Te odio demasiado.

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Narra Ally.

Edward te odio.-Pensé sabiendo que me oiría.

Todas las miradas de los presentes se fijaron en mí y vi como de repente un cuadro colgado a en la pared interior y el mando a distancia de la televisión se elevaban. Cerré los ojos evitando que la tele también volara por los aires.

Cuando ambos cayeron en picado al suelo esperé que se asustaran y despegaran la mirada de mí, pero no, aún los sentía acechandome. Incomodándome.

Te odio demasiado.-Volví a pensar.

-O dejáis de mirarla así o volará toda la casa por los aires.-Advirtió Esme con su voz tan suave y ducle. No era calculable el cariño y amor que le había cogido a esa mujer en tan poco tiempo.

Abrí los ojos y rápidamente las miradas fueron disparadas como balas hacía Edward pidiendo más.

-Bueno, pues entonces solo hay una manera de acabar con eso. Vámonos de caza.-Dijo Emmett con un toque de humor en sus palabras y rozando sus palmas.

-¿Qué? ¡No!- Esas palabras me producieron una sensación extraña que ni si quiera recordaba que se pudiera sentir.

-¿Quién es?-Dijo Rosalie intrigada, enfadada y a la vez curiosa. Ella lanzó la pregunta por si yo me ofrecía a contestarla o por si Edward ya había hurgado bastante en mi cabeza como para sacármelo.

-Nadie.-Dije enfadada negándome a contestar aquella pregunta.

-¿Alice? -Dijo Jasper esperando que ella lo puidera sacar de mi cabeza. Pero negó con la cabeza.

-Ya sabes que no puedo ver nada relacionado con los chuchos.

-¿Has estado con él?-preguntó Emmett casi pisando las palabras de Alice.

Asentí secamente.

-En el acantilado.-Completó Edward.

-Eres un mentiroso, no se puede confiar en ti, no mereces la confianza de nadie y la mía aún menos. - Dciho aquello me fui de allí y no precisamente a velocidad humana.

Entré en tierras de lobos. Por la información que me había llegado sobre los lobos y teniendo en cuenta las muchas vueltas que le había dado a la declaración que Jacob no logró decir, mis deducciones eran que se había imprimado. Por lo que si Jacob se había imprimado en mí, no podían hacerme nada, no había norma válida. El tratado era prácticamente nulo para mí. Probablemente hubiera averiguado información adicional por mi parte pero eso era lo de menos.

Estaba muy enfadada, creía confiar en Edward pero no sirve de nada.
No es nada malo, Jacob es un lobo, pero, ¿y qué? Él se enamoró de una humana. Es aún peor.

Jacob me había explicado donde estaba su tribu, me dirigí para ello por el camino donde tuvimos aquella bronca y llegué de manera fácil. Aunque no sabía exactamente donde residía podría encontrarlo siguiendo su olor.

No quería volver a casa.

No quería ver a Edward.

Miráme a los ojos. (Twilight)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora