Miráme a los ojos. (Twilight)

Sólo te advierto.

Ally

Dudé. Y él, para variar, me había escuchado.

-Eres la única a la que he sido capaz de contárselo. Jamás antes lo había pensado si quiera después de que ella se marchara. Me resultaba imposible.-admitió, su tono parecía sincero pero yo aún estaba alerta después de la bromita.

-¿Entonces dejarás de estar... Así?-Él sonrió, como siempre hacía, con algo de sarcasmo.

-Puede. Pero ahora, volvamos, Jasper quiere arrancarme la cabeza otra vez porque sabe que nos hemos ido.-dijo casi soltando una risa floja.

-¿De verdad?

-No, sólo se lo está planteando.-Tras pensar en una charla que debería de citar con Jasper sobre el tema de Edward, ahora que ya no éramos tan tan desconocidos como él hacía parecer, me leyó la mente.

-Sé defenderme solo, Ally.-Jasper y Alice estaban sentados en las escaleras de fuera cuando llegamos, ambos miraban por donde habíamos llegado.

-¿Dónde habéis estado?-me preguntó mi hermano.

-Charlando.-Contesté sin titubeos.

-¿Desde cuándo sois amigos?

-Desde nunca.-contraatacó Edward de manera rápida. Le miré levantando una ceja y pensando en la confianza que parecía ofrecer cuando creyó buena idea aquella estúpida broma.

-¿Y de qué habéis hablado?

-Temas que había que resolver.-contestó él después de reír ante mi ocurrencia recién pensada.-Alice, ¿vienes?-le dijo Edward, al parecer Jasper pensó algo que hizo que Edward quisiera dejarnos solos. La chica depositó un beso en la mejilla de su novio para después entrar en la casa con Edward.

-¿Qué ocurre?-le pregunté dudosa. Ya había oscurecido y las luces encendidas en la casa alumbraban fuera ya que la mayoría de paredes relacionadas con el exterior eran de cristal.

-Rosalie me ha dicho que te ha contado lo de Bella.

-Sí.-asumí.

-¿Y qué opinas?

-Me ha entristecido mucho, me he sentido identificada aunque no sea la misma historia. Ambos hemos perdido al amor de nuestra vida, eso es muy duro. No me llegué a imaginar tal cosa. Pensaba que únicamente permanecía sólo y amargado por veros a todos los demás tan felices.

-¿Después de cómo te ha tratado vas a dejarlo correr así, sin más?-insistió. Pareció que quisiera que yo hiciera lo mismo que Edward conmigo.

-Pues claro que sí. Tiene sentido que quisiera encerrarse en sí mismo.

-¿Seréis amigos?

-¡Y yo que sé Jasper! Tienes preguntas de un niño de diez años. ¿No estarás... no estarás celoso verdad?-Por su cara entendí un clarísimo sí.- Oh Jasper, amigos primos o tíos, tú siempre serás sangre de mi sangre. ¿Cómo puede nadie competir con eso?-Le abracé.-Eres estúpido.

-Claro que no, tiene sentido. Aunque bueno, supongo que me alegra que estéis bien y no como antes.

-Y a mí.

Dicho esto entramos en casa. Edward me sonrió al entrar y Jasper se dio cuenta.