Capítulo final {La vida entera}

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Michelle

Le miré otra vez y me reí al ver que todavía tenía esa mueca de desagrado. Pasé un dedo por su sien sin dejar de caminar y pinché su mejilla, en el intento de deshacer su expresión.

—Tampoco ha sido tan horrible. —Rodé los ojos sonriendo.

—¿Cómo puedes pasar tantas horas sentada y solo recibiendo dolor? —Preguntó por enésima vez, aún horrorizado.

—No duele tanto como piensas, creeme, y han quedado bonitos. —Extendí mi brazo derecho y rocé la parte trasera de mi cuello. —Mira la snitch, está perfecta. —Sonreí levantando el antebrazo para que lo viera mejor.

—Sí, sí, ya lo sé. —Hizo otra mueca de dolor. —Dios, Mich, aún está hinchado, aparta eso de mi vista. —Pidió bajando mi mano con cuidado. Comencé a reír.

—Perdone, señorito "miedo a las agujas" —Me burlé. Habían sido más de cinco horas sentada, ya que me hice una snitch con un "I'm not a dirty muggle" en el brazo y el símbolo de la orden Jedi en la nuca.

—Y encima te haces uno en el cuello. Ahora cada vez que te lo bese recordaré a Anakin matando a esos pobres niños sin piedad y la ejecución de la orden 66. —Negó disgustado.

—¡Oye! ¿Por qué solo te acuerdas de eso? Ani también hizo cosas buenas. —Le pegué en el hombro. —Además, es la orden Jedi, cuando pasó eso era aprendiz de Lord Sith, no caballero de la orden. —Recordé obvia.

—Mñé, aún pensaban que lo era, estaba en el limbo. —Se encogió de hombros.

—¡Qué no! —Salté sobre él, quedando suspendida en su costado derecho, rodeándole con piernas y brazos. Él comenzó a reír y me rodeó con un brazo para que no me cayera.

—Como sea. ¿Dónde quieres ir hoy? Iba a preparar algo, lo juro, pero no he tenido tiempo. Tú solo dime un lugar y vamos. —Besó mi mejilla tiernamente.

—No te preocupes, solo es el aniversario de nuestro primer mes, no el cumpleaños de uno de nuestros hijos. —Bromeé sacando la lengua.

—¿Hijos? ¿Y cuántos tenemos? —Levantó una ceja divertido.

—No me acuerdo. Di un número. —Reí.

—Veinticuatro. —Respondió pícaro.

—¿Estás loco, Fuentes? ¿Quieres veinticuatro hijos? —Exclamé entre carcajadas.

—Bueno, me gustaría intentar conseguirlos. —Mordió su labio y tiré de él con mi mano para que dejara de hacerlo. —Aunque si es contigo, no me importaría. —Se encogió de hombros.

—Aw. —Le abracé más fuerte. Lo gracioso es que seguía andando, con más dificultad, pero andaba. —Sabes que si intentamos tener veinticuatro hijos lo más probable es que muriera en el parto del décimo, ¿Verdad? —Cuestioné sin apartar mi cabeza de su cuello.

—No estoy tan seguro, tienes caderas de parturienta. —Bromeó y casi exploté de la risa.

—¿Caderas de parturienta? ¿Cómo hemos terminado hablando de esto? —Negué sonriendo.

—No lo sé, a veces... ¿No te imaginas cómo sería pasar la vida juntos? —Bajó la voz algo vergonzoso.

—Bueno, sí. Ya sabes, nuestra boda, nuestros hijos, quizá los nietos. Y morir cogidos de la mano como los abuelitos de las pelis románticas, pero no pensé que tú también lo hacías. Solo llevamos un mes juntos, no es que me espere que imagines cosas así. —Confesé en el mismo tono que él.

Saving You {Vic Fuentes}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora