Miráme a los ojos. (Twilight)

Durante años.

Narra Ally.

Cuando me fui a dar cuenta tenía un mensaje suyo.

"Ya lo he contado todo. Todos están enterados. A ellos seguirán sin permitirles el paso aquí así que espero que tu hermano se controle."

No contesté. No sabía como contestar. Tenía claro que Jasper iría a por él en cuanto se enterase. Así que mi única opción sería ir con él e impedir que se le echen los lobos encima.

Edward me estaba mirando todavía. Le desafié. Le miré con demasiada seguridad, diría yo. Él no se intimidaba y tenía claro que no lo haría. Estaba esperando a que yo apartase la mirada pero yo no pensaba ceder. Jasper dio una sonora palmada.

-Demasiado fuerte incluso para ser un monstruo.-admitió Edward riendo. Pasando de la llamada de atención de mi hermano.

-No eres nada a lo que le deba temer. Pero gracias si era un halago.

Me sonrió. Pero su sonrisa se convirtió en una corta risa. La verdad, me habría gustado ver aquella escena durante años. Habría sido capaz de quedarme quieta, mirando como reía, si fuera capaz de congelar el tiempo. ¿Por qué había dicho aquello mi subconsciente? ¿Sabiendo que Edward me oiría? A veces me pregunto como puedo ser tan propensa a la estupidez. Con un toque de vergüenza y timidez le lancé una última mirada solo para saber que hacía él ante mi declaración sobre la bonita sonrisa que tenía. Estaba observando minuciosamente el tablero de ajedrez sobre el que estaban jugando. Pero sin dejar de sonreír.

Eché una ojeada hacía los demás presentes en la sala que mantenían los ojos sobre ambos intentando entender que acababa de pasar. Estaban casi como yo. Noté como la sensación de comodidez con ellos desaparecía.

-¡Jasper!-le grité. Él rió.

-Ah, con que esas tenemos, ¿no? -Me centré únicamente en él como si fuéramos los únicos habitantes allí.

Y de repente, la sorprendente magia que hacía que todos prestaran atención por curiosidad y fascinación se activó. Mi hermano comenzó a levitar sus pies por el suelo de la habitación pareciendo un fantasma de verdad y comenzó a aumentar la distancia con el suelo, estaba volando. Casi rozando el techo. Estaba haciendo volar a mi hermano. Y por más que intentara enfadarse, sólo le causaba ilusión. Como a un niño pequeño. Realmente no sabía como era que podía con él, normalmente no sé levantar personas por voluntad propia. Pero fuertes sentimientos creaban en mí la fuerza suficiente. Y seguramente fuera el hecho de que aquella casa y aquellos vampiros, lo cuáles mis nuevos hermanos, me hacían sentir bien. Me hacían sentir que no estaba sola, que tenía un familia que me quería y esa sensación era demasiado profunda como para no tener las suficientes fuerzas para levantar a alguien.