Aprecio que el sillón sea tan mullido y que relaje mis músculos después de ese espantoso golpe cortesía de Bianchi. Mi espalda agradece que los cojines la acoja como si fueran amigas de toda la vida. Tengo a la mayoría del equipo mirándome fijamente esperando que hable, cosa que saben que es poco probable, aun así lo intentan. Yo me dedico a recorrerles con la mirada, estudiándoles uno a uno sabiendo si están bien o no. Cuando me cerciono de que todo sigue como lo dejé, miro a Paolo.
— Gracias por el golpe - digo ladeando la cabeza - me lo tomaré como una muestra de cariño.
Sonríe, pero no le llega a los ojos. Está cabreado.
— Bueno, te has colado en nuestra casa, asustado a Angelo, robado una manzana y todo esto después de llevar aquí como cuatro días sin venir a vernos.
Está de brazos cruzados mirándome seriamente. Paolo es más maduro que cualquier chico que haya conocido, incluso diría que supera a Axel en ese aspecto. En realidad, el equipo de Italia supera con creces en ese aspecto a Japón.
— Si que os he visto, el primer día en vuestro campo - señalo sin entusiasmo - solo que estábais demasiado concentrados para repara en una caravana gigante azul con miles de ojos clavándose en vuestros cogotes - sí, estoy muy a la defensiva.
— ¿Podéis dejarnos solos un momento por favor? - dice Paolo sin mirar al equipo.
Los chicos lo hacen sin rechistar, cuando Paolo pide hablar a solas con alguien se lleva a misa. Suelen ser charlas importantes y muchas veces riñas por parte del capitán, pero yo sé que esta charla no tiene nada que ver con eso. Cuando la sala está completamente sola y se escucha la última puerta cerrarse Paolo se acerca a mi y se queda de pie enfrente mía.
— Levanta.
Es una orden sin permiso al rechiste. Me levanto poco a poco, estudiando su movimientos. En cuanto estoy completamente de pie, y levanto la cabeza para poder mirarle sus brazos rodean mi cintura y m atraen a él. Escondo mi cara en su cuello y él lleva una de sus manos a mi pelo.
— Te he echado de menos - susurra contra mi oído.
Se me pone la piel de gallina y cierro los ojos con fuerza.
— Y yo a ti mi héroe. Ha sido un suplicio sin ti.
— Estas bien, ¿verdad? No te ha pasado nada ¿no?
Yo asiento y niego, por ese orden. No quiero que piense lo contrario y se ponga en plan vengador. Paolo puede parecer un chico tranquilo, y lo es, pero cuando tocan lo que es suyo puedes correr. Y yo, soy suya desde que me vio, o eso dice él.
— Tienes que explicarme muchas cosas, sobretodo la última de ayer - dice separándome de él - Al final te vas a hacer propensa a eso de darnos sustos.
Suelto una carcajada y me encojo de hombros.
— Me encanta ver vuestras caras de susto, vivo por y para ellas.
Se ríe a carcajada limpia y agarrandome de la cintura me pega a él. Mira mis labios.
— No lo voy a hacer - dice con pesar - Aunque ganas no me faltan.
Yo sonrío, y en mi interior deseo que fuera como antes. Pero eso, es otra historia.
— Vamos, tenemos cosas que hacer, ¿no?
****
Los chicos miran la puerta ansiosos. Iría todavía no ha vuelto y encima, para colmo, se ha dejado el móvil en su cuarto, bajo todos los cuerpos del equipo. Los entrenadores se ven tranquilos, como si no les importara en absoluto esta situación, pero a Axel los nervios por saber donde esta la chica le esta matando. Está creando un sentimiento de dependencia que no le había pasado desde hacia mucho tiempo. Y no le gusta. Por eso después de que la chica hubiera salido corriendo había decidido alejarse de ella, por su bien y por el de la tranquilidad de su vida.
— Vámonos - dice el entrenador Hillman entrando a la caravana.
— Pero falta Iría - dice Mark quejándose.
— Ya vendrá - dice desde dentro.
Cuando llegan al estadio, lo primero que hacen es admirar los alrededores. Esas islas son preciosas, llenas de vegetación, culturas, y paisajes que merecen la pena admirar. Pero a Shaun no se le pasa por alto que a unos cuantos metros de donde ellos se encuentran, esta la caravana italiana junto con la británica. De la primera, una persona con capa sale de su interior seguida de todo un equipo vestido de paisano, del que supone que es la selección italiana. Sí, puede que hubiera visto muchas películas policiacas. Entran al estadio sin ser vistos por nadie más y Shaun soríe. ¿Qué tramará?
Crístal mira el partido desde las gradas. Hacía mucho tiempo que no disfrutaba de un partido desde esa posición y la verdad es que echaba de menos esa sensación de alegría y emoción. Pero no es esa razón la que le ha llevado a abandonar a su equipo. Necesita verlos desde fuera y saber como actuar con ellos. Quiere ver la diferencia entre ellos, quiere ver si tienen oportunidades de continuar en el torneo y eso, solo podía verlo desde fuera. Se ha puesto una capa con tal de no ser reconocida. Estar ahí es arriesgado, mucha gente seguidora del fútbol juvenil que conoce a la perfección a todos los jugadores. Por eso, y a pesar de llevar un cambio de aspecto completo, ha preferido no arriesgarse. Una mano se apoya en su hombro.
— ¿Nerviosa? - dice su ojiazul.
Ella solo asiente y fija su mirada en los chicos, en su equipo. Tiene todas sus esperanzas puestas en ellos.
— Pueden ganar, pueden hacerlo - dice más para ella.
— Sabes que Inglaterra es muy fuerte.
— Lo sé mejor que nadie. Pero tambien, se mejor que nadie que ese chico - mira a Mark Evans - ese chico ha tenido las narices de levantar un equipo entero de la nada y ha ganado un torneo nacional despues de haber luchado como si fuera una batalla campal. Ha tenido las narices suficientes de enfrentarse a unos supuestos extraterrestres, que en verdad eran humanos mejorados científicamente, cuando nadie más, si quiera las autoridades japonesas, lo ha hecho. Ha tenido las narices de plantarme cara y demostrarme que podían llegara hasta aquí cuando yo les dije que no tendrían posibilidades en el mundial. Se merecen estar aquí, Paolo. Se lo merecen más que nadie.
El chico la mira con los ojos llenos de ternura y admiración. Es tan increíble tanto por dentro como por fuera... Pero nunca saca sus sentimientos, y él piensa hacerlo aunque le cueste años. Porque.... Así lo siente.
----_------------------------------------------------_----
He tardado lo sé, pero aquí está. Bueno, hoy quiero recomendaros un libro, mejor dicho, una autora. Se llama Lena Valentí y en serio es mi escritora favorita de todos los tiempos. Me he leído sus libros mil veces y no me canso. M estoy releyendo una de sus trilogías, "El diván de Beca" es divertidísimo y me encanta. También decir que si no teneis más de quince o a lo sumo catorce, mejor esperar, porque contiene cosas que a lo mejor no son para edades mas tempranas. Para ello os recomiendo leeros su saga Hasta los huesos que es novela juvenil. Y si tenéis mas de dieciséis y os gusta la fantasía leeros su saga Vanir, en serio la amo. Muchooos besos y espero que os encante el capítulo.
P.d: esto de las edades lo digo porque son libros con contenido adulto bastante explicito y el lenguaje a veces es un poco sexual no es por otra cosa.
ESTÁS LEYENDO
Dejame decirte un último te quiero
Fanfiction"Vivía en dos mundos totalmente distintos: en la realidad y en el que únicamente estábamos tu y yo" Segunda temporada de MSPC Créditos de la portada a @MarinaJelsatica #2 inazuma eleven 11/05/18 #1 inazuma eleven 21/09/18 #894 amor 2/12/2018 #892 a...