Objetividad y subjetividad.

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Edward

Pasado un rato pensé buena idea el salir por si la encontraba en algún lugar del bosque y esperaba que hubiera recordado todo lo dicho sobre el tratado y que siguiera sana y salva. Me dispuse a salir por la puerta cuando escuché su pensamiento por lo que no debía de andar lejos y eso significaba que estaba bien. Suspiré aliviado y entonces salí. Por alguna extraña razón creí que estaría en el mismo lugar de esta tarde, el árbol, y así era. Cuando llegue allí estaba ella sentada a los píes de éste con la cabeza hacia atrás y los ojos cerrados. Me senté a los píes del árbol que había justo en frente de ella y simplemente esperé a que ella quisiera hablar o mirarme, y puesto que pasado un rato no lo hacía decidí hablar yo ya que me pareció raro.

-¿Estás bien?-pregunté esperando que me mirara y esta vez si lo hizo. Sus ojos tornaban casi negros a pesar de llevar las lentillas y su expresión era cómo de decepción.

-¿Sabes qué ocurre cuando durante toda tu existencia has sabido amar a una única persona y cuando eso cambia no sabes como sobrellevarlo?-dijo ahora con la mirada ausente.

-Puedo entenderte pero no sé si hablamos de lo mismo.-Claro que lo sabía, estaba escuchando su enrevesado pensamiento, pero no era de buena educación destrozar el debate de una persona que intenta explicarse para que le ayuden.

-Sinceramente no sé qué me está pasando. No sé qué estoy haciendo, no sé cómo se afrontan las emociones. Sólo entendía mis sentimientos con él. Pero ahora todo es distinto.

-¿A qué te refieres?-pregunté confuso.

-A que estoy dudando de si los flechazos existen, o simplemente ver a una persona y que te parezca agradable de esa forma como si quisieras conocerlo en dos segundos es normal. Y a qué tampoco sé lo que provoca una simple muestra de afecto cuando llevas un tiempo esperándola, no sé si es una confusión entre amor, cariño u orgullo.

-Puede que esté entre lo segundo y lo tercero, pero sinceramente, optaría casi por lo tercero. Y en cuanto al primer debate interno, podría casi asegurarte que ese tipo de flechazos existen.

-¿Alguna vez te ha pasado?

Negué.-Pero lo más parecido a ello fue Bella, y créeme desde aquella primera conversación quise conocerla en un sólo segundo, saber todo de ella.

-¿Y si estuvieras en mi situación tendrías una relación en este momento?-dijo atenta a mi respuesta.

-No lo sé, yo no soy tan fuerte como tú Ally. Si tras ciento setenta y dos años hubiera perdido a Bella probablemente no estaría aquí ahora mismo.

-Vale, supongamos que eres tan fuerte como yo.-dijo sonriendo.-¿La tendrías?

-Puede que sí, eso siempre depende de lo fuertes que sean tus sentimientos.

Ahora rió algo sarcástica.-¿No me vas a dar una respuesta objetiva verdad?

Me encogí de hombros. Aunque sabía lo que pensaba durante toda la conversación había estado contraatacando con argumentos y preguntas que ni si quiera me esperaba. Es como un puzzle en el que cada una de las piezas cambian de dibujo constantemente. Es imposible terminarlo.

-No se a dónde quieres llegar.

-Claro que lo sabes, pero no quieres reconocerlo.

Miráme a los ojos. (Twilight)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora