Ni en las visiones de Alice.

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Edward

-¡Ally!-gritó Jasper. Ella sonreía, como quien hace algo que sabe que está mal, como un niño desobediente. Y yo la miré a los ojos, por tercera vez durante el largo rato y le sonreí.

-Vamos anda.-Le dije a la rubia, tirando de ella.

Llegamos y Jasper estaba al lado de mi coche, el cual aparcado en la puerta. Gritaba desesperadamente a Ally para encontrarla, porque estaba identificando su olor no muy lejos. Leí la mente de Alice y ella sólo había visto cómo escapábamos Ally y yo, y como claro está se lo contó a Jasper. Aunque no vio como atacaban los lobos a Ally ya que Alice no puede ver nada donde estén ellos.

-¿Qué ha pasado Ally?-Dijo Jasper muy, pero que muy preocupado. Iba a contestarle y a aclararle todo lo ocurrido, pero ella se me adelantó.

-Al salir de casa de Lisa he venido por el bosque para poder correr sin problemas, pero unos lobos me han atacado y Edward ha evitado que me arrancaran la cabeza.

-¿Edward? ¿Por qué estabas con Edward en pleno bosque? ¿Qué hacíais ahí los dos?

-Oh Jasper por favor,-sacudió la cabeza- No pienses tal cosa, eso no ocurriría ni en las visiones de Alice menos probables.

Yo sonreí al recordarlo y a Jasper le volvieron a dar nuevas ganas de matarme. Ally se percató de ello y también sonrió, pero Jasper encontró algo sospechoso en aquello y retiré mi alegría.

-Está bien, y ¿Qué lobos te han atacado?

-Quileutes.-Dije.-Pero ellos no tienen culpa, el tratado ha sido incumplido porque no le hemos explicado nada a Ally.

Jasper estaba pensando en dirigirse por la noche a casa de cada uno de los lobos y pillarlos durmiendo, pero ellos no tenían la culpa. Entramos dentro y aquella noche trató prácticamente de informar a Ally sobre todo lo que tenía que saber. Bueno, él y todos. Para que no se escapara ningún punto. También la informaron sobre nuestra fama con la familia vampírica más importante, eso era algo a lo que no quería llegar y aunque me opuse, Carlisle me hizo ceder. Aunque puesto que ella no los conocía, nadie se opuso a mi idea de ocultarle el nombre de la familia. Fue bien informada de todos y cada uno de los puntos del tratado con los Quileutes por lo que no deberían haber más incidentes como el de aquella tarde. Fui leyendo su mente sobre la marcha y aunque estaba bastante liada, se aclaró, sobre lo que no tenía que hacer, con facilidad.

Cuando la clase sobre comportamientos indebidos se dio por finalizada pensó en dar una vuelta para despejarse un poco después del largo día. La vi bajar las escaleras que daban a la planta baja dónde se encontraba la entrada y la seguí sentándome en uno de los últimos escalones una vez se dio cuenta de mi presencia.

-¿Dónde vas?-pregunté.

-Necesito despejarme, ¿vienes?-propuso ella.

-Tal vez después, es mejor que te aclares las ideas tú sola.

-Está bien.-sonrió.

Miráme a los ojos. (Twilight)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora