me recomía la culpa cuando Isac me besó. Pasados unos minutos nos despegamos. Los dos estábamos igual. La situación era surrealista. ¿De verdad esto estaba pasando? Me di cuenta de que sí, de que asumía que era él cuando todo lo que volaba a mi al rededor caía en picado hacia su respectivo lugar.

-Estás vivo...-dije tan fuerte como mi garganta me permitía, es decir, bastante flojo.

-Y tú estás viva...-dijo él sonriendo.

-Pues claro que lo estoy.-dije confusa.-¿Por qué iba a estar muerta?

-Me dijeron que te habían matado.

-A mi me dijeron que te habían matado a ti. Casi mato a los Vulturis porque creía que habían sido ellos. Me he pasado dos años buscándote.

-Y... ¿Dejaste de hacerlo?-dijo con un tono de decepción.

-No, para nada, es sólo que buscándote a ti encontré a Jasper.

-¿A tu hermano? ¿Es como nosotros?-dijo atónito.

-Sí Isac, es como nosotros, y está genial, ahora tengo una familia envidiable.

-Me alegra que estés bien. Y me alegra que lo encontraras a él.-Isac no dejó de mirarme a los ojos ni un solo segundo.

-Y a mi que estés vivo. Vente. Ven a vivir conmigo. Vamos.-tiré de su brazo pero él no dio un paso.-Vamos Isac.

-Ally no puedo.-Dijo quieto, ahora con una mueca y una expresión entristecida.

-¿Qué?-¿Por qué no iba a poder? Claro que sí.

-Si me voy me matarán a mí, a ti, a tu hermano... Ellos no son tan buenos como aparentan.-La verdad no los he visto pero por lo que sé, no lo son.

-Pues...me quedaré contigo.-Dije sin pensar realmente en todo.

-Éste sitio no es bueno para ti.

-Isac te he encontrado, no puedo perderte otra vez. Hemos pasado cien años juntos... Yo no puedo perderte.

-Lo sé, y no te puedes imaginar lo muchísimo que te quiero y lo que te echaba de menos. Pero Ally yo ya estoy prisionero aquí, y tú no te puedes quedar. Es el mismísimo infierno.- Acarició mi mejilla apenado.

-Isac no.-dije con tono de agobio.

-Te quiero mi niña. Dime dónde vives e iré a visitarte cuando pueda.

-Forks, es un pueblo cerca de Seattle en una casa a las afueras, no te costará encontrarla. Prometeme que irás a verme.-le expliqué con ansia y esperanza. Él agarró mo cara con ambas manos y me miró a los ojos. Ahí me detuve a mirarle, no había cambiado ni un poco solo. Sus ojos seguían del mismo color, su pelo estaba exactamente igual peinado, sus manos grandes y algo huesudas que nunca he olvidado... Seguía siendo el mismo. Y por lo que estaba diciendo, su forma de ser tampoco había cambiado ni un poco.

-Ally, te juro por mi propia vida que iré a visitarte en cuanto pueda.

-No me puedes dejar otra vez.

-No lo haré.- Dijo atrayendome hacia él y me abrazó.-Te prometo que nunca lo haré.

Miráme a los ojos. (Twilight)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora