Capítulo 48 {Cambios}

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Michelle

Mierda, mierda, mierda. No podía ser, maldito Kellin. Eran las 7:45 y acababa de despertarme. Seguro que ayer me apagó el despertador cuando me cogió el móvil. Ugh, en estos momentos le odio. Me puse unos jeans que estaban en el suelo de mi habitación corriendo y cogí una de sus camisetas, esta era de The Buck y me encantaba. Me peiné rápido y me hice una coleta alta. Ajusté el piercing de mi nariz que estaba girado y bajé las escaleras a trote rápido. Cogí una manzana roja del frutero de la cocina y, de camino a la puerta, agarré mi mochila ya preparada desde ayer. Vic pasaba a recogerme a las 7:50, así que como ya eran y cincuenta y dos, supuse que estaría fuera. Acerté.

—Buenos días, nena. —Me saludó cuando entré corriendo en su coche. —¿Por qué tanta prisa?

—Me... —Jadeé en un intento de respirar bien. —Me he despertado... Tarde. K-Kellin... Quitó mi alarma. —Respondí como pude. Pegué un mordisco a mi fruta favorita y observé que ya estábamos en marcha. —¿Me has llamado nena? —Pregunté extrañada y confusa. Él solo rió.

—Eres mi nena. —Y aprovechó la señora que cruzaba el paso de peatones para besar mi cabeza. —Ni siquiera podemos poner música, ya casi estamos. —Se quejó.

—Definitivamente deberías pasar antes a por mí. —Negué con la cabeza mientras masticaba.

—Si fuera por mí, no te irías nunca. —Aseguró entrelazando mi mano libre con la suya. Desvié la mirada, segura de que estaba más roja que la manzana.

—Estoy cansada de soportar a Kells enfermo. Ya tendría que estar bien, se pasa el día mandándome que haga todo. —Hice un mohín con mi labio inferior. —Y encima me obliga a dormir con él pero apaga mi despertador porque le molesta despertarse temprano.

—¿Por qué te obliga a dormir con él? —Soltó una risa mientras entrábamos en el aparcamiento del instituto.

—¿En serio eso es lo único que te interesa de todo lo que he dicho? —Bufé. —Dice que se siente solo, yo que sé, Kellin es así. Y enfermo se pone muy sensiblero. —Negué con la cabeza y mordí de nuevo la manzana. Se la tendí a Vic para que también comiera, a sabiendas de que no habría desayunado.

—Estoy nervioso por entrar. —Admitió con la boca llena.

—¿Por? —Me giré en el asiento. Ya estábamos aparcados.

—Bueno, hum... Se supone que ya saben que estamos juntos, pero no les hemos afirmado nada. Y estos dos días has estado yéndote a la hora del patio para ver a Kells. —Respondió después de tragar.

—Vaya, quién lo diría. —Sonreí acercándome a su rostro. Escuché como tragaba saliva y sentí sus ojos fijos en mí. Levanté una mano y acaricié su mejilla con suavidad. —A Victor Fuentes, el que quiere cantar para miles de personas, le pone nervioso decir a sus amigos que tiene una relación. —Sonreí más, con sus labios ya casi pegados a los míos. La mezcla de nuestros alientos era demasiado tentadora y solo de pensar que tendría sabor a manzana me volvía loca.

—No me pone nervioso decirles que tengo una relación. Me pone nervioso que se den cuenta de que ahora te has convertido en mi mundo, en todo lo que pienso, en mi principio y mi final. —Ni siquiera sé por qué susurrábamos, pero sentía que mi voz no saldría a un volumen más alto.

—Has ganado. —Solté una tonta risita que se apagó al besarnos.






—Llegas tarde. —Me susurró Tony cuando me senté a su lado.

—¿En serio? Wow, gracias. —Dije sarcástica. Él rodó los ojos.

—Pensé que ahora que te follas a Vic estarías más amable. —Rió por lo bajo y no pude evitar una carcajada.

Saving You {Vic Fuentes}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora