Capítulo 20 {Como en casa}

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Michelle

Aproveché que Tony había ido a por Pepsi y le di play al juego para adelantarle un poco. Estábamos jugando al Mario Kars, gracias a mi yo infantil y a que había visto el juego en la caja enorme que tenía mi mejor amigo al lado de la play. Justo cuando iba a pausarlo otra vez, Tony entró en el salón, dándome un susto de muerte.

—¡Eres una tramposa! ¡Y yo que con toda mi buena fe había ido a buscar bebida! —Dramatizó de manera sobreactuada, haciéndome soltar una pequeña risita.

—Lo siento. —Me encogí de hombros. —Es que me has ganado ya tres partidas seguidas. —Hice un puchero como una niña pequeña y él se sentó a mi lado rodando los ojos. Me tendió una de las latas.

—Podemos cambiar de juego, así no se nota tanto que se te da fatal. —Se metió conmigo y solté un jadeo, ofendida.

—¡Vas a ver, Perry! ¡No voy a dejar de jugar hasta ganarte, solo estoy desentrenada! —Anuncié algo picada. Había tocado mi orgullo, y no lo iba a permitir.

—Muy bien, tú lo has querido. Buena suerte. —Se chuleó dejando la lata a un lado para coger el mando otra vez.

Le imité, decidida a poner toda mi concentración en ganarle esta vez. Aún que me llevaba una vuelta de ventaja, conseguiría la victoria. Le dimos play para poder retomar la partida y gracias a lo que le había adelantado por mis trampas estábamos casi iguales. Conseguí un un cubo sorpresa que me permitió tirarle un plátano y perdió el rumbo. Le adelanté, terminando una vuelta más y dejé escapar un gritito de entusiasmo, provocando que él riera. Entonces consiguió un cubo sorpresa que hizo que me adelantara de nuevo. Solté un bufido mientras intentaba acelerar más, pero fue inútil; Tony ya había terminado otra vuelta y, con ella, la partida. Me quejé dejándome caer contra el sofá, ya que estábamos sentados en el suelo y escondí mi rostro entre mis manos.

—No te pongas así, es solo un juego. —Comentó mi mejor amigo, empujándome un poco.

—Se me da fatal. No lo entiendo, antes era la mejor. —Protesté.

—Venga, una última partida. —Sonrió apoyando su cabeza al lado de la mía. Abrí mis dedos para mirarle por entre ellos.

—Solo quieres volver a ganarme. —Fruncí el ceño.

—Que no. Venga, si eras buena solo te faltaba entrenar un poco. —Me animó revolviendo mi pelo. Gruñí.

—Vale. —Arrastré la palabra mientras me incorporaba otra vez. Volví a tomar el mando en mis manos e iniciamos otra partida. La última.










—¡Te he ganado! ¡Toma eso, Antonio! —Exclamé victoriosa, levantándome de un salto para hacer mi baile de la victoria.

—Eso creo. —Sonrió inclinando la cabeza sobre el asiento del sofá para mirarme. Mi barbilla casi toca el suelo.

—¡Me has dejado ganar! —Exclamé enfadada, dándole una pequeña patada en la pierna. Comenzó a reír.

—No, claro que no. Ha sido tu maestría en Mario Kars. —Aseguró algo sarcástico. Le miré entrecerrando los ojos antes de sentarme a su lado otra vez.

—¿Seguro? —Cuestioné desconfiada. Me abrazó contra él y acarició mi cabeza, como hacía cuando quería distraerme.

—A lo mejor te he dejado ganar un poquito. —Admitió divertido y me revolví entre sus brazos en un intento de zafarme de él.

—¡Suéltame! ¡Eso es sucio y rastrero! ¡Me has tratado como a una niña pequeña! —Grité molesta.

—No dejabas de quejarte, Mich, tenía que pararte. —Se justificó sin soltarme.

Saving You {Vic Fuentes}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora