parte 9

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Draco ayuda a bajar a la castaña del carro, mientras el duende se posiciona frente a la puerta, busca en su bolsillo la llave la cual le ofrece a Bellatrix quién esta a Punto de tomarla cuando Draco se interpone y la agarra dándole en el proceso una mirada de advertencia a la castaña, quién está por abrir su boca para quejarse del modo Bellatrix por tal incordialidad de su supuesto sobrino.

Han pasado ya por el dragón, en cual Hermione miro con mucha pena y rabia a la ves por tal brutalidad.

Harry la codea para que se comporte cómo lo haría la morocha en aquellos momentos y no levante ni una sola sospecha, ya que Bellatrix no le tiene piedad ni a una simple lombriz.

Mucho menos se va a interesar por el bienestar de su dragón escondido bajo metros y metro en un túnel mohoso y húmedo.

Igualmente que tuvieron que pasar por el agua que los convertía a los tres en lo que verdaderamente eran pero el rubio fue mucho más astuto y precavido sabiendo cuáles eran las reglas del banco, y la tomó de la mano inmediatamente dos segundos antes de que pasarán por aquella catarata de agua, trasladandolos de nuevo al carro habiendo evitado pasar bajo el agua sin que el duende siquiera se haya dado cuenta de su falta por dos segundos...

—Permiteme tía...— Hace una pequeña reverencia ante la atenta mirada del duende.

El cual se cuentra muy atento a cada uno de sus movimientos.

—¿Discúlpame, Draco?— Tuerce sus cejas fingiendo ser una fiel copia de la morocha con cara de maniática.

—No te ensucies las manos con algo que no sabés de donde proviene... Permiteme hacerlo a mí.— Mira con desprecio al duende.

Hermione entiende y capta el mensaje que él le quiere decir, moviendo su cabello hacía atrás con desinterés.

—A decir verdad, es muy cierto, querido sobrino.— Murmura.

Quién toqué la llave y abra la puerta debe ser el mismo propietario y / o un familiar de sangre directo, caso contrario la alarma de seguridad del mismo banco alertara a las autoridades.

Ella asiente sonriéndole al duende mientras sarandea su traje de un lado a otro con su característica mirada de desquiciada.

Lucius siendo caracterizado por Harry por su parte se mantiene cerca del duende en caso de ser descubiertos.

—Apurate, Draco no quiero pasar un segundo más en esté lugar... Ya fue suficiente ayer... Entiendo que nuestras bóvedas sean seguras, pero no me gusta en absoluto cómo se ve todo aquí abajo...— Exclama fingiendo estar completamente exasperada.

El duende la mira con recelo y un poco de miedo, por lo que se mantiene alejado.

Finalmente... Cuándo la puerta se abre los tres sueltan por dentro un suspiro relajados, que al menos pasaron la primer prueba, por lo que el duende se lleva la llave corroborando que todo está bien y les deja el carro a su disposición para que al subir los encamine directamente al primer piso con una leve reverencia.

Los chicos sueltan el aire contenido en sus pulmones y el rubio se encarga de la insonorización de la habitación en caso de que el duende vuelva, no sabe porque pero creé qué tiene sospechas de quiénes son verdaderamente ellos, por lo que no esta seguro de cuánto tiempo puedan durar allí adentro sin ser descubiertos o mucho peor que alerte a los verdaderos propietarios de la bóveda.

Cómo era de esperarse la bóveda está repleta de oro y artilugios valiosos, por lo que los tres aún con sus respiraciones agitadas se mueven lentamente observando todo a su alrededor, en busca de la pauta de dónde podría estar la copa, luego de unos pocos minutos quién la descubre primero es el rubio.

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