Vano recuerdo.

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Ally

Cierto era que Edward y yo estábamos pasando por una etapa un tanto extraña pero eso no quitaba el echo de que en unas horas quedaría con Jacob y estaba realmente ilusionada por ello.
Nada más llegar a casa me dirigí hacia mi habitación dónde me acosté recapacitando un poco todo lo vivido desde que estoy aquí, y la verdad era todo emocionante. Me sentía más viva que nunca y aquello me llenaba de felicidad. Tras unas horas de reflexión me dispuse a cambiarme para mi fuga con el lobo. Aunque aún seguía ideando el modo de escaparme. Terminó siendo tiempo perdido puesto que fue tan fácil como salir por la ventana de Edward. Estaba justo al otro lado de la puerta del garaje y todos creerían que iba a la mía a coger algo.

Una vez en su habitación salté por la ventana cayendo a unos metros de Jacob, quién me esperaba en una Harley sprint negra a la que me subí después de saludarlo. Él sonrió y arrancó rápidamente la moto.

-¿A dónde vamos?-pregunté.

-Ya verás. Agarrate anda.- Justo cuando nos comenzamos a alejar de la casa la puerta del garaje se empezó a abrir lentamente, lo que nos ofreció tiempo para que nadie se diera cuenta de mi "fuga" si se le puede llamar así. Una vez tranquila por haber salido ilesa de allí me di cuenta en lo que estaba sintiendo, mi pelo alborotado volaba en sentido contrario a la dirección en la que íbamos produciéndome una sensación de libertad increíble. Cerré los ojos por un momento recordando la última vez que me subí a una moto y me sentí así. No fue nada menos que con Isac, en uno de nuestros viajes a Francia. Cuando la moto paró abrí los ojos volviendo a una realidad que no me descontentó ni mucho menos pero ni tan si quiera parecida a la imagen que había en mi cabeza. Aún así me gustó lo que vi. Estábamos en un acantilado junto al mar, pegado a la carretera al lado del bosque. Era precioso.

-Mis amigos se tiran al mar siempre desde aquí, es un lugar bonito.

-Y tú en lugar de tirarte te traes chicas ¿no?-dije sonriendo.

Él se rió.-Algo así. -dijo sentándose casi al borde. Yo me senté a su lado y no tardé en cuestionarle algo que me recomía por dentro.

-¿Cómo es que puedes confiar en un vampiro sin a penas conocerlo? ¿Cómo eres capaz de estar sentado al lado de un monstruo que podría matarte por tus dos facetas?

Su sonrisa se borró.-Cuando alguien te causa buena impresión desde un principio, sólo puedes hacer dos cosas; o quedarte para siempre con la duda, o confiar. Y algo me dice que no me matarás.

-Me lo puedo pensar.-dije en broma.

-Pues avisa a tiempo que al menos avise en casa que no me esperen para cenar.

Me sacó una carcajada fácilmente y aquello me sorprendió.-Está bien, te avisaré cinco minutos antes.

-Es un buen acto por tu parte.-dijo él siguiéndome la broma.

-Oye y, ¿Cómo es ser un lobo?

Una sonrisa resplandeció en su rostro, llamándome la atención puesto que era distinta a las anteriores que pude ver.-Pues en realidad, es un gran gasto de dinero en pantalones-dijo riendo.-No, hablando enserio, es como una profesión. Cómo cuándo un empresario tiene que dejar sus problemas personales cada vez que entra por la puerta del trabajo, pues algo así. Nuestra misión es proteger a los humanos de los vampiros, una vez que nos disponemos a ello, es nuestra prioridad.

-Vaya y a mí me ha tenido que tocar ser el monstruo malo. Qué vida está tan injusta.

Jacob se carcajeó de mí.-¿Por qué dices eso? Entiendo que ser licántropo sea genial pero...-bromeó.

-Pues en realidad, si te digo la verdad he caído en la raza que menos me gusta de las tantas que hay. Podría ser incluso un insecto y quizá me sentiría más feliz. Esto de matar para vivir no me ilusiona nada.

-Vaya... la verdad no sé qué decir, no me esperaba eso.

-Nunca entenderé porqué hace tan felices a los vampiros ser lo que son. Una vida eterna no es un regalo, y menos con las condiciones de vida que tienes que llevar, es una desgracia. Tener que ver morir a todos y cada uno de tus seres queridos, quedarte solo... es horrible.

-Ally no lo veas todo tan negro... piensa qué aún así tienes un don que es impresionante, eres el ser más bello del universo y además atraes a todo el mundo.

-¿Cómo a ti?-reí.

-Más bien debería tenerte repulsión, no sé qué es lo que hace que me llames la atención sinceramente. Pero no te lo tomes a mal, al contrario. El único vampiro al que no le he tenido asco ha sido Bella, y porque la conocí siendo humana aún.

-Espera ¿qué? ¿Tú también la conocías?

-Sí. ¿Él no te lo ha contado?-dijo refiriéndose a Edward.

-¡No! Me siento ofendida por esa chica.

De nuevo su risa hizo un pequeño eco adentrado en el bosque a nuestras espaldas.-¿Por qué?

-Siento que en cierta parte estoy ocupando su lugar... o tapando el agujero que dejó. O puede que ambas.

-¿Por qué piensas eso?

-Fácil, ella era tu amiga, yo estoy aquí ahora, contigo, como si fuéramos amigos de toda la vida. Ella estaba con Edward, yo estoy...-paré, pensando mejor mis palabras.

-¿No vas a terminar la frase?

-Es que no sé con qué palabra terminarla, no sé si somos compañeros de casa, amigos...

-Tranquila, nadie puede remplazarla. Es una tontería que te sientas así porque para nada eres como ella, no te negaré que era mi mejor amiga y estaba enamorado de ella, pero se fue sabiendo que nos dañaría a todos. No creo que tú seas tan cruel de ganarte nuestros corazones y marcharte.

-¿Quién sabe qué cable se le cruzó a esa chica? ¿Y quién sabe qué cable se nos puede cruzar a los demás? No la defiendo, pero tampoco la criticaré. Sólo que... es como si alguien importante para todos vosotros hubiera fallecido y yo fuera un vano recuerdo de esa persona.

Negó con la cabeza.-Puedo asegurarte que para nada es así. Creo que tú eres algo más divertida y menos fría.

Reí y le agarré la mano.-¿Cómo que no soy fría?-dije con tono burlón haciéndole notar mi helado tacto.

Pero él continuó negando serio.-Puede que tú piel sea fría, pero tú eres cálida.-Sonreí cuando me miró y estrechó nuestras manos aún mas.

Miráme a los ojos. (Twilight)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora