Cap. 41

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Siento que alguien se mueve a mi lado. Medio abro un ojo y veo a Paolo arroparme más y bajarse de la cama. Vuelvo a cerrar los ojos pero siento que se está subiendo la cremallera del pantalón. Un sonido que antes no había escuchado hace que vuelva a abrir los ojos. Cuando lo hago la  puerta se cierra detrás de Paolo. Me siento en la cama y me froto los ojos siento pasos en la parte de abajo pero me da muy igual. Me levanto de la cama y busco en la mesilla de al lado una caja de cigarrillos. Puede que pase poco por aquí pero siempre hay que estar preparada para todo. Abro la ventana y dejo que el fresco del amanecer me dé en la cara. Cojo la peluca y las lentillas que están sobre el sillón y me las pongo. Si me pillan que me pillen visible. Sin vestir enciendo el cigarrillo y me lo llevo a los labios. Expulso el humo mientras intento enterarme de la conversación de abajo pero nanai. Con mi semblante de "mi vida es una mierda así que voy a sudar de ella" y con mi subconsciente escondido en la esquina más oscura de mi mente temblando, espero pacientemente a que Paolo suba para seguir o con lo que estábamos haciendo, cosa que no me disgusta, o aguantar su charla de hermano mayor. Prefiero la primera obviamente. La puerta se abre y la cabeza del ojiazul se asoma.

— Sigues sin estar visible por lo que veo - dice acercándose a paso lento a mi. Vuelvo a girarme y apoyo mis antebrazos en la repisa de la ventana.

— Ves bien entonces - expulso el humo.

Siento que quiere decir algo acerca del tabaco pero se contiene. Sus manos se apoyan en mis caderas y sus dedos se cuelan por los laterales de mi tanga.

— Tenemos dos opciones - sus manos se empiezan a unir lentamente en la parte baja de mi tripa - o ignoramos a Mark que está en el salón esperando a que bajes - sus susurros me han cosquillas en el oído - o bajas le muestras que estas bien y seguimos a lo nuestro - un dedo se cuela entre mis pliegues y yo gimo ante su intrusión.

— ¿La primera opción tiene recompensa? - digo volviendo a dar una calada mientras sus dedos juegan con mi clitoris.

— Nop - saca las manos de golpe y me da una cachetada en la nalga - vístete, te espero abajo - se mete los dedos en la boca y yo trago saliva sonoramente - después te castigare como te mereces.

Pongo los ojos en blanco mientras mi subconsciente saca un poco la cabeza de la oscuridad con cara de susto. Hago lo que me pide, por amor al arte, ya sabéis, y me aseguro de que la peluca esté bien colocada. Tiro el cigarro ya consumido y bajo las escaleras de dos en dos intentando aparentar normalidad. Me apoyo en una de las columnas de la entrada del salón y espero a que los dos me miren.

— ¿Ya me echabas de menos Mark? - digo con los brazos cruzados sintiendo el frío del mármol en la espalda.

— Iría - se levanta - menos mal que estas bien, estaba preocupado por ti - viene hacia a mí y Paolo tira de el para que se vuelva a sentar.

— Mejor que no te acerques - digo sin moverme - ¿cuantos saben que estoy aquí?

— Nadie, solo yo - dice algo triste - Shawn te estaba buscando y Axel casi se entera pero...

— Vale, tranquilo, así mejor - le intento dedicar una sonrisa pero no se si me sale bien.

El silencio se hace en la sala y yo incomoda miro al suelo.

— Siento... Siento haber ido a la isla, no estuvo bien, deberíamos a verte dejado hacerlo sola.

— Sí, deberíais - digo dejando caer mis brazos a mis costados - os dejasteis a Scotty, ¿lo sabéis?

Mark se pone blanco al instante. Eso es un no.

— No me preguntes donde está porque no tengo ni idea - me encojo de hombros. No se nada de nadie salvo de ese de ahí, y ahora de ti claro. Me gustaría que no supiera nadie donde estoy, los de Italia tampoco a ser posible.

Mark asiente con la cabeza y se levanta. Deja una caja encima de la encimera y me mira con una sonrisa de oreja a oreja.

— Te he traído kinders - su sonrisa se ensancha - me he permitido el lujo de quitarte uno, pero tienes otros dieciséis más espero que no te importe - pasa por mi lado y mueve la mano en mi dirección.

— Espera Mark - digo llendo a por la caja y cogiendo un chocolate - toma, otro para el camino estiro el brazo y espero a que lo coja - gracias - susurro.

Vuelve a sonreír otra vez y cojen el cocholate para irse dando saltitos.

— No le diré nada a nadie - dice llendose - tampoco a Shawn. Me escondere en mi habitación para que nadie me encuentre.

Suelto una carcajada. Este chico...

— ¡Ganar el partido del sábado por favor!

Creo que no ha llegado a escuchar mi grito pero ya da igual. Paolo me abraza por detrás y apoya su cabeza en mi hombro.

— Debería de estar haciéndote un interrogatorio y consolandote y esas cosas... Pero no quieres eso ¿verdad?

Niego con la cabeza.

— ¿Quieres el tercer asalto? - dice provocandome un escalofrio.

Asiento con la cabeza.

Baja la cremallera de mi pantalón y desabrocha el botón. Poco a poco los desliza alrededor de mis piernas y de un pequeño salto salgo de él. Paolo se arrodilla delante de mi y yo mira hacia abajo sabiendo que va a hacer. Tiene el azul de los ojos más oscuro que de costumbre, llenos de lujuria.

— Ahora tienes que estarte quieta - dice acercándome a él aún más - no sabes cuantas cosas quiero hacerte.

Suelto el aire de golpe y cierro los ojos note la espectacion. Siento que el tangs desaparece de su sitio y sus labios besan los míos inferiores. Gimo y pongo mis manos en su cabeza. Deja un pequeño mordisco en uno de ellos y yo hago todo lo posible por no moverme. Sonríe al ver mis piernas temblar y mirándome a los ojos succiona mi sexo llevándome al séptimo cielo.

****

— Tiene mucha más fuerza de la que me dijiste - reprocha la mujer.

— Hacía mucho que no la veía jugar Lina, ¿que esperabas?

— Que dejara un agujero enorme en uno de los muros de la base de entrenamiento, no.

El hombre se pasa las manos por su barba blanca.

— Siempre ha sido una buena jugadora.

— Lo que tiene es un buen carácter - dice irónica - ya no le hace falta mi ayuda.

— No creo que sea buena idea...

— Ella misma me lo ha dicho - la mujer se da la vuelta y se va - adiós Seymour.

El hombre se da la vuelta y mira hacia la mujer.

— Espera, ¿que te ha dicho? ¿¡Lina!?

---------------------------------------------------------VOLVÍ. Vengo a decir que mil gracias por siempre estar apoyándome. Siento mucho que tarde tanto en contestar, en escribir y en todo. Siento que os tengo abandonados así que lo siento mucho. Hoy me he ido por las nubes y he decidido escribir dejando a un lado los estudios todo hay que decirlo porque quería regalar en este día. Hoy es mi cumple y creo que parte de mi felicidad os la debo a vosotros, así que muchas gracias por estar haciendo parte de mi sueño realidad. Gracias. Muchos besos y espero que os guste el capítulo.

Dejame decirte un último te quieroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora