Capítulo dedicado a mi mejor amiga Gaby, porque por fin hay sexo, porque es una pendeja como yo y porque la amo💜💜.
Michelle
Me sentía completamente feliz ahora que lo tenía junto a mí. Este beso era más suave y moderado, se notaba que la desesperada era yo. Reí ante mis pensamientos y él sonrió profundizando el beso. Subí mis manos a su cabello, como hacía antes y me dejé llevar por su tacto placentero. Se separó de mi boca y besó mi mejilla, bajando hasta mi mandíbula. Levanté la cabeza para darle mejor acceso y cumplió mis deseos al llegar a la sensible piel de mi cuello. Solté un jadeo al sentir su lengua y lo apreté contra mi cuerpo. Me devolvió su mirada y sonreí casi sin pensarlo.
—Te quiero, Michelle Quinn. —Afirmó dándome cortos besos.
—Yo también te quiero, Victor Fuentes. —Respondí satisfecha.
Esas palabras sabían tan bien en mi boca que podría repetirlas todo el día con tal de saborearlas. Pegué nuestras frentes y, cuando nos besamos por tercera vez, supe que ya estábamos entregados el uno al otro. De un pequeño salto, me enrollé en sus caderas y pasé mis brazos alrededor de su cuello. Se giró conmigo encima, camino a las escaleras y metió sus calientes manos bajo mi camiseta. Un enorme calor me invadió debido a ese contacto y tuve la necesidad de deshacerme de la sudadera que llevaba, seguida de mi camiseta. Ambas prendas quedaron en los escalones, siendo acompañadas de otras conforme subíamos. La camiseta de Vic, sus pantalones, mi sujetador... Lo dejamos todo atrás antes de meternos en su cuarto. Me dejó sobre la cama con delicadeza, como si temiera hacerme daño y comenzó a desabrochar mis ajustados jeans negros, que pronto estuvieron también en el suelo. Me miró a los ojos con tanta intensidad que pensé que comenzaría a arder en cualquier momento. Puse ambas manos en sus mejillas, atrayéndole hacia mis labios con necesidad. Solo nos separaban dos finas telas y empezaban a sobrar también. Sin dejar de besarme, alargó un brazo hacia su cómoda y abrió un cajón. No presté atención a lo que hacía, me centré en seguir el ritmo de sus labios y escuchar los latidos de su corazón apresurado al igual que el mío. Quitó lo que quedaba de mi ropa interior y la suya con facilidad. Bajó sus besos a mi cuello y cerré los ojos llevando mis manos a su tensa espalda. Solo un par de segundos después, sentí como nos convertíamos en uno y ni siquiera intenté esconder mi sonrisa cuando volvió a besarme. Sus movimientos empezaron lentos, casi imperceptibles en mi interior. Solté un gemido débil que bastó para que nos miráramos a los ojos. Acarició mi sien, mi mejilla, mis labios, mi cuello, mi clavícula, mi costado y subió con sus caricias por mi brazo hasta entrelazar nuestras manos. Las miré con una sensación de victoria, me sentía completa. Admiré sus facciones, su precioso cabello, su frente perlada por el sudor, sus ojos cerrados y sus labios entreabiertos. Miré su mano libre en mi cadera, trazando patrones invisibles sobre mi piel y proporcionándome aquella paz infinita que sentía en ese instante. Estaba concentrado en sus acompasados movimientos tanto como se concentraba en mí. Moví mis caderas a su ritmo lento, cariñoso y perfecto, arrancándole un jadeo de placer que chocó contra mi mejilla. Giré mi rostro en su dirección para encontrar sus labios al mismo tiempo que apretaba más nuestras manos. Pasé mi otra mano por su cabello, echándolo hacia atrás con lentitud, disfrutando de como se sentía entre mis dedos. Murmuré su nombre cuando mordió mi labio y lo aprovechó para invadir mi boca con su lengua. Aceleré el beso a sabiendas de que aceleraría su vaivén en mi interior. Solo de pensar que estábamos haciendo el amor ya me sentía cerca de tocar el cielo y sabía que no tardaríamos en llegar al ansiado éxtasis que buscábamos. Dio una suave embestida que me hizo gemir más fuerte que antes y le rodeé con mis piernas para que llegara más hondo dentro de mí. Repitió el gesto un poco más decidido y me sentí desbordar gimiendo su nombre contra sus labios. Supe que él también alcanzó el orgasmo cuando presionó mi cintura y abrió los ojos para mirarme. Le sonreí feliz y me besó. Me besó como nunca me ha besado nadie y le devolví el beso con todo el amor que tenía. Nos separó con cuidado y se deshizo del preservativo en la papelera de su cuarto antes de volver a tumbarse a mi lado y rodearme con sus brazos. Nos tapó con las sábanas ya calientes por nuestros cuerpos y besó mi frente tiernamente.
ESTÁS LEYENDO
Saving You {Vic Fuentes}
Fanfiction-¿Quién eres? -Pregunté confusa. -Solo soy Vic. -Se encogió de hombros.