Cap.2

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Mi pulso se dispara. ¿Ahora? Sí, he sido yo la que he dicho que hay que seguir adelante, pero creo que es demasiado pronto todavía. ¿Qué quiere que mi recién empezado castillo de naipes se vaya al garete?

- Es demasiado precipitado - digo trabándome con las palabras - ni si quiera se como tengo que comportarme, ni que nombre llevaré a partir de ahora...

- Tranquila, los vas a ver de lejos solo - dice cogiendo mi mano - o a lo mejor no...

- ¡Nelly! - la reprocho.

Suelta una carcajada y yo lo único que hago es ponerle los ojos en blanco.

- Vale, vale. A partir de ahora tu nombre es Iría Bloom y vienes de Italia. Más bien porque ya sabes el idioma, no te íbamos a poner en el apuro de decir que eras rusa - dice con una sonrisa como si hubiera recordado algo - en realidad lo propuse, pero casi me echan a los leones.

Dios gracias a que todavía quedan personas con dos dedos de frente por aquí. Lo que más me gusta de Nelly es que, cuando tienes confianza con ella, te das cuenta de  que la señorita estirada tiene su lado divertido. Caminamos hasta el gimnasio cubierto, donde se supone que están los chicos. Ha sido un año entero en el que solo les veía en sueños, y saber que ahora les voy a ver hace que todo venga a mi cabeza de repente. Risas, abrazos, sonrisas, besos... Sí, todo los vivido con ellos se agolpa en mi cabeza provocándome un dolor inmenso. No dejo mostrar mis emociones, como siempre y sigo adelante después de todo.

Nelly abre la puerta del gimnasio dejándome ver la estancia vacía menos por una persona, el entrenador Hilman.

- Pe-pero... ¿no íbamos a ver a los chicos? - digo confundida.

- Necesitábamos saber si estabas en condiciones de volver - dice Nelly - esto tiene que ser muy difícil para ti, no queremos que sufras.

Les miro anonadada.

- Estoy perfectamente, y puedo superar esto - asumo con tranquilidad.

- ¿Sí? Pues entonces, ¿por qué no chutas el balón? - me reta el entrenador.

Me pasa el balón rodadando y yo le miro con miedo. Intento que mi cerebro reaccione pero su imagen cruza mi mente. Me alejo de él un paso, con miedo.

- ¿Desde cuándo? - quiere saber Hilman.

- Desde hace dos meses.

- Y no nos lo dijiste por...

- Porque no merecía la pena - digo friamente.

- Menos mal que tienes amigos que se preocupan por ti - resopla Nelly.

Y entonces caigo. Que raro que los del equipo estuvieran ayudándome a hacer las maletas y comprando el billete de avión.

- Ese maldito moreno de ojos azules... - maldigo al que seguro que ha tenido todo que ver.

- Se preocupan por ti y nosotros también, por eso estás aquí.

- ¿Y cómo estar aquí va a solucionar mi problema?

- Digamos que ellos serán los que consigan que vuelvas a jugar.

- O si no estoy segura de que Axel estará dispuesto a darte un balonazo - dice Nelly.

Un escalofrío recorre mi cuerpo al escuchar su nombre. Axel...

- Y ahora vamos - coge mi mano Nelly - tenemos que instalarte.

***

Cierro la puerta de la habitación una vez terminada la guía turística que me ha dado mi amiga por su casa. Se creerá que me he olvidado de la distribución. Su padre va a llegar tarde así que se ha ido a comprar la cena para esta noche. Me dedico a colocar las pocas cosas que he traído. Saco la última prenda y me paro al ver el cuadro que hay debajo de esta. La final del Torneo Fútbol Frontier. Se nos veía tan felices... Pero después pasó aquello. Lo coloco en la mesilla de al lado de mi cama, junto con el balón de fútbol que guardo desde que me fui. Lo miro con impotencia. Mi sueño es el fútbol y no poder jugar me está matando por dentro. Me pongo un sport y unos pantalones cortos y le pongo una nota a Nelly diciéndola que me voy a correr. Necesito despejarme de todas las cosas que tengo en la cabeza ahora mismo.

Empiezo mi carrera sin rumbo fijo, imaginándome como hubiera sido mi vida sin que nada de esto estuviera pasando.

Muy aburrida.

Hombre, tu por aquí, ya estabas tardando en aparecer.

A lo que iba, ¿seguiría con Axel o acabaríamos tirándonos los trastos a la cabeza? ¿Jude y yo seguiríamos tan unidos? ¿Mark hubiera seguido apoyándome como siempre? Sin darme cuenta acabo en el parque de la torre de Inazuma. Me quedo mirando con nostalgia la rueda que cuelga del árbol. Me planto en frente de ella y la lanzo con fuerza para después pararla firmemente. Parece mentira que hace solo un año solo me dedicara a la delantera. Gracias a estar en Italia he podido jugar en todas las posiciones que he querido, incluso de portera. Así que digamos que soy líbera. Pero mira tu por dónde que ahora cada vez que veo un balón me dan ganas de salir corriendo tipo OhDiosMioUnaBomba. Deprimente, lo sé. Escucho unas voces a lo lejos así que me apresuro a esconderme.

- Lo presiento Axel, presiento que sigue aquí.

- Deberías de dejar de decir tonterías. Murió, hay que superarlo.

- Eso dímelo cuando lo superes tu.

Se quedan en silencio.

- Da igual, ya hay otra y ahora debemos de cuidarla a ella, como no supimos cuidar a Crístal. Jude hay que olvidarla de una vez.

Un golpe se oye.

- No pienso olvidarla Axel. Haz lo que quieras pero para mi, ella lo sigue siendo todo. Espero que no te olvides de la promesa, es lo único que te queda de ella.

Seco las lágrimas que caen sin control por mis mejillas. ¿De verdad quiere olvidarme? ¿Tan poco he sido para él? 

- No de ella ya no me queda nada - gruñe.

Me encojo en el suelo y dejo salir todo de mi.  

***

Axel se queda solo en el parque. Un parque que le trae demasiados recuerdos, tanto alegrías como tristezas. Aprieta la barandilla de madera con los dedos con rabia. No se preocupa en limpiar las lágrimas que salen de sus ojos. ¿Cómo va a olvidarla? Joder, ¿cómo? Es en lo que piensa noche y día, no puede salir de su cabeza desde hace un año, pero si se lo repite así mismo, el dolor desaparece por un momento.
Es verdad, de ella no le queda nada. Solo un pequeño colgante que el chico le regalo un día. Un colgante de un corazón partido, algo muy cursi sí, pero así le hacia ser cuando estaba con ella. Y a pesar de ser algo pequeño  e insignificante para muchos, para él es ese todo de ella que todavía conserva.

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Siguiente capítulo. Espero que esteis pasando unas increíbles vacaciones. Muchos besos y que os guste el capítulo.

Dejame decirte un último te quieroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora