Dejame decirte un último te quiero

Cap.22

Miro a Mark, que ahora esta en el suelo. Edagr ni si quiera ha hecho el amago de tirar con fuerza y aún asi, a conseguido marcar un gol sin problemas. Esto no pinta bien, para nada. Sabía que no estaban en el nivel suficiente para competir, pero... Es ver su cara y pensar lo contrario. ¿He acabado perdiendo la fe incluso en Mark Evans? No, no puede ser, no lo creo.

- Guau, que tiro tan... Tan... ¡Ha sido increíble Edgar! Estoy deseando jugar contra vosotros. Chicos vamos a demostrarles que nosotros también podemos ganar.

Sonrío negando con la cabeza, inconsciente de que estoy al lado de Edgar y justo al lado de su equipo. Es la costumbre, estar con ellos, no con los que fueron mis amigos.

- Son muy extraños - dice Edgar con una ceja alzada.

- Yo que tu tendría cuidado, se han abierto paso en el clasificatorio empezando desde cero - digo mirando a no equipo - son toda una sorpresa.

- Mira quien habla - dice dándome un codazo - Paolo esta como loco porque no has ido a verles.

Le miro seria. ¿Cómo lo sabe?

- Me lo ha contado Paolo - dice obvio - cuantos mas...

- ¿Osea que ahora sois mis guardaespaldas? - digo un poco vabreada por el simple hecho fe que decidan siempre por mi.

- No, no lo somos. Somos tus amigos, y nos preocupamos por ti - pone una mano en mi hombro y lo aprieta cariñosamente - no queremos pasar por lo que ellos.

No digo nada y giro la cabeza. Sonríe y me da un beso en l mejilla aprovechando que no le miro.

- Nos vemos en el partido mi lady.

Y con su misma chulería se va y me deja plantada en el otro extremo del campo. Aprieto los puños sin saber muy bien como tomarme las cosas. Miro a Axel que tiene el gesto torcido y abraza a Lucía quien sonríe como nunca. Los chicos hablan entre sí sobre la selección de Inglaterra y yo... Y Yo por un momento me doy cuenta, al verme separada de ellos, de que soy una intrusa en el equipo. Ellos son una familia, yo soy la oveja descarriada. Es la verdad y nada más que la verdad.

***

Miro la luna resplandeciente entre los árboles del bosque. No me preguntéis como he acabado aquí porque ni yo misma lo sé. Solo sé que me fui de la fiesta con la sensación de no pertenecer a ningún sitio. Bostezo como décima vez. Me he perdido, como no, pero creo que es lo mejor que he podido hacer en años. He descubierto el mejor sitio del mundo. Una pradera verde llena de flores. Es un lugar mágico, sobre todo por la noche que se llena de luciérnagas. Sí ya es de noche. Mi móvil está entre un punto entre la fiesta y este lugar pero se que si lo tuviera encima hubiera recibido como más de mil llamadas. A espera que no tengo a nadie. Me da la risa tonta y vuelvo a llevar la botella a mis labios. Vale, puede que haya tomado prestado una botella de whisky de la fiesta... Bueno vale la he robado, pero es lo más emocionante que he echo en mi vida. Porque mi vida es una bonita y feliz mierda, sí. Creo que a partir de ahora voy a beber más. Huy mirar una luciérnaga que habla. A trompicones voy saliendo de la arboleda. La luz de la farola más cercana me deslumbra.

- Oh, por dios que alguien apague eso - dice en voz alta.

- ¿Iría?

Su voz retumba en mi cabeza.

- Oh cállate Jude, tienes una voz muy chillona - digo pasando de él y volviendo a beber de la botella.

- ¿Estas borracha?

- Nooooo, ¿Oye porque tienes un árbol en la cabeza? Ah no espera que es la coleta - empiezo a reirme otra vez.

Jude me quita la botella.

- Oye que eso es mio.

- ¿De dónde lo has sacado?

Miro a todos los lados y me acerco a su oído.

- Te lo diré, pero es un secreto. La que cogido prestada de la fiesta. Edgar intenta ir de sano por la vida, pero es peor que yo.

Jude niega con la cabeza y tira de mi brazo.

- Dame la botella - dice haciendo pucheros.

- No.

- Oh lo que se nota el tiempo que has pasado sin hacerlo.

- ¿Y tu que sabes de mi vida sexual? - dice ya divertido.

- Como que sé que la tienes grande - le arrebato la botella y vuelvo a beber.

Me mira con la boca abierta. Me la quita de nuevo.

- Anda vamos - tira de mi pero me niego a moverme - Iría...

- Estoy harta de que al gente me de órdenes, que si tienes que volver aquí, que si no tienes que llorar, que si haber si me vuelvo a mi país, que si no me suicide, que no hagas esto que no hagas lo otro... Ah y luego están los que deciden por mi y luego dicen: "lo hacemos por tu bien". Dios mío, que pesaditos que sois.

Jude me mira a los ojos intensamente.

- ¿Qué has intentado suicidarte?

Trago saliva. Mierda, me lo tendría que haber callado.

- Da igual, mi vida da igual - suelto una carcajada amarga y vuelvo a beber de al botella - ¿sabes? Yo antes era feliz, tenia a mi lado al amor de mi vida, al mejor amigo del mundo y no estaba sola.... En fin dejemoslo, ya no hay nada que hacer ¿verdad?

- No se de que hablas Iría, aunque claro, tampoco es que te hayas comunicado con nosotros.

- ¿Me habéis dado razones para hscerlo?

Niega con la cabeza.

- Bien, pues devuelveme la botella si no vas a beber - digo alargando el brazo.

La mira con cara de pocos amigos y se la lleva a los labios para dar un trago.

- Oh, vaya... El sano Jude Sharp ha bebido. Creo que has perdido la cabeza - digo riendome.

- Hay personas por las que merece la pena hacerlo - dice bajito - Ahora vamos, te va a caer una buena bronca.
-----------------------------------------------------------
Nuevo capítulo. Me muero de sueño y he decido contaroslo para que veáis la clase de vaga que soy. No sé porque acabo de decir esto, me estoy volviendo loca. Besoooooos.