Narra Ally
Escuché la conversación de Edward y Carlisle sin más remedio ya que además de estar a un par de metros, preguntó gritando. No terminaba de entender el problema que tenía conmigo, ni de asimilar el tipo de relación que quería. Desde luego yo no era la persona más indicada para hablar de aclaraciones pero lo suyo era algo obsesivo. Emmett y él se pusieron a jugar al ajedrez en la mesita de en frente y me pareció bien la iniciativa por parte de Emmett, pensaba que Edward se distraeria, pero al poco de iniciar la partida me di cuenta que fue solo una excusa para permanecer cerca de mí, leyendo mis más profundos pensamientos de forma discreta, pero no le iba a ser tan fácil resolver la adivinanza. Y aún sin hacerle caso a la partida, ganó.
Intenté no darle importancia mientras discutía con Alice y Rosalie las posibilidades de estar con Jacob, al que ellas le llamaban lobo, ya que ni sabían ni tenía pensado que supieran de quien se trataba. La primera me advertía de las tremendas consecuencias que aquel drama romántico podría llegar a tener y aconsejaba sobre su opinión, pero claro su opinión era tan negativa como su repulsión por ellos. No le quitaba razón ante las advertencias, pues no le faltaba, pero hacia los consejos únicamente asentí, para darle a entender que los comprendía pero no los compartía.
Y la segunda romantizaba toda situación dada y por dar. Me apoyaba en todo amor posible sin ningún inconveniente, su única pega era que no quería oler a perro cada vez que llegara a casa. Entendible.Ambas opiniones me parecían válidas pero extremistas, por lo que, en resumen, hice prácticamente caso omiso a ambas partes. Así las tres quedaríamos conformes. Ellas por advertirme, y yo por seguir con lo mío. Entonces empezó el interrogatorio:
-¿Y cómo aguantas su olor a perro mojado?-dijo Alice entre fascinada y asqueada.
-No le encuentro ningún olor repulsivo. Solo calidez, y olor corporal humano, que a veces no es fel todo agradable pero aún así te acerca tanto a lo normal, a un cuerpo de carne y hueso...-suspiré, y Rosalie conmigo. Ella sí entendía el deseo que compartíamos por ser de nuevo personas de verdad, humanas.
-No sé como lo haces aún así.-Insistió ella.
-Volviendo al tema.-Dijo Rosalie.-¿Dónde fuisteis?
-A un acantilado, es un sitio bonito.
Noté que Edward se tensó, con él no podía permitirme bajar la guardia así que estaba pendiente. -¿Y habéis ido andando o él se tuvo que transformar para poder seguirte?-se metió él.
-Muy gracioso.-dije en tono sarcástico.- La verdad es que tiene una moto muy guay y vino a por mí en ella.
-¿Qué?-Se sobresaltó- ¡Es Jacob!-dijo saliendo del todo de su partida de ajedrez. Adivinanza resuelta. Ahora me tocaba hacerme la tonta, y con lo bien que se me da...
-¿Es Jacob?-Gritó Rosalie.
-No sé quién es ese Jacob.-dije para despistar.-Para tu información aún no conozco a nadie de la tribu, así que no sé de quién me hablas.
-Jacob es el único lobo que va en moto.-aclaró Edward aún alterado.
-Eso no lo sé, pero si es el único que tiene se la habría pedido al tal Jacobo.-Mis argumentos no resultaron demasiado convincentes así que pregunté por él, como si fuera un total desconocido de verdad. - ¿A qué se debe tanto alboroto por ese chico? ¿Por qué sabéis tanto de él y nadie me ha contado nada?
-Se enamoró de Bella.-dijo Rosalie sin tacto alguno, como un jarro de agua fría, con hielo y todo.
-¿Se imprimó?-Dije sorprendida.-Me hubiera gustado conocer a Bella, parece una chica muy... Interesante.
-No. Se enamoró, a secas.-Contestó Emmett, algo aburrido, deseoso por continuar esa partida que no tenía pinta de ser reanudada.
-Y por mera curiosidad, ¿es posible desimprimarse?-pregunté curiosa.
-Sólo es posible imprimandose en otra persona.-Dijo Rosalie, muy puesta en el tema. Puede que no soportara a los lobos, pero todo tema amoroso, ella debía conocerlo al dedillo. Miré a Edward, quien para variar se me había adelantado. Pero su mirada ya no era la de antes, ahora denotaba tensión, y eso me gustaba más que la de curiosidad.
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Miráme a los ojos. (Twilight)
Vampire-Bella era una simple humana, Ally. Insignificante como todas, pero se diferenciaba en una cosa, su magnífico y exquisito olor. La primera vez que la vi creí ver mi fin tras descubrir ante los humanos el secreto de los vampiros cuando en mi cabeza n...