Michelle
Ya hacía una semana que había vuelto al instituto. Ya había ido a cuatro sesiones con el doctor Mainford, todas con Vic acompañándome. Seguíamos "conociéndonos" por así decirlo, solo hablábamos de cosas de mi pasado, el doctor se empeñó en solucionar primero mi problema relacionado a Andrew y a mí me parecía bien, quería librarme de esa etapa de mi vida. Respecto a Vic, estaba muchísimo más cariñoso conmigo y eso me volvía loca, en ambos sentidos. Me sentía especial y querida, desde luego, pero por otra parte me sentía culpable cada vez más por no poder darle lo que merecía, lo que él quería. Jamás sería suficiente para Vic, por mucho que lo quisiera. A estas alturas estaba completamente segura de que me había enamorado y solo lo hacía más difícil. Ya no podía resistirme a sus besos y abrazos, ya no podía negarle salir y quedarme a dormir con él, porque lo necesitaba. Era estúpido querer tanto a algo imposible y me sentía horrible cada vez que me decía que era perfecta porque sé que estoy a billones de kilómetros de serlo. Sentí unas manos en mi cintura desde atrás, abrazándome contra un fornido pecho al que ya estaba acostumbrada y sonreí como pude.
—¿Qué haré esta tarde si vas a salir con mi hermano? —Preguntó divertido, besando mi hombro.
—Puedes ver Titanic, te llevará mucho. —Reí.
—Sobre todo si me duermo. —Añadió haciéndome reír más.
—Nos veremos mañana, ¿Vale? —Apoyé la cabeza en su hombro para mirarle. —Esta tarde, lo que haré con Mike es importante. —Besé su mejilla. Era cierto, por fin me presentaría a Melanie, que gracias a mis consejos había accedido a salir con él un par de veces y parecía que todo iba bien.
—Ugh, vale. —Respondió rodando los ojos en broma. —Pero no sé si podré esperar tanto, preciosa. —Sonrió coqueto, besándome con suavidad.
Le seguí sintiéndome la peor persona del mundo, no jugaba con él, claro que no, pero era lo que le impedía conseguir a alguien mejor y eso me mataba por dentro. Me separé cuando no aguanté más y disimulé mis ganas de llorar juntando nuestras frentes.
—Tengo que ir a clase. —Me aparté de él para cerrar mi taquilla.
—Hey. —Tiró de mi mano al ver que me alejaba. —¿Todo bien? —Preguntó preocupado. Sonreí con los ojos llenos de lágrimas, por suerte miraba mis labios.
—Todo contigo es perfecto, Vic. —No quise que sonara a despedida, pero lo hizo.
—Hablo en serio, M. Puedes contármelo, lo sabes. —Tiró más fuerte de mi mano, envolviéndome en un abrazo.
—Yo también hablo en serio, Victor. —Perfilé su labio inferior con mi pulgar, mirándole embobada como de costumbre. —Todo contigo es perfecto. —Murmuré en voz baja antes de besarle como distracción. Necesitaba irme, llorar, repetirme lo mala que soy para él y sentirme culpable lejos de su presencia, de lo contrario, notaría lo que ronda mi cabeza desde el último mes. Me separé de él otra vez, sin mirarle. —Nos vemos mañana. —Me despedí ajustando mi mochila sobre mi hombro y sin darle tiempo a responder, me fui. Pero no a clase.
Podría decirse que echaba de menos este lugar. Llevaba tiempo sin venir, entre otras cosas, porque me expulsaron y todo eso. Parecía que estaba condenada, mi pequeño escondite me condenaba porque, siempre que iba, terminaba con el brazo vendado y la cuchilla sucia de sangre. Esta vez no fue la excepción, me había liberado de nuevo, como otras miles de veces. Ni siquiera me había dado cuenta de que llevaba sin cortarme desde la última noche que dormí en casa de Kells, la tarde anterior a que mis padres se fueran de viaje. Vic y los chicos me habían mantenido lo suficiente ocupada como para no hacerlo. Y ahora ni siquiera sabía desde cuando había tenido ganas de volver a lo mismo. Me sentía vacía por dentro, era tóxica. Había conseguido que lo único me me mantenía cuerda se volviera también una tortura. Era increíble pensar que me cortaba por Vic. La culpa no era suya, él era lo que me mantenía con vida, por supuesto. La culpa era mía, yo era la que buscaba la excusa para recurrir a mis viejas amigas y sangrar todas las lágrimas que retenía. Prefería sangrar que llorar, de ese modo, solo yo sabía lo débil que era, nadie notaba mis cicatrices. Incluido Vic. Incluido Kellin. Pensaban que ya estaba bien, que ya lo había superado, yo les hacía creer eso. Limpié mi brazo una vez más, decidida a salir en busca de los chicos antes de que Victor me buscase a mí. Si me encontraba aquí sabría lo que ha pasado. Cerré la puerta detrás de mí con cuidado de no hacer ruido y bajé las escaleras hacia la planta baja. Al primero que ví fue a Tony, estaba hablando (no muy animado) con un par de chicas que iban a nuestra clase. Me reí, por muy pijas que sean, desde que Tony va tan emo por la vida, no hay día en el que no intenten algo con él. Tenía que salvarle.
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Saving You {Vic Fuentes}
Fanfiction-¿Quién eres? -Pregunté confusa. -Solo soy Vic. -Se encogió de hombros.