Una demostración.

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Narra Ally.

Llegamos en una furgoneta algo amarillenta a una bonita casa a pocos metros de la carretera del bosque.

Esa era bastante más grande que la casa de Jacob.

Él me cogió de la mano.

-Preparada?-asentí ante su pregunta.

Andamos hasta llegar a la puerta de la casa y Jake se quedó parado.

Había un gran salón que conectaba con la cocina.

Cuatro chicos y una mujer estaban sentados al rededor de una mesa hablando y riendo.

Jacob tosió para llamar la atención.

Todos miraron.

Yo me puse nerviosa.

-Hola Jake-dijo la mujer.-Quién es tu amiga?

Qué?

Cómo que quién es tu amiga?

Según hasta dónde yo sabía la tribu estaba ya bien informada de mí.

-Es Ally.

-La... Vampira?-preguntó tragando saliva.

Un chico de cabellos oscuros rompió aquel incómodo momento.

-Sí Emily, la vampira. Tranquila pequeña, pasa, no te haremos nada.

-Bueno... Esa era la idea. Volver a casa con vida.-dije con algo de miedo.

Otro chico situado a su lado rió.

Jacob dio un par de pasos hasta situarse enfrente de ellos y yo los di con él ya que me daba miedo separarme de él.

-Tranquila. Estás a salvo.-dijo otro moreno.-Estos son Embiy, Paul y Jared. Ella es mi mujer, Emily y yo soy Sam.

-Ally, Sam es el líder de la manada.-aclaró Jacob.

-Tiene que ser muy guay ser líder de una manada, no?.-dije aún nerviosa.

-Está bien, no me puedo quejar.-dijo entre risas.

-Oye, tu no eres a la que cazamos en el bosque?-dijo Paul.

-Esa misma.

-Vale, ahora que hay un poquito más de confianza. Qué fue lo que nos hiciste? No podíamos movernos.

-Ah... Eso. Bueno, como supongo que sabréis Edward lee las mentes y Alice ve el futuro. Bien, pues yo también tengo un don. Consiste en manipular cualquier objeto o ser con la mente. Puedo elevar, deslizar y frenar todo lo que mi mente sea capaz de soportar.

-Impresionante.-dijo Jared.

Sonreí.

-Haznos una demostración.-dijo Sam poniéndose en pié.

Fue hacía la puerta y se quedó ahí parado mirándome.

-Voy a andar hacia a ti, parame.-ordenó.

Y me dio miedo no hacerle caso así que lo hice.

Comenzó a dar pasos hacia mí.

Yo le miré fijamente y me concentre.

Congelando así su cuerpo durante el tiempo que yo quisiera.

-Que pasada.-dijo Paul.

Dejé de mirarlo y volvió a moverse, mirándose las manos, sorprendido.

-Entonces en una pelea lobos contra vampiros no hay quien os gane contigo, no?

-En realidad no es tan simple como parece. Si estoy excesivamente nerviosa tengo que cerrar los ojos o todo lo que sea visible para mí, de no mucho peso, empieza a volar por los aires. Y tengo que estar o muy concentrada en ello o mirándolo fijamente para hacerlo bien. Como cuando lo hice con dos lobos en el bosque mientras Jacob intentaba arrancarme la cabeza. Controle los nervios y os detuve sin prestar mucha atención. Cien años no bastan para aprender a controlar este don.

-Increíble. Entonces los raritos y tú sois los más poderosos de vuestra familia.

-No, en realidad cada uno tiene su puntito de fuerza o de mayor desarrollo de algún sentido aunque no tenga don.

-Tú tienes algo más a parte del don?-preguntó Emily.

-Sí... Más o menos. Según Edward tengo un control sobre excesivo de mi sed. Dice que soy más humana que cualquier vampiro que él haya conocido. Como mi padre, Carlisle.

-O sea,-dijo Jared riendo- además de superdotada, incapaz de hacerle daño a nadie. Increíble, y yo que pensaba que sería todo un reto tener una vampira en la familia.

Jacob rodó los ojos.

-Alguna pregunta más en el interrogatorio?-dijo él.

-No. De momento.-dijo Sam.

Miráme a los ojos. (Twilight)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora