Saving You {Vic Fuentes}

Capítulo 53 {Madurez}

Michelle

Unas suaves caricias en mi pierna me despertaron poco a poco y abrí los ojos lo suficiente para comprobar que era mi novio. Le di una cansada sonrisa y él besó mi cuello con delicadeza.

—¿Qué hora es? —Pregunté en voz baja.

—Las siete y media. —Respondió subiendo la mano que tenía en mi pierna hasta mi cintura.

—¿Y qué haces despierto? —Solté una risa con los ojos cerrados. Tanteé su pecho y su cuello con suavidad hasta llegar a su mejilla, acariciándola con mi pulgar.

—En realidad me he despertado a las seis, pero he estado mirándote. Eres preciosa cuando duermes, ¿Lo sabías? —Besó mi nariz y le rodeé con mis brazos, haciendo que quedara sobre mí.

—Si crees que yo soy preciosa durmiendo, deberías ver las fotos que te saco a ti. —Me burlé.

—¿¡Me sacas fotos durmiendo!? —Exclamó avergonzado.

—Estás irresistible dormido, lo siento. —Me excusé con una pequeña sonrisa.

—Oh, vaya, así que estoy irresistible hasta durmiendo, ¿Eh? —Jugueteó con sus labios sobre mi piel.

—Siempre, cariño.

—Entonces vamos a quitarte las ganas. —Gruñó en mi oído y metió las manos debajo de la camiseta que llevaba puesta, llegando a mis pechos. Solté un gemido que quedó opacado por el sonido de la puerta abriéndose.

—¡Joder! —Gritó mi primo tapándose los ojos.

—¡Kellin! —Grité con una mezcla de enfado y vergüenza.

—¿¡Qué!? ¡Pensé que aún estabais dormidos! —Se justificó. —¡Son las siete y media de la mañana, ¿Qué hacéis follando?! —Preguntó aún tapándose los ojos.

—¡Vete! —Grité al ver que no se movía.

—Venía a por mi chaqueta. —Respondió andando hacia mi escritorio. Cogió la chaqueta que había encima de la silla y se fue, golpeándose la cabeza con el marco de la puerta antes de cerrarla.

Miré a Vic con las mejillas enrojecidas y al verme explotó en carcajadas.

—No es divertido. —Le empujé para poder taparme la cara con ambas manos.

—Sí que lo es. —Apartó mis manos y dejó un beso suave en mis labios.

Salí corriendo y cuando estuve a la distancia adecuada, salté sobre él, haciendo que se tambaleara.

—Tienes que dejar de hacer eso, Mich. —Se quejó.

—¿Por qué? Te mantiene alerta, hay gente que cobra por esto, ¿Sabes? Yo lo hago gratis. —Me burlé moviendo su cabeza.

—¿Lo haces gratis? A Vic no le gustará saber eso. —Respondió y le golpeé riendo.

—Eres idiota, Antonio. —Comenté.

—No me llames Antonio. —Gruñó.

—Vale, Toñito. —Besé su mejilla sonoramente y me abracé a su cuello para acomodarme sobre su espalda.

—¿Y tu novio? —Preguntó curioso.

—Ya ha entrado en clase. —Informé.

—Bien, entonces vamos a hablar sobre el puto mensaje que no me ha dejado dormir. —Bajó un poco la voz para que la conversación fuera más privada. —¿Cómo sabes que el anónimo era Kate? —Cuestionó y suspiré pesadamente.