No aseguro nada.

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Narra Edward.

Ally salió de allí conmigo y la dirigí hacia mi cuarto. Se sorprendió, según sus pensamientos, le pareció extraño que la invitara a mi cuarto.

-Dime la verdad por favor. ¿No has estado cazando a que no?

-No.-Se resistió a decir.

Era obvio, que no.

-¿Dónde has estado?

-¿Me prometes que no se lo dirás a Jasper?-trató de mostrar confianza en mí y que yo la mostrara en ella.

-No te puedo asegurar nada.-Le advertí.

-En...-se pensó si decirlo o no en una batalla con ella misma que estaba retumbando en las paredes de mi cabeza, pero acabó cediendo.-En el acantilado, junto a la playa.

-¿Qué? ¡Ally ese es terreno de lobos! ¿Quieres que te maten? Pero... - estaba atónito y a penas sabía que era lo más correcto pronunciar en aquella situación. -¿Qué pretendías yendo a ese sitio?

Me quedé callado esperando una respuesta razonable que consiguiera calmar el estado de ira en el que estaba entrando. Verla al borde de la muerte ya fue suficiente una vez, me bastó con una, no necesitaba otra.-¿Has estado con un lobo?-grité histérico, rezando en mi interior porque no fuera así, pero era casi imposible que no hubiera ocurrido puesto que lo pensó por error.

-¡No!-gritó inmediatamente mientras dos de mis libros favoritos se pegaban al techo desde la mesa en la que descansaban. Estaba nerviosa.

-Ally acabo de leerte el pensamiento.-Traté de calmarme con todas mis fuerzas.- ¿Con quién?

-No lo conoces.

-Conozco a toda la tribu de los Quileutes. Allison Cullen, por favor, dime que no has estado con... - me digné a no pronunciar si quiera su nombre, me provocaba náuseas pensar en él.

-No te diré nada, y no intentes buscarlo en mi cabeza o me pondré nerviosa a propósito y ya sabes como es mi hermano. Supongo que no tendrás ganas de armar otro escándalo, ¿verdad?-Sus palabras fueron un jarro de agua fría que cayó sobre mí a la vez que los libros cayeron al suelo despegandose del techo. Tenía razón. Si mostraba rabia hacia el innombrable Jasper creería que mi obsesión era real, y por supuesto que no lo era. Pero lo creería. Respiré hondo.

-Está bien. Eres imposible Allison. ¿De verdad te fias de un extraño, y enemigo natural antes que de mí?

-Sí. - Contestó de forma seca.

Intenté hacer otro esfuerzo por abrirme paso en sus pensamientos.

-Has dicho que no lo intentarías.-gruñó averiguando mis intenciones.

-Y tú que habías ido a cazar. Al parecer aquí todos sabemos mentir.

-¿Me puedo ir ya?-Preguntó aburrida mirándose las uñas.

-No, tengo otra pregunta. ¿Cómo has podido hacerte amiga de un lobo? ¿Y cómo no han ido los demás a matarte?

-Eso son dos preguntas.

-Contesta.-advertí.

Se quedó callada, y uno de sus pensamientos me dejó helado, aún más de lo que ya era. No sé si lo hizo intencionadamente o sin querer, pero aquello fue pasarse de la raya.

-Ally esto es demasiado.

-¿Qué has escuchado? ¡No me exprimas mi cerebro Edward!-gritó enfadada.

-Se lo voy a decir a todos. Has llegado demasiado lejos. ¿Cómo se te ocurre? - Sin importarme su opinión me dirigí a dónde estaban todos cada uno a lo suyo. Ally vino detrás y me agarró del brazo, me giré y la mire sin ningún gesto compasivo.  Ella me miró pidiéndome a gritos con la mirada que no dijera nada, que me callara, pero no podía, debía impedirlo.

Jasper y Alice estaban hablando de Ally, Emmett y Rosalie de mí. Esme se dedicaba a escuchar teorías de ambas parejas. Y justo en el momento en el que abrí la boca todas las miradas volaron hacia Ally, y media casa comenzó a volar.

-A Ally le gusta un lobo.

Miráme a los ojos. (Twilight)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora