Capítulo 29 {Piercing}

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Michelle

La cena con Tony fue perfectamente, me sentí muy cómoda y, excepto cuando hablaban en español, estuve muy enganchada a las conversaciones, hablaban mucho conmigo, querían conocerme mejor y él tenía razón, no les importó cómo iba vestida ni mi aspecto, me trataron bien a pesar de mi exterior y eso me hizo sentirme agradecida. Cuando todo terminó, Tony me acercó a casa y me despedí de él con un beso en la mejilla, afirmando cumplir mi promesa a Pau de volver pronto. Me dormí nada más tocar la cama, estaba cansadísisma, pero el muy puto de Kelloggs vino a despertarme antes de irse al instituto para que le contara cómo fue todo.

—Me alegro de que te lo pasaras bien. —Besó mi frente.

—Sí, —Bostecé. —yo también.

—Ahora quiero comida mejicana. —Se quejó con un puchero.

—Pediré para cuando llegues. —Rodé los ojos.

—Te quiero. —Besó mi mejilla y se levantó para coger su mochila. —No vemos luego, pequeña. —Se despidió.

—Vale. Adiós, yo también te quiero. —Le lancé un beso al aire, dejándome caer en la cama otra vez. Se fue cerrando la puerta y suspiré.

Cerré los ojos con ganas de dormir, el bienestar de ayer por la noche todavía permanecía en mi cuerpo, por lo que estaba relajada y en paz conmigo misma. Hablando de paz, tenía que disculparme con Vic por hablarle mal el día que quiso venir, no fui muy amable y sé que lo que quería era ayudarme, como lleva haciendo desde que nos conocemos. Me levanté de la cama y me metí en el baño para arreglarme. Me vestí con unos vaqueros negros y una camiseta de Nirvana, quedándome descalza para andar por casa a gusto. Bajé al salón, donde había dejado mi móvil ayer por la noche y marqué el número de Victor. Lo cogió a los dos tonos.

—¿Michelle? ¿Va todo bien? —Preguntó preocupado. Podía escuchar el motor del coche y deduje que estaba conduciendo.

—Sí, estoy bien. Solo quería pedirte perdón por lo del otro día, no quería ver a nadie, pero te traté mal, lo siento. —Mordí el interior de mi mejilla.

—No te preocupes, lo supuse, no estoy enfadado ni nada parecido, tranquila. —Respondió y supe que sonreía.

—Bueno, esta tarde voy a hacerme un piercing, ¿Quieres acompañarme? —Pregunté animada.

—Un piercing. ¿Un piercing? ¿Desde cuándo quieres uno? —Preguntó extrañado.

—Desde los quince, pero mis padres no me dejaban, así que ahora puedo hacérmelo. —Reí. Realmente quería uno desde hace dos años y nunca me dejaron ponérmelo en la cara, así que me conformé con un industrial en la oreja izquierda.

—Oh, vale, supongo que podré acompañarte. ¿Dónde te lo harás? —Quiso saber curioso.

—En una tienda de piercings, duh. —Bromeé haciéndole reír.

—Me refería a qué parte de tu cuerpo, tonta. —Aclaró divertido.

—Adivínalo. —Pedí fingiendo voz excitada.

—No me hagas esto, Michelle, estoy conduciendo. —Rogó en un gruñido. Rodé los ojos sonriendo. —Como me digas que es un nipple piercing, puedo acompañarte ahora mismo si quieres. —Añadió con la voz más ronca.

—Uh, no, amigo, ese tiene que doler bastante. —Arrugué la nariz con disgusto. —Está bien, te lo digo. —Alargué la palabra "bien". —En el lateral derecho de la nariz. —Respondí riendo.

—¡Serás copiona! —Exclamó fingiendo estar molesto. —Vas a hacértelo incluso en el mismo lado que yo. —Protestó.

—¡Eh, no es mi culpa que te hicieras mi piercing antes que yo!

Saving You {Vic Fuentes}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora