Dejame decirte un último te quiero

Cap. 56

Sus ojos se abren con parsimonia cuando escucha pasos detrás de ella. Sonríe cuando unos brazos la envuelven por la espalda y se deja inundar por el calor que desprenden. Suelta la barandilla a la que esta agarrada y apoya su peso en el pecho del chico que deposita un besito en su coronilla.

— Hoy el viaje se acaba para alguno de los dos - dice una octava más baja de su voz normal.

— Sí, hoy se resolverán muchas cosas - dice la chica más para ella misma que para Paolo que suelta un suspiro pesado.

— ¿Estas nerviosa florecilla?

Crístal ríe por el apodo que acaba de ponerla. Le parece una mezcla entre adorable y gracioso. Paolo no esta acostumbrado a ponerla motes, así que cuando lo suelta por su boca se muerde la lengua pensando que ha quedado en ridículo.

— Me gusta florecilla.

El chico se sonroja y carraspea un poco sintiendo su corazón caliente por las palabras de su amiga. A veces parecía que le leía la mente, cosa que agradecía con todos sus fuerzas. Siempre solían ser temas que no estaba dispuesto a explicar ya fuera por el tipo o por la sensación de tristeza que le embargaba cuando hablaba de ellas. Aun así, ella ya sabía por donde iba los tiros. Era como una especie de adivina-problemas.

— Bien, lo usaré más a menudo. Sabes que no te he citado para ponerte un mote ¿verdad?

La chica asiente y se da la vuelta entre sus brazos permitiéndose aspirar su aroma. Ese día iba a ser un muy intenso, lo podía notar en ambiente. En primer lugar, cuando se había levantado y había bajado a desayunar, incluso a Mark se le notaba el nerviosismo. El haber perdido contra Argentina fue un inconveniente tan grave, tanto, que si este partido salía mal, estarían entre las cuerdas y dependerían del resultado de Unicorn en su último partido.
En segundo lugar, esa misma mañana había recibido un paquete en el que dentro había una especie de disco a juzgar por la forma que tenía. Eso había sido antes de la llamada de Paolo y de salir de la concentración. No sabia lo que era, pero intuía que era importante. Así que, sabiendo que corría peligro el dejarlo solo en la concentración, ahora mismo lo llevaba cogido con la cinturilla del pantalón y tapado con la camiseta. Al ser tan ancha la equipacion, pasaba bastante desapercibido, cosa que agradecía. Por último, había notado la mirada de Axel todo el rato pegada a su nuca, acción que ha provocado que la falsa Crístal la estuviera matando con la mirada sin importar que el asesinato fuera delito.
En definitiva, esas tres horas que llevaba levantada la insinuaban que algo iba a pasar ese día, y la verdad es que deseaba equivocarse. Sale de sus pensamientos cuando Paolo le coloca el pelo detrás de la oreja y sonríe levemente.

— Ayer descubrí algo. Algo sobre Ray Dark.

— ¿El comandante? - El chico asiente afirmstivamente y la hace sentarse en los asientos de las gradas donde va a tener lugar el partido.

— Digamos que me di cuenta de que no aparentar ser la persona que todos creen. No sé es raro, pero al verle jugar y dar órdenes me doy cuenta de que el odio que siente por el fútbol, no es odio en sí yo...

— Ey, tranquilo, explícate bien, no estoy entendiendo nada de nada - le mira con confusión, nunca le había visto tan inconexo como ahora.

— Creo que hay una razón por la que actúa así. El otro día me llegaron unos vídeos. Eran vídeos de su padre jugando. Los estuve analizando y medí cuenta de que su forma de entrenar y de formar técnicas es la misma que utilizaba su padre antes de desaparecer del mundo del fútbol.

— ¿Y a que nos lleva eso Paolo?

— No lo se la verdad, pero pensé que todo detalle era importante - dice rascándose la nuca - después de ver esto... no creo que sea tan mala persona como aparenta ser. A lo mejor sólo está fingiendo.