Cap.77

830 61 27
                                    

Mark se relame los labios con nerviosismo. Pues sí que se ha torcido la semana. Pasan a la final, su amiga desparece, Zoolan Rice se escapa y le entra el espíritu de Terminator dispuesto a arrasar con todo lo que se ponga en medio y... mira con disimulo al hombre que tiene a su derecha. La barba, esas gafas cuadradas de sol, la cantidad de años que lleva sin verlo... todos esos factores le han pasado una mala jugada a la hora de reconocer a uno de los mejores entrenadores de Japón. A su abuelo, David Evans. Ha coincidido con el más de una vez durante su instancia en la isla. En su concentración, en el área Italiana, en algún que otro partido... Podría llamarlo casualidad, pero sabe que no ha sido obra del destino, sino que él ha decidido estar ahí para apoyarle detrás de una identidad falsa. Anda, como su amiga Crístal, y como con ella, siente un regusto amargo en la boca al sentirse apartado de todo. Parece que se han puesto de acuerdo para ocultarle información.

Arruga la nariz fijándose más en el anciano. La barba le tapa casi toda la parte inferior de su cara. Las gafas esconden muy bien su mirada, y la gorra lo único que hace es darle un aire de desenfado y misterio a la vez. Ese objeto es el único que puede reconocer como propio de su abuelo. A sus ojos, todo lo demás parece un disfraz. Aunque claro, han pasado más de dieciséis años desde que le vio por última vez con vida y su memoria a los dos años no era nada elogiable, por no decir nula. Pero en su cabeza, en todas los fotos que ha visto de él, su imagen sobre el legendario David Evans es otra. Aun así, la alegria que siente está ahí, latiendo en su interior, ahora eclipsada por la tensión del momento.

Deja de prestar atención a su abuelo para ponerla en su alrededor. Zoolan Rice está completamente loco, y hay que estar atento a cualquier movimiento. Madre mía, se siente como en esos libros donde el protagonista se enfrenta de una vez al matado antagonista que tiene todo el poder en sus manos. Y, efectivamente, Zoolan Rice está en ventaja. No solo por el hecho de que cuenta con un equipo de súper humanos reforzados sino porque tiene entre sus garras a una de las mejores jugadoras del mundo. Pero a Mark no le da miedo la fuerza de Crístal. Bueno, un poco sí. Pero lo que de verdad le da miedo es que Zoolan sabe lo débiles que son ante ella, y que no van a actuar como locos sin tenerlas toda consigo. Están en clara desventaja.

Jude se acerca aun más a él. Puede notar su nerviosismo desde su posición. Se supone que él es el que se encarga de calmar las aguas cuando todo se va a pique, pero parece que la situación es demasiado incluso para él. Jude deja salir un pesado suspira y se rasca una pierna con la otra. Suele hacerlo cuando algo le supera y no sabe como reaccionar. Que el increíble Jude Sharp esté en esa situación significa que la cosa es todavía peor de lo que Mark puede imaginar.

- ¿La has visto? - pregunta Mark por lo bajo.

- No, pero Shawn...

Sus miradas se desvían al chico que está más pálido de lo normal y que intenta controlar el temblor de sus manos. Las esconde nerviosamente en los bolsillos del pantalón, las vuelve a sacar, se masajea los dedos... Lo que ha visto le ha tenido que dejar muy tocado. Axel, que está su lado, pasa un brazo por los hombros de Shawn, intentando reconfortarle, pero parece que él tampoco está en sus cabales porque da patadas a piedras imaginarias del suelo.

- Probablemente no sea ella misma Mark, tenemos que estar preparados para lo que sea.

- ¿Para que nos tenemos que preparar Jude? ¿Para perderla otra vez? - deja escapar una risa amarga - Me niego.

Jude hace una mueca con los labios y baja su mirada al suelo. Vuelven a estar en la misma situación de hace más de un año. Crístal está en peligro de muerte, pero esta vez, es diferente. Ahora ellos pueden reaccionar, intentar ayudarla y cambiar la parte tornas del destino, pero para eso necesitan encontrar a la chica antes de que cometa alguna locura de la que luego se arrepentirá.
Un silbido rompe el silencio que se ha creado.
Jude levanta la vista y reacciona a tiempo antes de que el balón arrase con ellos. Empuja hacia la derecha a Mark y caen al suelo llevándose un buen golpe. El moreno gruñe y pide perdón a Mark que ha quedado totalmente aplastado por su cuerpo. Mira con asombro y a la vez miedo, el surco que ha quedado en el terreno. Ese tiro no ha sido normal, ni si quiera es posible para un ser humano. Sus ojos se desvían hacia los demás, que parece que han logrado con éxito el apartarse de esa bala mortal. Deja salir el aire contenido antes de enfrentarse al cuerpo vacío y sin alma de la que una vez fue una chica llena de sentimientos y pasión.

Dejame decirte un último te quieroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora