Saving You {Vic Fuentes}

Epílogo

Michelle

Miré por la ventana otra vez, todavía sin saber a dónde íbamos. Vic no me había dado ninguna pista, así que no tenía ni un pequeño indicio de hacia dónde nos dirigíamos, pero sin duda estaba disfrutando del viaje. Nuestras manos estaban entrelazadas sobre su pierna y en la radio se escuchaba Yellow de Coldplay. Vic la tarareaba en voz baja, haciéndome sonreír. Llevaba unas Ray Ban negras con cristales de espejo y una de sus gorras hacia atrás, estaba guapísimo. Apoyé la cabeza en la cabecera del asiento para mirarle mejor y apreté con suavidad su mano.

—Todavía no me lo creo. —Murmuré sin querer decirlo del todo. ¿Cómo era posible estar feliz y triste al mismo tiempo?

—¿A qué te refieres? —Preguntó mirándome solo un segundo. Parecía nervioso.

—A la gira. Teloneros de Bring Me The Horizon, fans, viajes... Es tu sueño, Vic, pero tengo miedo. —Admití en un suspiro.

—No te preocupes por eso ahora, ¿Vale? Confía en mí. —Levantó nuestras manos y besó mis nudillos con suavidad.

No volvimos a hablar durante lo que quedaba de trayecto. Era imposible no pensar en que pasaría cuatro meses sin él, justo ahora que iba a empezar una nueva etapa de mi vida. Sin embargo, él también comenzaría una increíble etapa en su vida y no permitiría que la arruinara por mi culpa. Noté que estábamos alejándonos mucho de casa pero no le di importancia, cuando Victor Fuentes prepara una sorpresa, puedes esperarte cualquier cosa. Las canciones iban terminando y empezando, creando una extraña playlist que contenía desde 5 Seconds Of Summer hasta Betraying The Martyrs, pero me gustaba. Creo que ambos teníamos un extenso gusto musical, incluso escuchábamos algo de Bruno Mars y otros cantantes de las cadenas pop. Sonreí por ese pensamiento, sabía que el género de los chicos no sonaría en la radio, pero sí su nombre cuando hablasen de los Billboard o los MTVAwards. Estaba muy orgullosa de ellos, sobre todo después de estos ocho meses de grabaciones, ensayos y preparación. Vic y yo ya habíamos cumplido nueve meses juntos y, aún que habíamos tenido un par de discusiones, podía decir que me sentía mejor que nunca. Unos minutos más tarde, a mitad de Heathens, el coche se paró y nos bajamos. Esperé que Vic me llevara, ya que no sabía dónde estábamos.

—¿Por qué estamos aquí? —Pregunté curiosa al cruzar un par de calles.

—Quiero enseñarte algo. —Sonrió todavía con algo de nervios y pasó su brazo sobre mis hombros.

Caminamos pocos minutos y yo lo miraba todo, ansiosa por adivinar qué sitio nos rodeaba, sin dejar de contemplar a los transeúntes que iban de un lado a otro, sin parar ni un momento, a los niños que corrían y jugaban y a las personas que paseaban a sus perros. De repente sentí que mi novio dejaba de caminar y le devolví mi atención, que perdió de nuevo cuando contemplé la casa delante de nosotros. Pensé que solo la estaba mirando, pero sacó unas llaves de su bolsillo y abrió la puerta, dejándome entrar. Por dentro era aún más bonita, con unos muebles preciosos y un ligero olor a perfume que inhundaba el aire. Era preciosa. Escuché cómo se cerraba la puerta y sonreí.

—Me encanta, cariño, ¿La has alquilado para el fin de semana o...? —Me callé al girar y ver que sostenía las llaves para mí. —¿¡La has comprado!? —Grité abriendo los ojos al máximo. —¿¡Qué te pasa en la cabeza, Fuentes!? —Exclamé cuando asintió.

—No pensé que reaccionarías así. —Murmuró más nervioso que antes.

—¿Y cómo pensabas que reaccionaría? Tienes veinte años, aún eres menor de edad, no puedes vivir solo. Y menos a tanta distancia de los chicos, ¿Cuánto tiempo hemos estado en el coche? ¿Cuarenta y cinco minutos? —Escuché un "click" en mi cabeza al terminar de decirlo. —Cuarenta y cinco minutos... —Susurré dándome cuenta de que mi nuevo instituto estaba a esa distancia.