Cap.52

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Iría suelta una carcajada y saca de vete tú a saber donde, un cigarrillo. Lo levanta con intención de que se le conceda permiso y Mark asiente con la cabeza retirándose de la ventana. Lo enciende con facilidad y se lo lleva a la boca esperando que su amigo diga algo.

- ¿Vas a decir algo? - dice el chico que se ha sentado en la cama.

- ¿Recuerdas esa vez en el parque donde me echaste la bronca por querer irme? -no espera una respuesta así que continúa - diste por hecho de que tenía muchas heridas abiertas y que vosotros me ayudariais a sanarlas - suelta una risa un tanto irónica - no se puede sanar una herida cuando las personas que tienen que hacer de curanderos son los que las han provocado.

Un segundo de silencio.

- ¿Por qué...?

- Eh, para el carro monada, ahora iba a pasar a la parte interesante de la historia, no te adelantes - expulsa el humo dándole una mirada de desaprobación y su amigo contesta frunciendo el ceño, adorable - bueno, como iba diciendo antes de que alguien me interrumpiera - se escucha un bufido - te voy a contar mis fantasmas, pero no los viejos, si no los nuevos.

Cristal le da una mirada indescifrable y Mark se encoje en la cama. A pone más cómodo y espera paciente a que la chica empiece su historia.

- Fantasma número uno: la Lucía de la narices. Esa copia barata... Ag, ¿Has visto su pelo? Cuántas veces se lo habrá teñido para que le quede como un estropajo... - niega con la cabeza - pero no es eso lo que me fastidia, no es su existencia lo que me jode. Lo que me jode es el simple hecho de que le hayáis permitido entrar en vuestras vidas como si pudiera... Sustituir a Crístal Selius. A una persona a la que se supone que tanto habéis querido no se la hace eso, Mark.

El chico desvía la mirada intentando no encontrarse con la de la chica. No puede si quiera darle un por qué de lo que hicieron. Todo vino tan rodado... De pronto apareció y de una forma u otra decidieron que sería la mejor manera de llevar su dolor. Sabe que está mal, que ella no podía sustituir ningún momento pasado a su lado, pero... Era tan doloroso... La chica vuelve a expulsar el humo.

- Fantasma número dos: el futbol. Sí, ese maldito balón me ha hecho sufrir y disfrutar por igual. Tú mismo has podido verlo con tus propios ojos. Ah y todo por culpa de la plástica de siempre - da una calada - perdon, se que es vuestra amiga y todo eso, pero no la trago.

- No es que se la tenga tampoco en muy alta estima por aquí - dice en voz baja.

- ¿Entonces por qué seguís a su lado? Mark, eso es mil veces peor que decirla la verdad - el chico baja la cabeza avergonzado - estáis jugando son sus sentimientos.

- Pero no puedo decirle eso y esperar a que salga de nuestra vida así como asi. Nos hemos acostumbrado a ella a parte, heridiamos sus sentimientos.

¿Pero tiene?

- Haced lo que querais, es vuestra vida, no la mia.

Mark la mira con el ceño fruncido pero se abstiene de decir nada. Un silencio incómodo se forma entre los dos. Crístal apaga el cigarro y se sienta al lado de Mark. Apoya su cabeza en el hombro de su amigo y suspira pesadamente. El castaño rodea sus hombros y la atrae más a él.

- Lo siento, me pongo muy delicada con este tema - Mark acaricia su brazo y la da un beso en la coromilla - oh, te has vuelto más cariñoso.

El chico suelta una carcajada y decide no decirla el por qué actúa así con ella. Mejor callarse, por ahora.

- ¿Tienes algún fantasma más? - susurra el chico no queriendo romper el momento de paz que estaban viviendo.

Asiente sobre su hombro y esconde su carita en el cuello de uno de sus mejores amigos.

Dejame decirte un último te quieroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora