¡Parad!

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Narra Ally.

A Jacob no le costó dormirse.

Parecía tan... Adorable e inofensivo durmiendo... Que casi se me había olvidado que era un fiero y agresivo lobo que mataba a los de mi especie.

Aunque poco me importa. Sería bueno que los vampiros se extinguiesen. O que rigieran como norma no cazar humanos. Jacob era un lobo pero también un humano y eso tenía que ser muy guay. La mortalidad es increíble. La vida pasa y sigue, los años avanzan, el mundo evoluciona, cada etapa de la vida incita a desear una cosa nueva. Es increíble.

Yo de lo contrario tengo una, aunque al menos controlada, asquerosa sed por la sangre. Un cuerpo congelado.
Una vida parada y un supuesto don que debería agradarme y compensar todo lo que no tengo. Sí magnífico, poderes. Pero más poderosa es una persona que puede llegar al día de su muerte habiendo tenido una vida normal, con altos y bajos, con hijos y nietos. Con acontecimientos familiares y fiestas con viejos amigos.
No hay mayor poder que ese, al menos para mí. Jacob tenía ese poderoso poder así que lo envidiaba.
Pero por otra parte el sentirme parte de su vida hacía que me sintiera humana.

Sentir su calor corporal era demasiado agradable diría yo. Su calidez interna, como si de un abrigo de pelo se tratase. Miré la hora y aunque me apenaba, ya había amanecido y no debería seguir faltando al instituto. Pensé que a lo mejor a Jacob le agradaría que le despertara entre besos. ¿A quién no le puede agradar eso? Me acerqué a su cuello y le besé. Él no había cambiado de postura en toda la noche. Había permanecido abrazado a mí. Parecía un bebé.

Nuestras manos seguían entrelazadas asi que con la sobrante le acaricié delicadamente la mejilla. Era tan... Como perfecto. Fui subiendo los besos de su cuello a su mejilla y de su mejilla a sus labios. Noté como él sonrió y no pude evitar soltar una pequeña risa.

-¿Cómo has dormido?-dije volviendo los besos al cuello.

-Muy bien. ¿Y tú? ¿Te has aburrido mucho?

-Verte dormir es una de las cosas más entretenidas, fascinantes y satisfactorias que he hecho en mi vida.

Él sonrió.

-Anda vamos, no quiero perder más clases o Carlisle me acabará reprochando las faltas.

Jacob me agarró de la nuca haciendo que me inclinara más hacía él y me beso. Escuché rugidos y me separé de Jacob para mirar por la ventana.

-¡Jake, Jake, Jake!-grité desesperada.

-¿Qué ocurre?-dijo acercándose a la ventana.

En menos de tres segundos me puse la camiseta y los zapatos.

Jacob se puso los pantalones. Ambos salimos corriendo pero yo llegué antes.  Había como cinco lobos peleándose con mi familia. Como si de un soplido de viento se tratara me interpuse entre ellos.

-¡Parad!

Jacob se transformó, en milesimas de segundo y rugió. Los lobos pararon.

-Jacob les está explicando porqué estamos aquí, pero Sam dice que aún así hemos incumplido el tratado.-empezó a decir Edward.

-¿Qué más dicen Edward?-dijo Alice.

-Que no pueden hacernos nada a nosotros tampoco si está imprimado en Ally. Sam dice que no volvamos a incumplir el tratado.

Un lobo se lanzó a Edward. Me puse nerviosa y de un momento a otro el lobo estaba sobrepasando nuestras cabezas. Vaya, no todos los días se ven lobos volando.

-Jake dice que le bajes.-me dijo Edward.

Lo dejé en el suelo con poca delicadeza y le eché una mala mirada.

-A la próxima te suelto de golpe.-amenacé.

¿Por qué se le tira a Edward si no estaba haciendo nada malo?

-Ally, vamos.-dijo Edward.

Le miré y asentí. Jacob rugió flojo. Me acerqué a él a paso de vampiro y le abracé.-Te quiero lobito.-Cuando me giré él había apartado la mirada.

Volví con él y me quedé quieta a su lado, él me miró. Nos fuimos, por el bosque sin prisa alguna puesto que don protector había decidido que era buen momento para la charla que teníamos pendiente.

-¿Qué opinas?-dijo serio fulminandome con la mirada.

-Qué quieres que opine.-dije sin separarme de Edward.

-Esto es lo que nos espera que sigas el camino que estás eligiendo.-dijo mi hermano en un tono de decepción.

Sentí que mi corazón se aceleraba pero no era así. Aquellas palabras me dolieron. Joder, ¿tan mal está? Lo notó, ambos lo notaron.

-Lo siento, no quería decir eso... sino que va a ser difícil para todos.

Agaché la cabeza y no dije ni una palabra. Rosalie las dijo por mí.

-Es su decisión, mientras no pase nada todo está bien.

-Hace 30 minutos todos pensábamos que uno de los dos estaba muerto.-Reprochó Emmett.-A mi tampoco me sería de agrado pensar eso cada vez que alguno de vosotros sale por la puerta.

Llegamos a casa y ahí fue cuando Jasper reventó en un cúmulo de acusaciones que por más que lo hubiera intentado no se pudo contener.

Tras ello me cambié de ropa. Después bajé con los demás al garaje y me subí al coche de Edward esperando otra bronca, aunque esta sería más tranquila e intensa.

Miráme a los ojos. (Twilight)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora