Meses antes...
Su corazón latía con fuerza mientras el líquido abrasaba su garganta. La música bombeaba con fuerza en los grandes altavoces que tenía pegados a la oreja. Estaba mareada, mucho. No recordaba como había terminado en esa parte del local ilegal al que había llegado con sus amigos, pero sí que se había dado cuenta de que tenía a un tío pegado a su espalda intentando coordinar sus movimientos de cadera con sus inestables rodillas. El chaval no sabía lo que hacía, y ella tampoco estaba en sus cabales. Volvió a llevarse el vaso a la boca. No quedaba bebida. Consiguiendo zafarse del débil agarre de su nuevo amigo el borracho, llegó a trompicones a la barra mugrienta que estaba encharcada por la cantidad de bebidas que habían acabado encima de ellas. Sintió como se empapaba con el líquido pegajoso, pero le dio igual. Cuando tuvo su bebida en la mano, se tambaleo sola entre la multitud, intentando mantener su equilibrio y riéndose un poco cada vez que alguien la empujaba. Se detuvo abruptamente cuando un cuerpo se puso en su campo de visión. No le conocía, no le había visto nunca pero ese chico se había tomado la libertad de cogerla de la cintura y apretujarla contra su cuerpo dejándola inmovilizada.
– Essstasss mu muy bue-buena - su aliento alcoholizado le dio una bofetada en la cara - vennnte con-conmigo.
Sus alarmas se dispararon en su cabeza cuando el chico tiro de ella con demiasida fuerza. La hizo trastabillar. Intento librarse de su agarre, decirlo que no quería nada con él. No podía. No podía porque el alcohol le nublaba la mente. Cuando entraron al callejón sus lágrimas comenzaron a salir. No quería pensar en que iba a pasar. Ese chico tenía mucha más fuerza que ella. Y ella... Ella estaba muy destrozada, muy rota, muy incapaz de hacer nada. La pego en la pared y sus labios comenzaron a recorrer su cuerpo mientras Crístal, sin fuerzas, empujaba su pecho. Cerró sus ojos dispuesta a aceptar que no iba a poder hacer nada por impedirlo. Soltó un puchero y después un sollozo cuando las manos del desconocido se posaron en su cadera. ¿Así iba a acabar?
De pronto, dejó de sentir las manos y los besos por su cuerpo. Sólo sintió el frío de la noche y una voz lastimera que se quejaba. Abrió un ojo mareada y está vez las manos que se apoyaron en su cadera fueron más gentiles y cuidadosas. Veía borroso, pero su olor a one million le hacia inconfundible. Su cuerpo callo a peso encima de él y siguió llorando.
— Lo siento - dijo como pudo - lo siento, lo siento...
Paolo consiguió recolocarla para poder auparla y le dio un beso en el cuello.
— Tu no tienes que sentir nada. No tienes la culpa de que existan personas como él.
Se seguían escuchando quejidos todavía, pero se negaba a mirar la cara a ese demonio que había intentado abusar de ella.
— Déjalo, creo que no se va a reconocer en unas cuantas semanas - la voz de Paolo la tranquilizo - llevemos a tu hermana a casa.
Dio un último puñetazo y gruño po lo bajo.
— Vuelve a tocarla y vas a saber cual es la furia de los Beltrami - se giro hacia su hermana, quien tenía la mirada perdida en él - y pequeña insensata, vamos a tener que enseñarte kárate para poder romper pelotas y no precisamente las de fútbol. Da gracias a que tu novio consiguió encontrarte.
Y con la chica en brazos, repitiendo por milésima vez que no eran novios, salieron de ese callejón de mala muerte.
Actualidad
— Iría, esa supertecnica...
— No - niega con la cabeza hacia Cami - la acaban de completar ahora mismo. No tengo ni idea de donde ha salido, pero algo me huelo.
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Dejame decirte un último te quiero
Fanfic"Vivía en dos mundos totalmente distintos: en la realidad y en el que únicamente estábamos tu y yo" Segunda temporada de MSPC Créditos de la portada a @MarinaJelsatica #2 inazuma eleven 11/05/18 #1 inazuma eleven 21/09/18 #894 amor 2/12/2018 #892 a...