Michelle
El grito de una chica me despertó de golpe, dejándome sentir el dolor de cabeza horrible que tenía. Miré a mi alrededor extrañada y suspiré al ver que era la habitación de Vic. Me abracé a él y escondí mi rostro en su cuello para oler su fragancia, con la única diferencia de que los tatuajes que marcaban su piel no eran suyos, sino de Tony. Abrí desmesuradamente los ojos, no llevaba camiseta y podía ver mi ropa en el suelo. Levanté la sábana que nos tapaba con miedo de saber con qué me encontraría y ví que llevaba su camiseta, algo raro, pero él todavía tenía pantalones, así que suspiré con alivio y volví a acurrucarme contra su pecho tatuado.
—Hum... —Gimió de sueño. —¿Qué hora es? —Preguntó con la voz pastosa.
—Shh, durmamos. —Pedí de ojos cerrados, aún así, noté como alargó su brazo en busca del móvil.
—Son las cinco de la tarde, Mich. —Informó.
—Muy bien, con dos horas más me apaño. —Murmuré escondiéndome en su cuello.
—Tenemos que levantarnos. —Me soltó para incorporarse. —Venga. —Alargó la "e" mientras tiraba de mi mano.
—Ugh, te odio. —Me senté en la cama y solté un quejido por el intenso dolor que me provocó en el cerebro. Presioné mi cabeza con ambas manos y cerré los ojos con fuerza hasta que se me pasó.
—¿Te duele? —Preguntó con una mueca. Asentí, incapaz de hablar. —¿Puedes moverte? —Volvió a preguntar y negué. Suspiró, cogiéndome con cuidado, enrollando mis piernas en su cintura. Me abracé a su cuello para no caerme y salió de la habitación. Bajó las escaleras con lentitud, sin movimientos bruscos y con cuidado. Los chicos ya estaban sentados en la cocina, bebiendo agua y tomando ibuprofenos. Faltaba Vic.
—Vaya, todos pensando que sería Vic el que se acostaría con Michelle y resulta que Antonio fue el afortunado. —Comentó Jaime guiñándome un ojo, le mostré mi precioso dedo del medio y Tony rodó los ojos, sentándome en una silla con delicadeza.
—No pasó nada. —Respondió bufando mientras abría la nevera.
—Díselo a la mitad de cuello morada que tiene Mich. —Señaló Mike. Instintivamente me llevé la mano allí. Tony cerró la nevera con una botella de agua en la mano y la dejó delante de mí.
—Eso no he sido yo. Y solo es algo grande, no ocupa la mitad de su cuello. —Le quitó un ibuprofeno a Kellin y me lo pasó. —Te sentará bien. —Besó mi frente antes de tomar asiento a mi lado.
—¿Entonces quien fue? —Quiso saber Kellin. De repente entró Vic sin camiseta en la cocina rascándose la nuca. Estaba muy sexy, oh, sí, desde luego, pero lo que llamaba la atención eran las múltiples marcas rojas y moradas de su pecho y abdomen. Las que yo hice antes de la fiesta.
—Ah. —Exclamaron todos con expresión de entendimiento y golpeé mi frente con la palma de mi mano, dejándola deslizar hasta mi barbilla.
—¿Qué? —Preguntó el recién llegado. Su hermano se acercó a mí y giró mi cabeza, permitiendo que el chupetón de mi cuello quedara a su vista. —¿¡Qué!? ¿¡Quién te ha hecho eso!? —Abrió los ojos como platos y avanzó para examinarlo. Pasó un dedo por mi piel amorotonada.
—Tú. —Respondió Tony tranquilamente. Vic se giró para mirarle.
—¿Y-Yo? —Parecía incrédulo. El pelinegro asintió y señaló su torso desnudo con un dedo.
—Igual que ella te lo hizo a ti. —Añadió. Vic bajó la cabeza para mirarse y sus mejillas enrojecieron un poco.
—Como lamento no acordarme de nada. —Comentó pícaro. Rodé los ojos y, sin que nadie lo esperase, tomó mi rostro en sus manos para besarme.
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Saving You {Vic Fuentes}
Fanfiction-¿Quién eres? -Pregunté confusa. -Solo soy Vic. -Se encogió de hombros.