La mejor parte.

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Narra Ally

Oscureció de camino a Seatle. No tenía ni idea de a donde podíamos ir, Jacob era una caja llena de sorpresas. Aparcó la moto en un callejón, subimos una cuesta y al terminar en la misma calle llegamos a un cine. Hacía mucho tiempo que no iba al cine, la última vez fue con Isac.

-¡Me encanta! ¡Hace siglos que no voy a un cine!-dije ilusionada.

-¿Pero en el sentido literal?-Dijo Jacob riendo.

-Qué gracioso.-dije con ironía.

Vimos la cartelera y entramos a una película que yo quería ver. A mitad de la película más o menos noté como Jacob me cogía la mano y la entralazaba con la suya.

-¿Han sido muy duros contigo?

Negué con la cabeza.

-Sólo mi hermano, y ni si quiera lo que me esperaba.-Dije mirándole fijamente a sus preciosos ojos marrones.

En un acto rápido se acercó a mí y me besó acariciando mi mejilla. Poco a poco el beso se fue haciendo más intenso. Escuché risitas por parte de chicos y chicas de unos catorce años detrás nuestro. Pero no me importaba. Cuando noté que empezó a respirar por la nariz para no dejar el beso sonreí sin poder evitarlo. Él también sonrió. Le acaricié el pelo y volvió a besarme. Pero esta vez agarró mi cadera y hizo que me sentara encima suyo a horcajadas. Las risas y cuchicheos de los de atrás empezaban a hacerse pesadas. Y nuestros besos cada vez más intensos. En ese momento deseé no estar en un lugar público y que Jacob no fuera humano. Y sumergida en la situacion y mis pensamientos caí en que la escenita medio erótica que estábamos montando en el cine no era apta para los menores que reían detrás de nosotros.

-¡Así se hace campeón!-dijo uno de los niños. Me avergoncé de que el niño dijera aquello pero estaba agusto y no les hice mucho caso.

De repente numerosos aplausos ocuparon la sala y las luces se encendieron. La película había acabado. Me puse en pié y salimos de allí.

-Bueno, ha estado bien... La peli, ¿no?-Él rió.

-Sí... La película.

Yo le sonreí.

-¿Y sobre la segunda mitad de la película que piensas?-dijo él refiriéndose a la clara guerra de besos que se había formado entre nosotros.

-Ha sido la mejor parte sin duda.

Él tenía los labios hinchados de tanto besuqueo y aquello me causó una corta y discreta risa.

-¿Quieres ir a cenar?-le pregunté.

-Pero si tú...

-Que más da, quiero estar otro rato contigo.-dije muy sinceramente.

-Está bien.-dijo entre risas.

Fuimos a un restaurante a cenar. Disfrutaba demasiado de su compañía como para volver a casa ya. Después volvimos a Forks.

-Oye... ¿Te apetece quedarte en mi casa?

-¿A pasar la noche?

-Sí.

-¡Claro!-dije entusiasmada. Ver a Jacob dormir tenía que ser increíble.
Llegamos a su casa y dejamos la moto en algo parecido a un almacén pegado a su casa.

-Ven, demos un paseo.-dijo agarrando mi mano cuando ambos salimos.

Me llevó al bosque.

-¿Qué ocurre?

-Nada, simplemente no me apetecía volver a casa tan pronto.

Llegamos a una playa llamada La Push.

Nos sentamos a la orilla de la playa y hablamos sobre un poco de todo.

-No me habías dicho que tú también estuviste con Bella.

-Te han hablado de ella eh...

-Sí, al igual que yo le hablé a Edward sobre mi novio él me debía también una explicación.

-Yo no estuve con Bella. Sólo que Edward la dejó pensando que sería lo mejor para ella pero pilló una depresión importante y... Digamos que se refugió en mí.

-Como su segundo plato...

-Más o menos.-dijo riendo.-A mi me gustaba Bella pero ella no lo olvidaba y... Volvió.

-¿Edward?

-Sí. Yo para entonces ya estaba enamorado de ella. Bella insistió en que quería que le convirtiera pero él no quería.

-Y cuando Bella le convenció y se convirtió se fue.- terminé la historia.

-Exacto.

-Entonces... ¿Ella no te quería?

-Sí, pero mucho más a él.

-Fue tonta. Podría haberse quedado contigo y olvidar a Edward en vez de arruinar su vida, la tuya y la de Edward.

-Yo lo superé, pero él no lo superó hasta que...

-Hasta que yo llegué.

-Vaya, veo que tú también te has dado cuenta.

Asentí.

-Y... ¿A ti te gusta?

-Digamos que en un porcentaje tu eres el setenta por ciento y él el treinta.-Lo dije un poco a la ligera pero la realidad no estaba muy alejada de ese porcentaje.

Se sorprendió, puso cara de impresionado.

-¿Qué pasa?

-Es extraño, pensaba que era al revés.

-Jacob solo he tocado directamente, piel con piel, a Edward una vez, que nuestras manos chocaron. No digamos besarle.

-Bueno ya pero aún así. Él me tiene ventaja, vive contigo.

-Yo no soy un trofeo, aquí no hay ventajas ni desventajas. Edward siente cosas por mí, porque lo sé, y aquí estoy.

Él sonrió.

-Te he traído aquí, para decirte algo importante.

-¿El qué?

-Ya que me dijiste que hasta que no te lo pidiera...-dijo confuso.-¿Que si quieres estar conmigo?.-dijo sonriendo. Y le besé como respuesta.

Miráme a los ojos. (Twilight)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora