En una sala.

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Narra Ally

Tras un largo viaje en el que conseguí que Edward me llevara a aquel lugar, ya que sabía que no me detendría, nos encontramos en la puerta de un enorme edificio de piedra aparentemente muy viejo.

-No puedes hacerme esto Ally, si asumo de verdad que te quiero... ¿Cambiarás de opinión?

-Cien años son demasiados Edward. No es comparable con unos meses de... De esto que tenemos. Tienes que entenderlo porfavor.

-Unos meses pasarán hasta mi muerte si te pierdo. No cruces la línea.

Le miré fijamente a sus ojos diferenciando su verdadero color de las lentillas. En sus ojos se notaba el miedo pero yo no me podía permitir el lujo de dar marcha atrás a mi propósito. Me acerqué a él y sujeté su cara con ambas manos, el cerró los ojos.

-No la traces entonces.-dije respondiendo a su advertencia.

Crucé aquella puerta y una oleada de frío golpeó mi cuerpo.

Miré hacía atrás, Edward cerraba los ojos con la cabeza hacía arriba.

Te quiero.-Pensé.

En pocos segundos se situó a mi lado.

-No puedo dejar que te maten.-dijo agarrando mi mano.

-¿Sabes dónde están?-dije algo más contenta porque se dispuso a venir conmigo

-Sí. Ven conmigo.-Me dirigió.

Entramos fácilmente y yo me acerqué a ver lo terroríficamente decorado que estaba aquella estancia mientras Edward me pidió que me quedara fuera. ¿Fuera de dónde? Andábamos por allí y tenía los nervios a flor de piel cuando él entró de un momento a otro en una sala a hablar con alguien y le hice caso quedándome fuera.

Después salió con ese alguien y mi corazón golpeó en mi interior como si estuviera vivo. Era Bella.

La reconocí por una foto que Edward guardaba de ella. No sabría describir aquella sensación. Fue quizá como si me pegaran fuertemente hasta conseguir partirme una extremidad. Fue como si la luz que entraba por una de las ventanas me quemara haciendo de mí cenizas. Fue otro fuerte golpe que no esperaba.

-Dile lo que me has dicho a mí.-dijo Edward.

Yo no entendía nada.

-Isac está vivo.

Vale, la anterior sensación no fue nada comparada con esta. Ahora sentía que mi cuerpo era cortado en pequeños cuadraditos y quemados uno a uno. Mi expresión cambió y debía de ser cómica pero yo estaba ensimismada. ¿Cómo que Isac está vivo? Mi corazón quería latir, o lo estaba haciendo, parecía que mi cuerpo se descongelaba mientras tantos recuerdos de él chocaban contra mí de manera agresiva.

-Dónde. ¿Lo conoces? ¿No estarás con él?-dije con un tono amenazante. No sabía qué decir. -¿Acabas de decir que está vivo de verdad?

-Tranquila, no me van los chicos que miden dos metros.-dijo ella haciéndose la graciosa.

-Uno ochenta y ocho, perdona.-aclaré. A decir verdad, no es que ella fuera muy alta, más bien dudo que pasara del metro sesenta.

Edward soltó una risilla que me embobó por unos segundos.

-Y... ¿Qué tal estás?-le preguntó él.

-Muy bien. ¿Y tú?-preguntó ella ¿Querría que le dijera que estaba destrozado aún por su marcha?

-Gracias a Ally estoy de maravilla.-admitió él haciendo que me derritiera pero no podía pensar en eso después de lo que me acababa de decir. Volví a creer que el corazón me latía. ¿Qué estaba pasando?

-Pues gracias Ally por hacerle feliz. Lo merece.-dijo ella. Edward ni la miró. Y yo comencé un baile victorioso por dentro del cuál él se rió.

-¿Dónde está Isac?-pregunté alterada sin querer soltar el tema. Realmente quería llorar, verlo y llorar.

-Ahora mismo no lo sé. Pero si quieres le digo que tú también sigues viva y que vaya a visitarte.

Me dieron ganas de abrazar a Bella pero probablemente sería incómodo para Edward.

-Sí. Sería una buena forma de compensar el dolor.-dijo Edward. Haciéndome entender que verdaderamente mi felicidad era ahora su prioridad y que ella era un doloroso pasado.

-¿De verdad se lo dirías?-dije agradecida.

-Claro... No habéis cambiado de domicilio, ¿no?

-No, seguimos en Forks.-dijo Edward.

-¿Qué tal está Jake?-preguntó, estaba realmente interesada y preocupada por su respuesta, pero supongo que no tanto sabiendo que ella no ha queridosaber nada personalmente.

-Pues... Está imprimado, y la verdad es que se le ve muy bien, sigo teniéndole algo de rencor todavía, pero me alegro bastante.

-¿Enserio? ¡Cuánto me alegro!, ¿y quién es la afortunada?-Edward me miró como respuesta. Seguramente la chica se tenía que estar quedando un poco confusa. Edward, Isac, Jake... Me confundía hasta a mí. Pero en fin, ella es la única y la que mejor podría entender la extraña situación.

-En ese caso... espero que le cuides, y a Ed también. -dijo ella identificada conmigo.

-Sí, lo haré. Pero porfavor, necesito hablar con Isac, necesito verlo y necesito respuestas.

-No se me olvidará Allison, tranquilizate, seguro que cuando se lo diga irá.

-Bueno...ya no tienes que matar a nadie.-me dijo Edward.-¿Vamos?

Asentí, aliviada por saber que no sentía nada por Bella y por saber que Isac estaba bien. También porque la hubiera visto después de tanto tiempo y hubiera sido tan valiente. Yo no me imaginaba mi reacción cuando tuviera a Isac delante.

Salimos de allí y nos dirigimos al coche.

Miráme a los ojos. (Twilight)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora