Michelle
Sentí como el aire frío golpeaba mi rostro, despertándome de repente y me tapé hasta la cabeza como respuesta, aislándome en el agradable calor de entre mis sábanas. Sin esperármelo, alguien se tiró encima de mí. No me hizo falta abrir los ojos para saber que era Kellin.
—¡Es sábado... Piedad! —Exclamé empujándole. Comenzó a reírse mientras volvía a posicionarse sobre mi cuerpo.
—Tengo una sorpresa, venga, levanta. —Pidió agitándome. Solté un gruñido de desagrado.
—No quiero.
—Por favoooooooor.
—Déjame dormir.
—Ño, vamos. —Tiró de mi mano hasta incorporarme y le pegué una patada en el abdomen, no tan fuerte como me apetecía. Le quería demasiado como para hacerle daño.
—¡Ugh, está bien! Pero más te vale que sea bueno. —Le miré con los ojos entrecerrados y me levanté de la cama a regañadientes.
Me vestí con lo primero que encontré, de todas formas no me veía con ánimos para arreglarme, así que aún que fuera importante me daba igual. Cogí unos shorts azules y me los puse rápidamente, buscando la parte de arriba. De repente, al terminar de ponerme una camiseta morada, ví que había una de mis maletas al lado de la puerta. El corazón comenzó a latirme más rápido, recordando qué pasó la última vez que alguien hizo las maletas por mí y me acerqué para cogerla con las manos temblorosas. La abrí con miedo, Kellin no me haría algo así... Levanté la parte superior del cierre y observé la ropa mía que había dentro. Me congelé donde estaba y mis ojos se llenaron de lágrimas.
—¿Mich? ¿Qué haces? —Preguntó entrando otra vez en mi cuarto. No me moví. —Oh, ya lo has visto... —Apagó su voz conforme terminaba la frase.
—¡Claro que lo he visto! —Exclamé asustándole. Me giré para poder mirarle, me miraba con incomprensión. —¿Tú también vas a librarte de mí? —Pregunté de manera débil.
—¿Qué estás diciendo, Mich? —Frunció el ceño, acercándose para abrazarme. —Yo nunca me libraría de ti. Te quiero, idiota. —Besó mi cabeza y se aferró más fuerte a mi cuerpo tembloroso. Tenía un problema serio. ¿De verdad me sentía inferior a todos solo por culpa de mis padres? Había llegado a pensar que Kellin me echaría también de su casa. —Es una sorpresa que tengo preparada. —Admitió feliz. Me miró sonriente y acarició mi mejilla. —Desde que Kate es mi novia, casi no hablamos. Ya no es lo mismo que antes... —Sonrió con tristeza. —Pero, —Alargó la primera vocal. —eres mi hermanita y vamos a pasar todo el fin de semana en un sitio que he reservado. —Solté un suspiro de alivio y agité la cabeza para que los malos recuerdos salieran de mi mente.
—V-Vale, dame solo unos minutos más. —Pedí apartándome de sus brazos. Me obedeció, dejándome sola y me senté en la cama, enterrando las manos en mi cuero cabelludo. Necesitaba llamar al doctor Mainford.
—¡Auch, estúpido! —Tanteé el aire en busca de alguna parte del cuerpo de mi primo para poder pegarle.
—¡Ha sido un accidente!
—¡Imbécil!
—¡Agresiva! —Gruñó sin soltarme.
—¿Ya? —Pregunté cansada. Llevaba alrededor de veinte minutos con la maldita venda en los ojos. —Como sea un plan de los tuyos para que Vic y yo hablemos te...
—¿Por qué piensas en él? —Me interrumpió burlón.
—¡No te importa! —Exclamé volviendo a pegarle.
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Saving You {Vic Fuentes}
Fanfiction-¿Quién eres? -Pregunté confusa. -Solo soy Vic. -Se encogió de hombros.