Capítulo 32 {Fiesta}

92 11 0
                                    

Michelle

Cuando terminamos con la tarta, comencé a recoger los platos sucios mientras los chicos hablaban.

—Podríais ayudar, banda de vagos, que para comer sí que teníais energía. —Me quejé.

—Yo te ayudo. —Vic se levantó y cogió lo que quedaba en la mesa antes de seguirme a la cocina. Nada más entrar en ella, dejó los platos en la barra de la cocina y me atrapó en sus brazos. Solté una risa y le imité para no romper nada. —Sabía que no se te había olvidado. —Murmuró sonriendo al mismo tiempo que se agachaba hacia mí para besar mi mandíbula. Hizo el pequeño recorrido desde esta hasta mis labios y comenzó un beso lento y cariñoso. Rodeé su cuello con mis brazos y sonreí contra su boca antes de separarme un poco.

—Claro que no. Nunca se me olvidaría tú cumpleaños. Mucho menos el primero desde que nos conocemos. —Respondí acariciando su cabello. Volví a besarle tiernamente, posando mi mano sobre su mejilla. Esta vez fue él el primero en morder mi labio inferior y reí. —Ven conmigo, quiero darte tu regalo. —Junté nuestras frentes y mordí mi labio con una sonrisa. Cogí su mano, entrelazando nuestros dedos y le llevé fuera de la cocina.

—Hey, ¿Dónde vais? —Preguntó Jaime al vernos pasar delante del salón.

—A mi habitación. —Respondí con intención de hacerles malpensar. Antes me incomodaba, pero ahora era incluso divertido.

Vic y yo subimos las escaleras, conmigo delante. Llegamos a mi habitación y cerré la puerta con pestillo para que no curiosearan los chicos que, cuando quieren, son muy cotillas. Él me miraba confuso, seguramente pensando lo mismo que los de abajo, y yo solo le sonreí. Fui a mi armario, abrí la puerta de este y cogí la caja envuelta en papel de Mickey Mouse que había en una de las baldas superiores. Había notado el mismo personaje en varias de sus camisetas, sudaderas y demás, por eso escogí ese papel de regalo. Me giré escondiéndola detrás de mí y me acerqué a paso lento, solo para alargar su espera. Cuando estuvimos completamente frente a frente, le tendí el regalo que había comprado con tanto amor y no tardó nada en tomarlo de mis manos con expresión de sorpresa. Soltó una risa al ver el dibujo del papel que sonó a música para mis oídos.

—Vaya, gracias. —Dijo mirándolo.

—Espero que te guste. —Comenté. —Venga, ábrelo.

Desenvolvió la caja con cuidado y frunció el ceño al ver que solo era negra, sin ningún logo. En realidad, la caja era para desconcertarle, ya que cuando la abrió, dejó ver la prenda que había dentro.

—¡Una sudadera DropDead! —Exclamó alegre. —Me encanta, muchas gracias, M. —Me abrazó fuerte contra él, aún con el regalo y su caja en las manos. —Podrías ayudarme a ponérmela. —Sugirió en mi oído con voz seductora.

—Vas a morir de calor. —Reí.

—No si no llevo la camiseta debajo. —Respondió. Se separó de mí y coloqué mis manos en el borde de su camiseta, tirando de ella hacia arriba con lentitud. —No eres la más rápida que he visto. —Bromeó, ganándose un golpe de mi parte. Terminé de quitársela y, sin darme tiempo a coger la sudadera, me levantó del suelo, enrollando mis piernas en su cadera. Solté un grito por su movimiento inesperado y me agarré a sus hombros, dejando caer su camiseta en el suelo. Miré hacia abajo, ya que ahora estaba un poco más alta que él y contemplé su deslumbrante sonrisa socarrona. —Así mucho mejor, ¿Verdad?

Levantó una ceja, divertido y me besó sin dejarme contestar. Le seguí con gusto, acunando su rostro en mis manos, manteniéndonos cerca. Mi top se había levantado un poco, permitiendo que la piel de mi abdomen se rozara con la suya y ese simple contacto me embriagó. Giré la cabeza hacia el otro lado, teniendo mejor acceso a sus labios para poder perfilarlos con mi lengua. Los entreabrió y yo hice lo mismo para que ambas pudieran entrelazarse y jugar la una con la otra. Solté un gemido que chocó contra su boca y Vic dejó escapar un jadeo como respuesta. Subió ambas manos hasta mis muslos y nos encaminó a la cama, sentándose en ella conmigo en su regazo. Nos separé para respirar y bajé a su cuello, besando su piel y lamiendo en algunas partes. Mordí su nuez, arrancándole un gemido que vibró en mis labios y seguí mi recorrido por su pecho. Me aseguré de llegar a una zona que la sudadera tapara para poder hacer un par de chupetones, dejando que se formaran las marcas moradas y subí de la misma manera pero en el lado contrario. Volví a hacer contacto con sus labios, perdiéndome en ellos una vez más, como siempre que me tocaban. Se echó hacia atrás, recostándose en la cama y dejándome sobre él. Apoyé uno de mis antebrazos a cada lado de su cabeza para besarle con más intensidad y subió sus manos por debajo de mi camiseta hasta mi cintura, pegándome más a él. Subí mis rodillas, acomodándome sobre su cuerpo y gimió en mi boca. Acunó mi trasero en sus manos, presionando mi entrepierna contra la suya y ambos jadeamos por el contacto. De repente, un sonido nos interrumpió y Vic se separó de mí, sacando el teléfono de mi bolsillo trasero, de donde provenía la canción que sonaba. Quien me llamaba era Tony, por lo que contestó él.

Saving You {Vic Fuentes}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora