Narra Edward
La tarde de antes Ally invitó a Lisa a casa para empezar con sus cosas de animadoras y eso por lo que estaba emocionada y de camino al instituto le pregunté por ello, ya que estaba deseando que alguien le preguntara.
-¿Cómo van los entrenamientos, acróbata?-le dije en el coche a Ally.
Aquel Volvo era el mejor recuerdo que podía tener de ella para toda mi eternidad. En él era donde nuestras conversaciones solían ser tranquilas, sinceras, nuestras al fin y al cabo.
-Van muy bien. ¿Y sabes lo mejor? Lisa no se ha percatado de nuestra piel fría.
-Genial entonces, ¿no?
-Sí. Es muy buena chica. A Rosalie y Alice también les cae muy bien.
-¿Puedo hacerte una pregunta que me lleva rondando la cabeza desde que lo pensaste?
-Claro, si yo puedo hacerte otra.
Reí. Negociadora y todo.
-Vale. Las damas primero pues.-dije con un tono cómico y de chiste.
-¿Pasas todo el día leyendo mis pensamientos?-dijo ella bien seria pero sin mala intención.
-No, pero gran parte. Me gusta cuando te lías tú sola, cuando me hablas sin decir nada y sin esperar respuestas, cuando piensas en mí sin darte cuenta de que te estoy escuchando y cuando lo haces aún sabiéndolo. Me gustan tus opiniones sobre lo estúpida que es Charlotte o tus escaneos diarios a la ropa de sus amiguitas, envidiandolas. Me gusta tu interés por sacarnos a todos de ese grupito de raros.-dije totalmente sincero.
-No puedo fingir que no siento nada por ti si me dices esas cosas.-Ally rió tras pronunciar la frase y se pasó las manos por la cara.-No descartare que me suenas a acosador, pero así mr haces las cosas difíciles.
-Lo siento.-me arrepentí.-Me he dejado llevar.-dije sonriendo aunque mordiendo mi labio intentando reprimirlo.
-Y... ¿Tú pregunta era?
-Es sobre... Él.-dije refiriéndome al chico con el que pasó casi toda su vida. Ella entendió a quién me refería con rapidez y asintió acompañando un suspiro.
-¿Qué ocurre con él?
-He escuchado en tu cabeza que él también tenía un don, pero no has dicho cual.
-Te veo muy interesado con los dones, ¿no?-dijo Ally.
-Sí, tengo mucha curiosidad, quiero conocer todos los posibles. Es increíble lo que se puede hacer.
-Él si que era increíble.-dijo bajando la mirada.
-Si no quieres no hace falta que contestes la pregunta.-dije arrepentido.
-No, no importa, hablar de él significa que aún está vivo, en el recuerdo-dijo algo resentida.- Él era capaz de hacerte pensar que algo había pasado, aunque no fuera así y también borrar momentos de tu cabeza. Manipular tu mente como si de una gran habitación con archivos de recuerdos se tratase. Podía poner y quitar escenas en tu cabeza y liarte como se le antojara. A mi nunca me hizo nada de eso, me quería demasiado como para tocar cualquier rincón de mi cabeza.
-¿Y por qué no te borró... Ya sabes... Esa tragedia?-le pregunté con delicadeza y tranquilidad refiriéndome a cuando perdió el control con la sangre de sus padres.
-Me lo propuso, pero yo no quería, mi castigo es vivir con ese pesar y si no tenía ese recuerdo no habría castigo.
-Entonces él es inmune al don de Aro.-dije para mí mismo.
-¿Quién es Aro?
-¿Recuerdas la historia de la familia real de vampiros?
-Eh... creo que sí. -preguntó aunque le costó acordarse.
-Ellos son Vulturis y Aro es uno de ellos. Tiene un don, es capaz de ver cualquier cosa que tú le muestres con solo cogerte de la mano.
-¿Qué? ¿De dónde son los Vulturis?
-De Italia.
-Frena.-dijo muy alterada.-¡Frena Edward! ¡Para el coche!
-¿Qué?-dije haciéndole caso.
-Me tengo que ir.-Dijo alborotada y me puse nervioso, no sabía que estaba pasando.
-¿Que pasa Ally?-insistí, en sus ojos había miedo.
-Creo que sé a quién maté y quién lo mató.
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Miráme a los ojos. (Twilight)
Vampire-Bella era una simple humana, Ally. Insignificante como todas, pero se diferenciaba en una cosa, su magnífico y exquisito olor. La primera vez que la vi creí ver mi fin tras descubrir ante los humanos el secreto de los vampiros cuando en mi cabeza n...