La chica mira a sus amigos uno a uno. Le acababan de dar el alta después de un gran y dramático reencuentro. Los médicos alegaron que el estrés tenía la culpa, cosa que creía más que posible, pero sus familiares, si es que así podía llamarles, habían insistido en hacer unas cuantas pruebas más para quedarse tranquilos sin la necesidad de que, a su supuesta madre, le diera un patatús en cualquier momento.
Ahora que por fin la habían soltado, sin tener si quiera que saltar por la ventana y escapar de ese lugar como últimamente hacía, todo se había vuelto muy incómodo. Solo reconocía al chico de la banda. Todo lo demás había sido borrado, aun así, los otros dos chicos le provocaban una sensación de seguridad demasiado buena. Camina unos cuantos pasos más hasta que una sombra llama su atención. Deja su mirada perdida en ese punto y suspira fuertemente. Quería acabar con ese lío ya.
— ¿Iría, estás bien? - dice el chico de la banda naranja en la cabeza.
Otra vez ese estúpido nombre. No le habían dicho nada, pero algo en su interior le decía que todo tenía que seguir así. Sin conocer a nadie, sin decir nada a nadie. Solo ella y su maldita soledad.
— Si, claro, eh... Mark ¿no?
El chico asiente sin expresión alguna en la cara y ella lo único que hace es mirarle impasible, como si fuera una muñeca de porcelana. Siguen su camino hasta una furgoneta negra de cristales tintados. No la habían dejado verse en un espejo y parecía que la furgoneta estaba diseñada para que ni si quiera pudiera tener un mínimo acceso al retrovisor.
Se sienta correctamente, con la espalda erguida, dando a entender que en cualquier momento podría saltar de cualquier forma posible, tanto verbalmente como por la ventanilla del coche. El castaño de ojos azules se sienta a su lado y la mira de arriba abajo como si quisiera comprobar su estado en esos momentos. Un escalofrío le recorre el cuerpo haciendo que un color rojizo se instale en sus mejillas. Que deje de mirarla por favor.— ¿Quieres una? - dice una vez le ha hecho un examen completo - son tus favoritas.
La chica mira la oreo con cara golosa, eso no podría cambiar ni aunque no supiera ni como se llamaba. Asiente feliz por primera vez desde que había salido de aquel lugar blanco y la coge con gusto.
— Gracias - dice con la boca llena sin pararse a pensar en que se ve como una niña pequeña cuando hace eso.
El chico le sonríe brillante y pone su mano en el hombro de Iría.
— Coge todas las que quieras - le entrega el paquete que coge gustosa - veo que hay cosas que nunca cambian.
Pone una sonrisa de disculpa sin saber muy bien que decir, así que se dedica a seguir comiendo mientras el chico de enfrente suya, un peligris muy guapo, tararea una canción que se le hace conocida.
— Me suena mucho esa canción - dice tímidamente mientra come galletitas - aunque no me acuerdo como era.
El chico sonríe cogiéndole el moflete lleno de galleta. Es tan adorable cuando se pone en ese plan que nadie podía resistirse.
— ¿Quieres que cuando lleguemos te la cante?
La chica asiente contenta y le ofrece una galletita. Sabe que la están tratando como una niña pequeña, pero la da igual, por un tiempo se va a dejar mimar. Apoya la cabeza en la ventana e intenta vislumbrar el paisaje que pasa ante el coche, pero no consigue ver nada más que pegotes negros moviendose a velocidad. ¿A donde se dirigían? ¿Por qué no podían haber subido a un taxi? Le gustan más esos coches amarillos donde el conductor te pierde para cobrar más y te cuenta su vida para que no te des cuenta del pequeño engaño que está llevando a cabo. En definitiva, la gustaba más cualquier lugar que esa furgoneta negra.
ESTÁS LEYENDO
Dejame decirte un último te quiero
Fiksi Penggemar"Vivía en dos mundos totalmente distintos: en la realidad y en el que únicamente estábamos tu y yo" Segunda temporada de MSPC Créditos de la portada a @MarinaJelsatica #2 inazuma eleven 11/05/18 #1 inazuma eleven 21/09/18 #894 amor 2/12/2018 #892 a...