¿Dónde está?

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Edward

Llegamos al garaje y me subí al coche esperando a Ally, pasados cinco minutos mis hermanos me dijeron que subiera a buscarla. Pensé que estaría cogiendo algo que habría olvidado puesto que les propuse encontrarnos directamente en el instituto y yo la esperaría, propuesta que aceptaron. Tras otro rato esperando me bajé del coche y me dediqué a rastrear toda la casa en su búsqueda pero no estaba allí.

-¿Qué ocurre, Edward?-Me dijo Esme.

-¿Has visto a Ally?-pregunté apurado.

-Iba con vosotros.

-No está, no ha llegado al garaje y no está en casa.

Intenté leer su mente pero no la localizaba, estaba demasiado alejada, entonces me desquicié. Salí a la puerta y no estaba. Volví al coche, quizá quería ir a pie para evitarme. No sabía dónde podía estar y eso me agobió y disgustó. Cuando llegué en el instituto tampoco estaba pero por si a caso había ido primero a casa de Lisa o algo, entré a la primera clase. Esperando, suplicando y deseando que Ally estuviera allí, sentada en el lado derecho del pupitre para dos, esperando mi llegada y deseando sentarse con Lisa para entablar una conversación estupida o algo por el estilo, pero sin poder porque el compañero de Lisa ya no estaba enfermo y había vuelto a clase. Deseaba ver su decepción, deseaba verla, sana y salva en clase. E incluso esperé al último momento para verla aparecer por la puerta de clase, pidiéndole disculpas al profesor por su retraso. Pero no fue así. No apareció. Leí la mente de Lisa, la cuál tampoco había sido informada de la repentina desaparición y también le picaba la curiosidad por saber donde estaría su amiga. Jasper, sentado justo detrás mío me dio dos toquecitos en el hombro. Al leer sus pensamientos supe que estaba de los nervios casi igual que yo, sólo que algo más. Me giré esperando preguntas o deseando respuestas.

-¿Dónde está?-dijo entre dientes.

-No lo sé. Ya la he buscado, no estaba en casa, no he conseguido leer su mente y Lisa tampoco sabe dónde está.

-Yo tampoco logró encontrarla, no sé porqué están fallando mis visiones.-añadió Alice.

-Señores Cullen, ¿podrían compartir el tema de conversación con la clase o prefieren mantener silencio?-advirtió el profesor. Me volví hacía delante.

-Lo siento, señor Cooper.

Justo un segundo antes de que tocara el timbre me levanté de mi silla y salí de allí a paso rápido. Enfurecido. Me molestaba que se sentara con Lisa pero me molestaba aún más no saber donde estaba, y si podía estar en peligro. Intenté localizar su mente de nuevo pero no podía, seguía sin estar cerca. Busqué por calles, callejones, establecimientos... E incluso me planteé buscarla en Seattle pero seguramente no habría sabido llegar. Dejé el coche a toda prisa en la puerta de casa y la busqué por todo el bosque sin suerte. No me hacía una idea de dónde podía estar. O con quién. Estaba demasiado contenta esta mañana y había dedicado cinco minutos más de los habituales a su vestimenta. Pensar aquello me puso aún más nervioso. Y era irónico, porque ella se ponía nerviosa con mi presencia y yo me ponía nervioso sin su presencia.

Me irritaba pensar que estaría con alguien que la agradara y no era nadie de casa.

Miráme a los ojos. (Twilight)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora