Cap.11

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La calma precede a la tormenta. Esa frase lleva repitiéndose en mi cabeza desde que me he levantado. No he bajado si quiera a desayunar, aunque supongo que ya todos saben que sigo aquí. Mark y yo quedamos en que nada más levantarse lo comunicaría al equipo. Lo raro y angustioso es el pensar que nadie ha subido para matar, darme una patada en él culo y ahorrarme el billete de avión a Italia o pedirme explicaciones.

Creo que se les caería el pelo con cualquiera de las tres.

Con inseguridad bajo las escaleras despacio. Mejor prevenir que curar.

¿Desde cuando nos escondemos?

En eso tienes razón.

Vuelvo a poner mi pose habitual y bajo con más energía las escaleras, aunque por si acaso me pongo un escudo invisible contra gilipolleces extremas. Entro en el comedor y me alegra saber que las gerentes son las únicas que se encuentran aquí. Nelly corre hacia mi y tira de mi brazo para sentarme en la mesa que ellas ocupan. Ante mi un bol lleno de cereales multicolores y cuatro chicas dispuestas a meterse dentro de mi cabeza para saber que me ronda.

--- Lo primero, ¿estás bien? - dice Nelly cogiéndome de la mano.

--- Sí, o eso creo.

--- Vale, está confusa - dice Celia apuntando en un papel.

La miro frunciendo el ceño.

--- Celia querida te dijimos que fueras discreta - dice Silvia entre dientes.

En un acto reflejo Celia tira la libreta por los aires y esta acaba en la otra punta del comedor. Me río por lo bajo y niego con la cabeza, nunca cambiarán.

--- No era nada Iría, solo que estaba haciendo la lista de al compra - dice intentando excusarse.

--- No lo arreglas ni para atrás - digo volviendo a reírme.

--- Es que eres difícil de comprender, así que estábamos apuntando todo para saber como te sientes - dice Cami con su timidez habitual.

Una sensación reconfortante en el pecho hace que retenga las lágrimas. ¿Pero que me está pasando últimamente para estar tan sensible?

--- Bueno pues venga a apuntar que esto va para largo.

Por una vez volvería a abrirme como hice un año atrás.

***

Mark mira el suelo sin prestar atención a lo que ocurre a su alrededor. Algo le ronda la cabeza y ese algo era la noche anterior en la que había dejado sus sentimientos expuestos a una desconocida con aires de grandeza. Nunca había hecho algo así incluso con Axel y Jude, sus dos mejores amigos, tenía reclusas muchas veces. Pero esa noche todo había salido de forma natural como si se conocieran de hace mucho, como si de verdad la esencia de Crístal estuviera dentro de esa chica. No lo entendía o más bien no quería entenderlo, pero tenía sus sospechas y no sabía si quería descubrir la verdad. Lo que si sabía es que esa chica estaba destruida por dentro y que si nadie la ayudaba a sanar se autodestruiría ella sola. Y le da miedo pensar que podría volver a perder a otra compañera más.

El balón se dirige directamente a su cara y le da de lleno. Mark cae de culo y se deja caer hacia atrás. ¿Qué le diría Crístal en estos momentos?

--- Mira que eres idiota - dice la chica llegando hacia él - ¿cuántas veces tengo que decirte que no te pongas a pensar en mi mientras juegas? Luego claro me echarás las culpas y quedaré yo como la mala.

Solo era una ilusión. Una imagen en su cabeza de su amiga sonriéndole y agachándose junto a él para comprobar que estaba bien. Pero era tan real que casi su mano podía rozar su mejilla. Allí no solo habían sufrido Jude y Axel, él también lo había hecho y mucho más de lo que se imaginan.

--- Mira que eres idiota - dice la voz de Iría. Mark abre un ojo y se encuentra con una chica totalmente distinta a la de su sueño. Esta es rubia y de ojos marones, nada que ver con su amiga - Anda levántate del suelo que se va a encariñar contigo y voy a tener que pelearme con él y todo.

Las chicas había salido de la concentración dando por caso perdido a Crístal no sin antes echarse unas risas. Mark sonríe. El momento no dura mucho porque en cuanto se levanta del suelo arde Troya.

***

Escucho un silbido, uno sordo y un poco molesto. Giro la cabeza y con fuerza paro el balón que viene directo a mi estómago. Iba con fuerza y con ganas de atravesar la red pero digamos que la nueva Crístal sabe también como hacérselas de portera. El balón cae al suelo y el sonido de su rebote se mete en mi cabeza. Y no para, como un disco rayado. Ahora es cuando vienen las imágenes del accidente, y las consecuencias que este trajo. No fallan, siempre que toco un balón pasa lo mismo. Me tambaleo y unas manos me cogen con firmeza. Me permito cerrar los ojos confiando de que no me va a soltar.

--- Sentarla - dice Nelly alarmada.

Me obligan a sentarme y yo sigo igual de aturdida.

--- Acabamos de llamar al médico Iría, no te va a pasar nada - dice el entrenador Hilman.

Pero yo no escucho a nadie. Solo están esas manos que me calman que me dicen lo que necesito sin si quiera mediar palabras. Era eso lo que yo necesitaba en esos momentos, cuando estaba en el hospital queriendo que todo hubiera sido un mal sueño. Ahora tenerlo ahí de una manera hizo que mi cuerpo se desconectase, sintiéndome en paz por de nuevo. Antes de perder completamente el conocimiento, miro a Lucía quien me ha mandado el balón. Querida, de esta no te libras.

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Nuevo capítulo espero que os guste. Besoooos.


Dejame decirte un último te quieroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora