Cap. 10

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Miro por la ventana de la habitación observando como unos pajarillos dan de comer a sus hijos. Sonrío enternecida al ver como el más pequeño es levantado por su madre y atiende antes a que a los más mayores. Mi vuelo sale dentro de unas horas y tengo la maleta hecha desde ayer. No me hace gracia salir de mi país solo porque a una niña rica se le haya metido entre ceja y ceja que tengo que hacerlo, pero sabiendo que los demás no han intentado reprochar nada para que quedarse. Suspiro y recojo la foto de la final del frontier que tenía guardada debajo del colchón. Paso la mano por encima de ella acariciándola con cariño y la vuelvo a dejar en su sitio. Justo en ese momento la puerta se abre y un vendaval, también conocido como Mark Evans coge mi mano y tira de ella como si fuera elástica.

--- Mark, más despacio ¿a dónde vamos?

--- Es una sorpresa  - dice serio mirando todo el rato hacia delante - confía en mi.

Por supuesto que confío en ti Mark. Me dejo guiar por él. Por más que le haga preguntas él las esquiva y mantiene la vista fija en el suelo. Solo la levanta cuando tiene que cruzar la calle o doblar una esquina. Intento encontrar una explicación a todo esto pero por más que busco no la encuentro. Mark siempre ha sido un chico que se guía por las emociones, pero nunca le he visto tan serio como ahora. Tiene una misión y piensa cumplirarla. Sin esperármelo llegamos al parque de Inazuma. Está atardeciendo y las vistas desde el mirador son espectaculares. Es uno de esos sitios privilegiados del mundo, una octava maravilla. Unos críos juegan a la pelota divirtiéndose, sin preocupaciones, ni tristezas, solo existen ellos y su mundo. Sonrío con pesar, todo me trae recuerdos. Mark me para enfrente de la puesta de sol y me gira a dirección de él. Su expresión no ha cambiado ni un ápice. Se apoya en la barandilla dando la espalda a la maravillosa vista de enfrente. Cruza sus brazos y me mira mostrando una seguridad aplastante. ¿Dónde se ha quedado el Mark que yo conocía?

--- No te vas a ir - dice completamente serio.

Yo solo abro la boca sin saber como reaccionar. No me esperaba esto en absoluto.

--- Mark, no me...

--- Si vas a decir que no te quieren aquí te equivocas - dice sin cambiar su temple - te queremos y te necesitamos.

--- No lo hacen Mark, a lo mejor tu sí pero los demás ya lo han demostrado.

--- ¿Y de verdad les crees? - suspira y cambia de posición - están muertos de miedo Iría, has llegado y como un torbellino has puesto todo lo que hemos intentado superar patas arriba. No saben como reaccionar, no saben que hacer ante alguien que tiene una personalidad parecida a...

--- A Crístal.

Asiente serio y se muerde el labio inferior.

--- Creen que tu también vas a desaparecer que te vas a ir para volver a dejarles destrozados. No te voy a mentir Iría, nos costó meses levantar la cabeza, casi ni entrenábamos sin contar que los partidos los perdíamos uno a uno. Pero el tiempo nos puso en nuestro lugar, nos enseñó que cosas como estas son las que tienen que hacernos levantar con más fuerza; hicimos una promesa y la quisimos cumplir por todos los medios, es por eso por lo que estamos aquí. A las malas aprendimos que la felicidad no dura para siempre y que la muerte no perdona a nadie.

Me quedo totalmente perpleja por la sinceridad y los sentimientos que albergan esas palabras. Es como si le salieran de muy dentro, del corazón. Consigo ver el tormento en sus ojos al sacar este tema. Nunca me he puesto en su lugar para saber como se sintieron ellos. Me he centrado tanto en mi y en mi dolor que se me ha olvidado preocuparme de lo que me rodea.

--- Pero...

--- No hay peros. Estoy diciendo lo que todos piensan Iría aunque no creo ni que se hayan dado cuenta de la realidad. Sé que hay muchos que no les toca esta tema, pero es lo que pasa siempre, la mayoría gana. Necesitamos tiempo, tiempo para asimilarte. Son muchos los recuerdos que traes y no sabemos como canalizarlos. Puede que siempre me veas contento pero yo también tengo mis propios fantasmas y conozco los de mi equipo y sé que si ahora mismo llegaras a irte se quedarían más destrozados. Se han abierto las heridas mal sanadas y solo tú puedes curarlas completamente. Quédate y deshazte de las tuyas.

Su última frase hace que un escalofrío me recorra la espalda. Ha podido leerme, sabe que algo me ronda, que algo me preocupa; pero lo más impresionante es que ha tenido narices de plantarse y decirme a mi, a una persona que se supone que no conoce de nada, sus sentimientos. Me considera una amiga, lo noto en su modo de hablarme y como su voz no titubea al estar yo delante y eso es lo que más feliz me ha echo de todo. No el echo de que los demás se sienta así porque les recuerdo a mi, sí me hace gracia esto, les recuerdo a mi misma, irónico. Si no el saber que a pesar de todo él siempre ha seguido a mi lado. Este no es el Mark feliz de siempre, este es el Mark preocupado por sus amigos el que deja a un lado todo para centrarse en lo que de verdad le importa, la gente que le rodea.

Mark mira al suelo y yo doy un paso hacia delante haciendo que levante la vista y que pueda reaccionar a mi abrazo sincero. Sus brazos rodean mi cuello nada más notar mi tacto y acaricia mi pelo rítmicamente.

--- No te vayas, no dejes que volvamos a caer.

--- Mark - digo yo en un sollozo - eso es lo último que quiero.

Noto su sonrisa a pesar de que no puedo verlo. Y en este momento es cuando comprendo que si llego yo a abandonarles habría caído otra vez, como ellos. Me separo de mi mejor amigo y me seco las lágrimas, él hace lo mismo.

--- No me voy a ir, pero con una condición.

Mark levanta la cabeza interesado, creo que si le digo ahora que me bese los pies lo hace.

--- Nunca borres tu sonrisa, es una de las más bonitas que he visto.

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Bueno esta vez me he puesta sentimental. Espero que os guste. Besooos

Dejame decirte un último te quieroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora