Cap. 36

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Su mirada se posa en el pelo rubio del chico que tiene al lado. Perfectamente peinado sin un pelo fuera de su posición correspondiente. No me mira cuando me muevo incomoda en mi asiento. Solo me ha dicho hola y no ha vuelto a dirigirme la mirada. Una presión en el pecho hace que coja una bocanada grande de aire.

- ¿Estas segura de esto? - dice mirándome por primera vez desde que el coche ha partido.

Miro al techo del coche y muestro el nerviosismo que tengo desde que salí del despacho del entrenador.

- Sí, debo de hacerlo.

- Esto me va a costar más a mí que a ti - dice volviendo la vista a la ventana - no soporto verte sufrir.

Escondo una sonrisa.

- Yo tampoco soporto ver que sufres por mi.

Suelta una pequeña carcajada y me mira con ojos cariñosos.

- Anda ven - dice tirando de mi hacia él - vamos a salir de esta ¿prometido?

- Prometido.

***

Traga saliva al escuchar las palabras de su entrenador. Nunca se hubiera imaginado que la carrera de Iría se hubiera ido al traste al saber de la muerte de su amiga. Se imaginaba que algo la había pasado para dejar el fútbol, pero no que todo estaba relacionado con su chica. Desde que se fue dejó la vida de todos patas arriba y aún así no puede odiarla por haberlos abandonado.

--- ¿Volverá...?

--- Volverá cuando haya conseguido su objetivo. Se ha acabado la reunión, podeis retiraros - dice el entrenador.

Mira hacia sus compañeros que no saben muy bien que hacer o que decir.

--- Podria habérnoslo pedido a nosotros - dice Jack rascándose la nuca.

--- No, no podríamos haberlo hecho- dice Mark.

Los chicos le miran. Puede que ellos no se hubieran dado cuenta todavía, pero los fantasmas del pasado de la chica seguían anclados en su espalda, y eso le hacía más difícil seguir con su vida. Necesitaba enfrentarse a ellos de cara para poder salir de ese bucle en el que se había metido. Y ellos no formaban parte de su pasado, ellos no podían hacer nada, pero el chico estaba equivocado.

--- ¿Entonces nos quedamos aquí de brazos cruzados mientras ella sufre? - dice Jude poco convencido con todo este asunto.

--- Nop - dice su capitán - vamos a estar con ella en todo momento, solo hace falta encontrarla.

Shawn se pone tenso al ver que las miradas de todos recaen en él.

--- ¿Por qué me miráis a mi?

--- Fuiste el último que estuviste con ella además de que estáis todo el día juntos. Tienes que saber algo.

Shawn se muerde el carrillo de su mejilla. La verdad es que la chica si le había dicho donde iba a ir, lo que no estaba seguro es de que tuviera que contarlo. Le había dicho expresamente que si iba fuera solo y con una buena razón.

— Lo siento chicos, no puedo - dice levantándose.

— Pero Shawn, tenemos que ayudarla - dice Mark llendo detrás de él.

— ¡No podéis, tu mismo lo has dicho!¿No os habéis dado cuenta todavía? Nadie puede ayudarla, es ella sola la que tiene que salir de esta.

— Siempre se puede ayudar a alguien Shawn.

El chico mira a Axel que se encuentra apoyado en la pared.

— ¿Acaso tu has olvidado a Crístal? Has estado con tus amigos, incluso ahora tiene una persona que la reemplaza, pero no lo has superado, ni tu ni nadie. Así que no, no siempre se puede ayudar a alguien y menos cuando no quieren que la ayuden.

— Shawn te estás pasando - dice Jude con la mirada seria.

— Os estoy diciendo la verdad, nada más. Sois vosotros quienes no queréis verla.

— A lo mejor quien no la conoce eres tú - Axel contraataca.

Shawn suelta una risa irónica y barre con la mirada a todos.

— Creo que la conozco mejor que tu Axel - se da la vuelta y sale de la sala - y eso que la conozco de menos tiempo que tú.

***

Cojo el sobre que hay en mi nueva cama. No he podido ver mucho del sitio al que me han traído, pero tampoco es que me preocupe. La habitación es grande, con escritorio, un gran armario y un baño. Lo primero que he hecho al entrar ha sido dejar mi mochila por el suelo y abrir la pequeña ventana. Después del día tan movidito que llevo lo único que necesitaba era aire fresco, cosa que por aquí no corre mucho. Abro el sobre.

A las siete en el comedor.

Busco una firma por algún lado del papel pero carece de esta. Esta escrita a ordenador como si no quisieran que conociera la letra del que la ha escrito. Miro el reloj de la pared. Las seis, me da tiempo a ducharme. Dejo mis cosas encima de la mesilla y me saco la camiseta por la cabeza. La puerta se abre antes de que consiga meterme al baño. Una cabellera rubia asoma por la puerta inocentemente. Abre la boca para decir algo pero la cierra y abre los ojos cuando se da cuenta de la situación.

— ¿Te pillo en mal momento? - dice tapándose los ojos con una mano, dejando los dedos medio abiertos.

Pongo los ojos en blanco y busco algo con lo que taparme.

— ¿Quieres algo?

Cierra la puerta despacio y se sienta en la cama.

— Necesito tu ayuda - dice moviendo los pies nerviosamente.

— Pensaba que esto iba a ser al contrario - digo aportando el culo en la encimera - dispara.

***
Me seco el pelo y me miro en el espejo. Por culpa de Byron no he podido relajarme a gusto y ahora me toca corre para llegar puntual. En verdad no sé ni donde está el comedor, así que a lo mejor ni llego hoy, por lo que he podido ver, este sitio es muy grande.

Salgo medio corriendo y me dejo guiar por los pequeños cartelitos que hay en las esquinas. Solo me centro en los que ponen comedor, ya tendré tiempo para investigar el lugar. Poco después, me paro enfrente de una puerta doble. La abro sin pensármelo mucho y me encuentro con una estancia amplia sumida en las sombras. Ahora si que me pienso el entrar. Como salga de ahí algo, me muero aquí mismo. Con paso titubeante entro y me paro en lo que creo que es la mitad de la sala.

— Bienvenida Crístal - dice la voz de una mujer.

— ¿Quien eres?

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Por fin después de un mes sin escribir, sin poder tener casi tiempo para respirar, aquí está el capítulo. Estoy en una mala racha y no conseguía sacar nada en claro. Perdonadme e intentaré subir más seguido. Besooooos.




Dejame decirte un último te quieroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora