Miráme a los ojos. (Twilight)

Es de Jacob.

Narra Edward.

Una vez en tierras de lobos nos dirigimos a la casa de Jacob con la esperanza de que Ally y él siguieran vivos. ¿Era posible que hubiera perdido el control con Jacob? ¿O estaría siendo yo un exagerado?

Pero cuando empezamos a visualizar la casa Sam, Lea, Paul, Jared y Set llegaron corriendo a cuatro patas. No queríamos pelear, pero ellos no querían escucharnos por lo que no nos quedaba otra solución. Además se habían transformado, no se les veía intención de hablar como personas.

Nosotros no íbamos con malas intenciones. Bueno, a lo mejor un poquito, pero no con el propósito de matarlos. Sam se le encaró a Jasper y Paul a mí. Supongo que porque sabían a lo que veníamos.

-No venimos a pelear, venimos a por lo que es nuestro.-Dijo Jasper.

-Ally no es vuestra, es de Jacob.-pensó Sam dirigiéndose a mí y gruñendole a Jasper.

Aquella frase me dio tantísima rabia que probablemente si hubiera sido humano, habría llorado. Pero siendo lo que soy le arrancaria la cabeza. Por impotencia. Por miedo a que tuviera razón. Por no querer asimilar que él le hacía bien. Y porque hablaran de ella como un objeto.

-Sam dice que Ally es de Jacob.-informé para los que no tenían la capacidad de leerles la mente.

-¡Ally es mi hermana maldito lobo!-gritó Jasper con rabia y se le lanzó, con intención de atacarle, Sam se defendió y vi a Alice ponerse nerviosa a demás de que pretendía ayudar a su novio.

Pero Ally salió corriendo de la casa de Jacob y agarró a Sam arrastrándolo y separándolo de su hermano.

-¡Parad!-dijo interponiéndose entre ellos.

Jacob salió también y se transformó de un momento a otro. Le pidió a Sam que nos dejara que si éramos su familia no podría tocarnos tampoco.

Yo les fui traduciendo los pensamientos de los lobos y Paul se me echó encima para que parara. Ese chico sentía rabia incluso por el aire. Ally le sacó los colmillos para después levantarlo telepáticamente.

-Jacob quiere que lo bajes.-dije para ella. Jake me lo había repetido ya tres veces pero no tenía mucho ánimo de hacerle caso hasta que lo hice. Ella obedeció. Lo dejó en el suelo lentamente.

-La próxima vez no va a ser tan delicado el aterrizaje...-dijo casi susurrando. Pero la escuchamos y Paul le gruñó.

Se despidió de Jacob y nos fuimos. El camino a casa fue algo intenso. Volaron indirectas y directas de un lado para otro y agradecí que no me hubiera caído ninguna. Así que me dediqué a mantener un rotundo silencio. Tampoco tenía mucho que decir.